Florencia, orígenes maternales de Oriente.

Escultura que representa a la madre que perdió a casi todos sus hijos e hijas, Niobe, con su hija pequeña. Galeria Uffizi, AGC, 2025

Bajo Santa Maria de Fiore, el Duomo o Catedral de Florencia, se hallan las ruinas de la anterior iglesia paleocristiana (siglos III-XIII) dedicada a Santa Reparada, una mártir de del siglo III que muere con quince años, como Santa Eulalia. Aunque las figuras martiriales son más símbolo y leyenda que historia, sus advocaciones delatan la antigüedad del culto y su procedencia, en este caso, Cesárea de Palestina.

Cripta de Santa Reparada bajo Santa Maria de fiori. Viquipèdia.

Hay pocas advocaciones femeninas en las iglesias. Dejando de lado a Maria, la mayoría son figuras martiriales con las que se fue apartando a las gentes de las primeras civilizaciones de los extendidos cultos a Deméter la diosa madre que, junto a su hija, Perséfone o Kore, son protectoras de la fecundidad y la fertilidad de la tierra. Una historia relegada por la Iglesia a través del culto a María, con el que se perdió la poderosa relación madre-hija. Deméter, como Ceres, Atenea, Venus o Afrodita nos recuerdan que hubo un tiempo en que ellas fueron veneradas.

Imagen funeraria que parece representar una madre sin hijos, porque no los tuvo o porque los perdió. Ufizzi, 2025

Santa Felicita, esclava deSanta Perpetua de Cartago, con quien, según la tradición, compartió martirio, junto a otros cristianos de su círculo, tendrá, desde los orígenes del primer cristianismo que llegó a través de Siria i Cartago envuelto en el pensamiento griego, otra antigua iglesia en el barrio de Oltrarno, al otro lado del río Arno, edificada sobre un antiguo oratorio romano. Una matrona, que ofrecía su casa a las primeras reuniones y su esclava, ambas madres jóvenes, quedaron unidas más allá de las diferencias sociales, lo que representa al cristianismo de los primeros tiempos que aún contaba con la presencia y reconocimiento femenino.

Plaza de Santa Felicita en Oltrarno, cerca del ponte Veccio. AGC, 2025

Santa Reparada fue la única patrona de Florencia hasta el siglo XIV, cuando se le añadió la madre de María, Santa Ana, advocación de una iglesia que se alzó en su honor, cerca del Palacio Vecchio y que más tarde se dedicó a San Miguel y posteriormente a San Carlo de Lombardía o (Borromeo). En torno a Santa Ana se celebra el triunfo de la República Florentina contra la tiranía del duque de Atenas, instaurando un nuevo dominio, el de los “gordos” o potentes locales.[1] En todo caso, el pueblo de Florencia, donde había arraigado la importancia de la maternidad, abre, con la fiesta de Santa Ana, un nuevo camino para una ciudad, el camino del Arte que alumbrará al mundo.

La iglesia de Sant Carlo fue la que se levantó para conmemorar una liberación bajo la advocación de Santa Ana, AGC, 2025

En Orsanmichele, donde se construyó el mercado del grano y los graneros en el siglo XIV, sobre una antigua iglesia dedicada a San Miguel, podemos admirar el grupo escultórico del siglo XVI de Francesco de Sangallo que representa a Santa Ana que sostiene el niño, mientras María lee.

Grup escultóric de Santa Ana, con María, leyendo y el niño, AGC, 2025

El Palacio Vecchio también fue alzado ese siglo efervescente del XIV para acoger las nuevas instituciones políticas de la ciudad. Anteriormente las elecciones de los priores se hacían en el mismo lugar, pero en una iglesia de los siglos IX y XI de la que quedan algunos restos bajo los Ufizzi (ofocinas), San Pietro Scheraggio (cuyo significado proviene de un canal de aguas residuales de depuración), donde se veneraba la virgen “Ninna” (niña) a partir de un relato apócrifo, el de la “presentación de María en el Templo” por sus padres, Joaquín y Ana que, a pesar de no ser reconocido por la Iglesia, ha dado lugar a muchas representaciones artísticas y a diversas fundaciones de órdenes femeninas dedicadas a la enseñanza y educación de las niñas.

