Los vecinos de Bellvitge se han caracterizado no sólo por las reivindicaciones sino también por la acción directa, como la de habilitar pasos para cruzar las vías del tren entre Bellvitge y Gornal, limpiar las calles cuando el Ayuntamiento no lo hacía suficientemente o plantar árboles donde sólo había barro.
La mayoría de entidades vecinales de Bellvitge se iniciaron en las parroquias, ya que, durante el franquismo, era el único sitio permitido de reunión. Finalizando la dictadura, se fueron legalizando los partidos políticos de izquierdas y los nacionalistas, así como las organizaciones obreras y las entidades vecinales, dando paso a las AAVV. A mitad de los años 70, cuando se lucha por paralizar la construcción de más bloques de pisos y locales comerciales, por la urbanización del barrio y la instalación de servicios básicos llegan a haber cuatro asociaciones de vecinos.
Desde la parroquia de San Juan Evangelista se impulsa el compromiso social apartidista, esto provoca que un grupo de gente más politizada en torno al PSUC constituya una AVV propia: “Bellvitge Norte” y que otro grupo de gente apartidista entre en la ya legalizada AVV “La Marina” y vaya funcionando de una manera más asamblearia gestando unmovimiento vecinal asambleario denominado “Asamblea del porrón” ya que discutían los problemas, en el paseo que va de la Calle Francia al Instituto Bellvitge, actual “Paseo de los Pinos”, alrededor de porrón, invitando a los vecinos a participar. Esta asamblea pasó a denominarse “Asamblea de la Torre” y constituyó el “Grupo Autónomo de Bellvitge” que entre los años 1974 y 1976 dio un fuerte impulso a las luchas en el barrio desde la autogestión.
Durante estos años, con la participación de las cuatro AAVV, se crea una comisión para revisar y proponer el propio Plan Parcial del barrio. La concienciación sobre las carencias del barrio y la importancia de la lucha estaba ampliamente asumida cuando la ICC inicia la construcción de una torre en el Paseo de los Pinos. Se crea un frente común con la consigna de “No más bloques” que consistía en derribo de las vallas y de las obras, inutilización de la maquinaria, manifestaciones y enfrentamientos con las cargas policiales.
Se consiguió frenar la edificación de esta torre, aceptando la construcción de un último, aunque algunos, organizados en torno a las AAVV de la Marina, San Roque y Campoamor, se opusieron vivamente a la construcción de este último bloque, pero ya no contaban con la mayoría que se opuso a la torre y se prosiguió con la revisión y propuestas del nuevo Plan Parcial que fue aprobado por la Corporación Metropolitana en mayo del 1977.
En 1979 se celebraron las primeras elecciones municipales y la vida asociativa del barrio cambió, organizándose en diversas entidades y colectivos como las AMPAS de las escuelas, los esplais y grupos de jóvenes, el grupo ecologista, los amigos de la música, las escuelas de adultos, las fiestas del barrio…
Pero antes un grupo de vecinos dejó constancia de su hacer auto-gestionado poniendo manos a la obra de nuevo y alzando una fuente en aquel sitio donde se realizaban las asambleas del porrón.
Así lo explicaron algunos vecinos.
“La fuente fue construida por los propios vecinos. Las piedras de la pica las trajimos del rio Besos a indicación de uno de los vecinos que la construyeron”.
“Los primeros bancos se recuperaron de la chatarra, se trasladaron y se repararon con medios propios”.
“Así se inauguró la fuente en 1979, el Alcalde Ignacio Pujana la quería inaugurar y por el camino le dijimos que ya lo habíamos hecho con vino, que volviera cuando nos conectaran el agua. El vino nos lo donaron las casetas de la fiesta mayor”.
Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, l’Hospitalet, 17-1-2021
A los vecinos y las vecinas que pusieron su esfuerzo al servicio del barrio.
Amo bellvitge y el polígono formal e nacido ay pero el porrón y eso no avía yo nacido todavia..arriba béllvitge…
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Quina història més interessant!
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