Provençana segle X. Contexto histórico


Vista del Castell d’Eramprunyà. Foto: Ajuntament de Gavà

Desde principios del siglo X Condes, vizcondes, abades y obispos establecen a sus fieles en la frontera, quienes, a su vez, subarrendarán tierras a sus repobladores a cambio de servicios y fidelidad. Se crea una gran estructura piramidal en la que nadie puede sobrevivir sin someter o ser sometido. La riqueza se va desplazando hacia la urbe gracias al dinero obtenido en las razias, en las que los eclesiásticos intervienen de lleno, como un previo a las cruzadas. Todos los potentes entrarán en disputas por el control económico y social.

La inseguridad hará que algunos busquen zonas más protegidas y con medios de vida cerca de la ciudad, como sería por entonces, Banyols, con amplios prados de pastura y tierras que, gracias a la canalización del agua, empezaban a ser cultivables. Mientras a lo largo del Llobregat y en la frontera del Penedés se van alzando torres de defensa que quedan en manos de los señores que Condes y obispos enfeudan, Banyols crece, bajo diferentes instituciones eclesiales, entre la periferia y la vanguardia, entre el mundo rural y los flujos comerciales que todos quieren controlar.

Foto: Companys, «la arada», mediados del siglo XX. Parròquia Mare de Déu de Bellvitge. Durante siglos el entorno de la ermita se mantuvo rodeado de campos de cereal y pastos para el ganado.

A mediados de siglo hay un periodo de paz y de intercambios comerciales y culturales con el islam.En 962 Roma coronó al rey de Francia, Otón I (912-973) “el Grande”, como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, en un intento de restaurar el imperio Carolingio. Otón II (955-983) tuvo como tutor a Gerbert de Aurillac (938-1003), futuro papa Silvestre II, hombre instruido en las ciencias y el pensamiento que había pasado tres años en Ripoll bajo la tutela del obispo Ató de Vic (-971). Otón II casó con la bizantina Teofanía (o Teófano) Skleraina (955-991) con quien llegaron a Occidente artistas, arquitectos y comerciantes. Todo ello propicia un ambiente donde las ideas circulan, algo que durará muy poco.

Teófano Sklaraina. Foto wikipedia.

El papel de la Iglesia que resurgió a la sombra del Emperador tras las persecuciones, quedará profunda y complejamente entrelazado con el civil. El Conde Mir de Barcelona (-966) lega a la Sede diversas iglesias del Pla de Barcelona, entre otras la de S. Boi, con sus parroquias, diezmos, primicias y demás posesiones, en un intento, quizás, de unificar poder local. La iglesia metropolitana de Narbona (archidiócesis) impone su liturgia, más romanizada, sobre el rito visigótico local, más alegre y popularizado, aunque no será este el motivo de los potentes para buscar la independencia eclesial.

El Conde Borrell II (927-992), con quien la independencia de los condados catalanes es ya un hecho, pretendió independizarse de Narbona, pretende el dominio superior sobre el resto de diócesis catalanas[1], viaja en 970 a Roma con el obispo Ató de Vic y consigue las bulas necesarias para ello, pero Ató fue asesinado a su vuelta, frustrándose el plan. El Conde de Barcelona, Girona, Osona i Urgell, se arroja a los brazos de Roma. Roma se cobrará su tributo ocasionando la desaparición del rol que la mujer aún jugaba y las pérdidas ingentes de vidas humanas en las s cruzadas.

Algunos acontecimientos y personajes ilustran esta imbricación entre el poder condal y el eclesiástico, así como la privilegiada situación de Banyols, entre vías comerciales y con unos terrenos que generaban riqueza. El conde Borrell cede, en su testamento de 993, la mitad de sus bienes en Cervelló al monasterio de Sant Cugat y la otra mitad a la Sede a la que deja, también, bienes en Provenzana y en Sants. Por otra parte, Sendred, hijo de Seniofred (-890), hermano de Guifré el Pilós y vicario condal en 940, estableció su linaje en Castellví de Rosanes y en Cervelló. En 992 el Conde Borrell había vendido a Ennec Bonfill, un hijo de Sendred, propiedades en Cervelló. En 996 Ennec Bonfill permuta con el obispo Aeci (995-1010) los diezmos de su alodio en Banyols, entre la via pública que va «pertot» y que desde Sants da acceso a Provenzana y la vía que va a la laguna «Lanaria» (Sant Boi) y «pertot». Los conflictos entre los señores locales y los Condes o la Iglesia están servidos.

Torre Salvana o «Torre d’Eles». Santa Coloma de Cervelló. Foto: AGC.

Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel

 Interpretando los signos de los tiempos de ayer y hoy.

[1] Josep M. Salrach i Marés “Política i moral: els comtes de Cerdanya-Besalú i la comunitat de monges benedictines de Sant Joan (segles IX-XI)” a: Brugués, Boada i Costa (ed.) 2019. El monestir de Sant Joan. Primer cenobi femení dels comtats catalans (887-1017). Publicacions de l’Abadia de Montserrat,                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             

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