De hecho, Santa Ana se suele representar enseñando a María a leer, un potente mensaje que calaría entre aquellas férreas ataduras que nos pusieron a las mujeres prohibiéndonos ir a la Universidad o ser parte activa en los gremios. Los “libros de horas” o el mismo salterio, fueron las primeras cartillas de lectura de muchas niñas, jóvenes y mujeres. La imagen familiar de Maria, niña, aprendiendo con su madre Santa Ana o conducida por sus padres fue siempre más popular que el dogma de la virginidad promulgado en Éfeso el siglo V. El interés de las mujeres por la lectura y la escritura también ha sido mucho mayor, a pesar de que se haya querido ocultar.

Como una auténtica «Trinidad», Santa Ana, María y el niño, S. XV, obra de dos artistas: Masaccio i Masolino. Viquipèdia.

Vemos pues que la preferencia por Santa Ana, la abuela-madre venía de antiguo, quizás desde aquellos cultos orientales primitivos a Deméter ya que a Florencia llegó fácilmente el cristianismo que nació en Oriente, lo vemos en el arte que se refleja en los iconos y en la mejor consideración hacia la mujer.

Icono en San Donato in Scopeto, Oltrarno, AGC, 2025

Es algo que nos transmite otra antigua iglesia de Oltrarno, San Donato in Scopeto, un antiguo monasterio del siglo XIII cuyo exterior nos recuerda a esos mundos del otro lado del Mediterráneo. Por cierto, San Donato, un obispo del siglo IV, era de Epiro (los Balcanes), igual que la madre de Alejandro.

San Donato in Scopeto, en Oltrarno, con aires bizantinos, AGC, 2025

Una figura más legendaria que real, pero que también nos hace de puente con Oriente, es la de Santa Catalina de Alejandría (siglo IV). En la plaza a ella dedicada en Florencia existió un monasterio bajo su advocación, cerca de la actual iglesia del Sagrado Corazón, fundada por las hermanas agustinas en 1306. Los orígenes de las agustinas, como los de otras ramas femeninas admitidas con reticencias por la Iglesia, como el Cister o las terceras órdenes mendicantes, hay que buscarlos en los grupos independientes de mujeres que ponían en práctica su espiritualidad con acuerdos pactados libremente, predicando, enseñando y viviendo de su trabajo, lo que se corresponde con la existencia de un hospital de huérfanos y un centro de enseñanza a niñas pobres.[2] Una pequeña capilla, de agustinas se construyó en Oltrarno en 1442 bajo otra advocación materna: Santa Mónica, madre de San Agustín, un espacio ahora dedicado a ofrecer conciertes.

Santa Mónica en Oltrarno, AGC, 2025

Una de las órdenes femeninas más duraderas, es la de las benedictinas. En Florencia estuvieron en la abadía florentina, fundada el 978,que contó también con un hospital y que actualmente acoge a la fraternidad de Jerusalén; en la desaparecida iglesia de San Pedro Mayor del siglo XI,de la que sólo quedan unas arcadas, en el de Santa Úrsula (virgen de Colonia, Alemania), dedicado a la transcripción de manuscritos en el primer Duomo del siglo IV sobre el que en el siglo XV se alzó la actual basílica de San Lorenzo, y en el monasterio de Santa Apolonia (también mártir de Alejandría) del siglo XIV, actualmente museo. ¿Estuvieron? Están, las encontramos en Oltrarno, cerca de donde dormimos unos días, hablamos con ellas, algunas de lejanos países, compartimos nuestro interés por escribir sobre las mujeres medievales y, entre ellas, San Pere de les Puel·les de Barcelona, con más de mil años de historia. Conocían San Pere, nos encontramos en ese reconocimiento mutuo y nos alegramos.

San Pedro Mayor, de las benedictinas, postal antigua

Para acabar este nuevo recorrido por Florencia sin cansarnos demasiado, acabaremos mencionando a unas comunidades mixtas que nacieron laicas, como las Deodonadas o las beguinas, las de los Umiliatti (Humillados) que fundaron la iglesia de Ognissanti (todos los santos) en 1251, pero en 1561, tras las dificultades que conllevaba la vida alternativa que procuraban con una convivencia entre familias y hombres y mujeres laicos o consagrados a los que les unía el vivir de su trabajo llevando una vida evangélica, algunos pasarían a la tercera orden de San Francisco.

El amor de un padre, un abuelo, un familiar, un amigo queda integrado en el amor familiar no excluyente. Palacio Pitti. AGC, 2025

La Iglesia acabó con esas prácticas más evangélicas que contaban con la presencia, la actividad y la autoridad femenina, es un hecho, pero, paseando por Florencia, encontramos un sinfín de menciones a un recuerdo que revela la importancia del amor en nuestras vidas.

La Caridad, Francesco de Rossi, S. XVI. Uffizzi, AGC, 2025

Las diosas-madres de las civilizaciones antiguas, las figuras martiriales femeninas, madres en ciernes, aún adolescentes, algunas, madres jóvenes, otras; la madre de la madre, la mujer que lee y enseña a leer, las que se entregan al cuidado haciéndose madres de muchos polluelos a los que ayudan a crecer y volar, la madre que procura la Paz. A todas las mujeres que han hecho y hacen de la relación un camino de gozo, de ternura y de Paz.

Escultura en un rincón de Florencia, AGC, 2025

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, agosto, 2025

En recuerdo de un viaje entrañable con hijos y nieta


[1] https://historiasdebellvitge.com/2025/06/27/florencia-una-sublevacion-proletaria-en-el-siglo-xiv-con-simone-weil-maquiavelo-y-catalina-de-siena/

[2]https://www.loquis.com/es/loquis/573672/Iglesia+de+Nuestra+Se+ora+del+Sagrado+Coraz+n+Florencia

Sant Antoni i Santa Clara de Barcelona al portal de Sant Daniel ara la Ciutadella.

El monestir de Sant Antoni i Santa Clara o de «Sant Daniel» en 1711, abans de la seva destrucció. Foto: monestirs.cat

Sant Antoni i Santa Clara de Barcelona fou un cenobi femení construït a finals del segle XIII en el que avui és el barri de la Ribera de Barcelona.

Tradicionalment s’ha considerat aquesta com la primera fundació de les clarisses a la Península Ibèrica (1233/1234), per bé que la seva data de fundació ha estat molt discutida, ja que està fonamentada en una llegenda que diu que Agnès de Peranda, suposada neboda de santa Clara d’Assis, i Clara de Janua o de Gènova arribaren a Barcelona després d’un naufragi en una barca sense rems ni veles. L’imaginari ens mostra abastament aquesta icona popular.

Gravat del segle SVIII que representa la llegenda de la primera fundación clarissa a Barcelona

Realment les úniques fundacions que podem relacionar amb Clara d’Assis són algunes d’Itàlia o les de Praga i Bruixes, la resta, com la nostra, formaria part del moviment dels seguidors i de les seguidores de l’espiritualitat franciscana que iniciarien els framenors arribats a la Península en la dècada de 1220.

Monestir de Santa Clara en Assís, edificat, sobre una església primitiva dedicada a St. Jordi (S. XI), poc després de la mort i canonització de Sta. Clara. (2006)

El primer document d’aquest convent barceloní és de 1236 i correspon a una butlla papal autoritzant la fundació d’un monestir de germanes pobres recluses de l’orde de Sant Damià (de Clara d’Assis), a dotzes dones encapçalades per Berenguera d’Antic i Guillerma de Polinyà, en un solar propi (d’elles).

En 1237 el bisbe Berenguer de Palou II (1212-1241) concedeix llicència a Maria Pisana (aquesta sí deuria venir de Pisa) i “les seves germanes” (les dotze anteriors) per a construir un monestir sota la regla i l’orde de St. Damià és a dir, vivint en clausura (una mesura que només s’aplica a les dones) i amb els vots d’obediència, castedat i posant els béns en comú, condicions a les que el bisbe afegeix que no poden celebrar bateigs, ni casaments, ni enterraments públics (només per a elles i els seus familiars), ni “parteries” (costum de presentar els nadons a les esglésies)[1], el que indica que aquestes celebracions es feien en grups on n’hi havia dones. El suggeriment que fa Núria Jornet[2] de que aquest grup formaria part d’un “beateri” previ amb una comunitat de dones no-reglada, es correspon plenament amb tot el que anem trobat a la nostra investigació.

St. Damià a Assis, on va viure Clara fins la seva mort. (2006)

El bisbe cedeix un terreny entre el mar, el Rec Comtal (on n’hi havia els molins comptals i reials) i el camí que va cap a Badalona, prop dels horts de Sta. Eulàlia del Camp (que havia passat a l’església canònica en 1155), amb el permís d’utilitzar l’aigua de rec i amb la capella-oratori de St. Antoni Abad (anacoreta dels primers temps), que ja n’hi havia i que ara es posarà sota l’advocació de St. Antoni de Pàdua (Lisboa, 1195-Pàdua, 1231), a canvi d’una lliura de cera anual.

Record del monestir de Sant Antoni i Santa Clara de Barcelona que n’hi havia a l’extrem sud-est de la ciutat, fins la destrucció de part de la ciutat per les tropes borbòniques i el posterior enderrocament per a fer la Ciutadella. Foto Ramon Solé

És a dir, la evolució, semblant a altres institucions de la època, seria la del pas d’un eremitori previ, on s’hauria aglutinat un grup de dones semi religiós, a una institució acceptada per l’església. Gregori IX, que va recolzar el moviment franciscà sent cardenal i va aprovar el “Privilegi de la Pobresa” que Clara d’Assis demanà,[3] procurarà ara que aquestes comunitats tinguin un patrimoni comú que permeti la seva pervivència. Les dones que, en temps anteriors i en aquests grups més lliures, formaven part de la predicació i de la celebració, seran sotmeses a l’obediència i tancades en clausura, sent substituïdes pels clergues beneficiaris dels altars que afegiran, als rèdits que abans tenien les dones que es feien càrrec d’esglésies, hospitals i/o llocs d’enterrament, els que ara els conferirà l’església.

El lloc era a la Vila nova del mar, a la porta de St. Daniel (el convent serà conegut també com de St. Daniel), fora de la muralla de Barcelona, talment com els dominics es situaren al portal del Mercadal o els framenors i la orde de la Mercè a l’altra banda de la ciutat, també prop del mar. A les viles noves, extra murs de la ciutat, s’aglutinen artesans i mercaders que, a redós d’aquests nous espais espirituals, mostren aviat la seva vitalitat.

Ubicació dels monestirs de la muralla barcelonina al segle XIX.

A aquestes concessions inicials, la corona afegirà unes altres, fent d’aquestes ordes, sota el papa més que sota els bisbes, un puntal per a la seva expansió territorial, administrativa  i jurisdiccional i un refugi per algunes de les seves dames. En 1240 es concedeix a Violant d’Hongria (1215-1251), reina d’Aragó degut a les seves núpcies amb Jaume I en 1235, entrar en el monestir tres cops a l’any, acompanyada de les seves filles i de dues donzelles “honestes”.[4]

Gegants de Barcelona que representen el casament a la ciutat entre Jaume I Violant d’Hongria. Foto: Ajuntament de Barcelona

En 1253 ´s’anuncia a “totes les germanes de l’orde de Sant Damià, esteses per tot el món” la mort de Clara d’Assis. Les clarisses d’aquests temps tenen una llegenda fundacional similar a la de Barcelona, i és que, endemés d’un símbol, són una mostra de la seva vinculació a la “mare genealògica”, Clara d’Assis i de les relacions de sororitat que s’estableixen entre elles.

Agnès de Peranda o de Porta fou, en realitat, una abadessa dels primers temps. En 1260 signa unes ordenacions respecte dels capellans i rectors beneficiats del monestir, deixant clar que aquests estan sotmesos a l’abadessa. L’autoritat de les abadesses serà sempre discutida pel clergat.

Santa Agnès de Praga, una de les primeres fundadores clarisses. Les primeres abadesses clarisses, no renunciaren a la seva autoritat, però com Clara exercí i demanaà, es confereix des de el servei amb atenció i delicadesa

Les comunitats religioses femenines que perduren és perquè compten amb beneficis reials. En 1261 el rei concedeix permís per a tenir un forn propi intramurs del monestir (els forns, com els molins hidràulics, eren monopolis reials). Aquests privilegis mitiguen la pobresa en la que aquest monestir vivia. Les prioritats seran diferents vistes des de les necessitats pròpies de vida o des del poder que les vol controlar: en 1284 el bisbe Arnau de Gurb cedeix les rendes de Joan Corretger per a pagar un capellà que les atengui.

Entre 1280 i 1295 s’amplien les muralles barcelonines entre el portal de Jonqueres i Sant Pere de les Puel·les (on n’hi havia d’altres monestirs femenins), però el mur est o de Marina no s’iniciarà fins el 1358. En 1362 les “sors menors” i l’església de Santa Clara són ja dins els murs de la ciutat. Cal dir que en aquest lloc n’hi havia també la capella i hospital de Santa Marta, molt antic (en unes excavacions es trobaren restes d’una necròpolis paleocristiana). Aquest hospital, conegut al segle XIV com de Pere Desvilar, conseller de la ciutat, o la “Pia almoina” de la ciutat serà un dels sis que passaran, en 1401, a conformar l’Hospital de la Santa Creu.[5] Tres segles després el tornaren a refer, sent conegut com “hospital de pelegrins de Santa Marta”.

El 1327, una catorzena de monges clarisses d’aquest primer monestir de l’orde de Sant Damià, funden el monestir de Pedralbes, on es seguirà una dinàmica molt diferent en ser beneficiades des del principi amb un seguit de concessions i privilegis reals. En canvi, les “damianites” (seguidores de la primera comunitat de Sant Damià a Assis) o sors menoretes, no ho tenen gens fàcil, malgrat que aquest mateix any el rei concedeix l’exclusivitat dels forns de la zona. En 1333 Alfons el Benigne mana al bisbe Ponç de Gualba i a qui correspongui que paguin a la abadessa de les sors menoretes una quantitat que encara no havien cobrat i que s’havia de fer efectiva “atesa la seva pobresa”.[6]

Bassa de rec del monestir de Pedralbes, una de les construccions més antigues (S. XIV), AGC, 2025

Potser degut a aquest estat de pobresa, en 1406, les germanes demanen a la Santa Seu canviar d’hàbit i de regla, però no ho aconseguiran fins el 1513 quan, adoptant la regla de Sant Benet, passaran a ser benedictines.

En 1453, Rafaela Pagés havia fundat un monestir de religioses terciàries franciscanes de retorn d’un pelegrinatge a Terra Santa i de Roma, on va obtenir del papa Nicolau V el permís. A Barcelona van aconseguir del bisbe i dels canonges de Sta. Anna la cessió de la casa d’en Porta (prop de l’Hospital de la Santa Creu), que havien deixat el 1423 les dominiques de Montsió. Van posar la casa sota l’advocació de Sta. Maria de Jerusalem en record del viatge de la fundadora. A finals del segle XV la comunitat empren les gestions necessàries per a entrar a l’orde Santa Clara. En 1494, amb la incorporació d’algunes clarisses del monestir de la Trinitat de València, la comunitat de Jerusalem va professar, prosperant ràpidament, tot i que els segles posteriors seran inestables, com seran per a la majoria de convents femenins.

Durant el Setge de Barcelona (1713-1714) el convent de Santa Clara, quedà molt malmès i les religioses, ja benedictines, foren temporalment acollides en cases de familiars i amics amb la intenció de tornar quan s’arrangessin els desperfectes. Les restes del seu campanar foren aprofitades per a construir l’anomenada Torre de Sant Joan, punt de vigilància i de presó fins a la destrucció i arrasament de bona part del barri de la Ribera per a construir-hi la Ciutadella de Barcelona. El rei Felip V donà llavors a les monges el Palau Reial Major (actualment Museu MarèsMuseu d’Història de Barcelona i Saló del Tinell), on visqueren entre 1725 i 1936. El 1952, amb la comunitat de Sant Benet de Mataró, funden el Monestir de Sant Benet de Montserrat, on viuen.

El carrer Baixada de Sta. Clara recorda el pas de les benetes al Palau Reial al segle XVIII, AGC, 2025

En la intervenció arqueològica duta a terme a l’exterior de la capella castrense del parc de la Ciutadella el 2011, han estat localitzades diverses estructures, entre d’altres, un possible pou pertanyent al convent de Santa Clara. Del convent de la Ribera, que incloïa una gran església gòtica, només es conserven algunes columnes i capitells del claustre al Museu Marés, i el retaule de Santa Clara a Sant Vicenç de Sarrià.

Capella castrense a la Ciutadella, on n’hi havia el monestir de St. Antoni i Sta. Clara: Foto: Ramon Solé a https://estimadaterra.wordpress.com/2018/02/07/la-parroquia-castrense-del-parc-de-la-ciutadella-de-barcelona/

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, 23/05/2025

A les benetes de Montserrat, continuadores d’aquell primer convent de Santa Clara al barri de la Rivera de Barcelona.


[1] Brugés, Irene, Jornet, Núria et al. “Diplomatari de la col·lecció de pergamins del monestir de Santa Clara de Barcelona” (1039-1241). Fundació Noguera. Barcelona: 2019, n. 239

[2] Núria Jornet i Benito, 2005. “Sant Antoni i Santa Clara de Barcelona: origen d’un monestir i configuració d’un arxiu monàstic (1236-1327) Tesi UB dirigida per Blanca Garí.

[3] Clara d’Assis, el “Privilegi de la pobresa” com a forma de vida. https://historiasdebellvitge.com/2025/05/15/clara-dassis-el-privilegi-de-la-pobresa-com-a-forma-de-vida/

[4] Brugués, Irene, Jornet, Núria et al. “Diplomatari de la col·lecció de pergamins del monestir de Santa Clara de Barcelona” (1039-1241). Fundació Noguera. Barcelona: 2019, n. 300.

[5] Els hospitals de la Santa Creu de Barcelona: https://historiasdebellvitge.com/2021/05/20/els-hospitals-de-lhospital-de-la-santa-creu-de-barcelona/

[6] Josefina Mutgé (2008) “El monestir benedictí de Sant Pau del Camp de Barcelona a traves de la documentació de la cancelleria reial de l’Arxiu de la Corona d’Aragó” (1287-1510), n. 46

Clara d’Assis, el “Privilegi de la Pobresa” com a forma de vida

La Porciúncula a Sta. Maria dels Àngels d’Assis. 2006.

Si Giovanni de Pietro Bernardone (Francesc d’Assis) neix entre 1181 o 1182 com a fill d’un ric comerciant, Clara de Scifi (Clara d’Assis) ho farà poc després (1194) en una família (paterna i materna) de la noblesa feudal d’Assis.

Ell disposava de llibres i d’una bona educació, dominava el francès (li deien el “franceset”), sent una mena de trobador del seu temps, també el llatí i les arts militars, tot un cavaller. Ella tenia l’educació que li venia del seu llinatge, amarada amb una devoció que li va transmetre la seva mare, Hortolana, peregrina de diferents enclavaments religiosos, com Roma o Jerusalem.

Castell de la Roca d’Assís, del segle XII. 2006.

Uns orígens diferents, però propers, no només pel lloc de naixement, també perquè som a una època en la que el món feudal, vinculat a la terra, es veurà obligat a entendre’s amb el de les urbs, amb els artesans i mercaders i amb les noves formes de gestió política i social.

Un enteniment fràgil que s’anirà donant en petites dosis i amb molts conflictes. Quan Assis s’independitzà de l’imperi germànic, la família d’Hortolana s’exilià a la ciutat veïna de Perusa (Perúgia). Aviat aquestes dues ciutats veïnes entraran en guerra, no retornant la família a Assis fins el 1203. Poc després de que Francesc, que va lluitar al bàndol papal, tornés decebut i decidit a iniciar una nova vida reparant ermites, la primera d’elles, St. Damià, on viurà Clara, atenent malalts i convivint amb els camperols.

Sant Francesc tornant de la guerra. Assís. Foto: vikipedia.

Ell va pel món com un pobre itinerant, tal com feien altres moviments cristians considerats herètics per una Església immersa en els afers polítics i econòmics del seu temps i per un patriarcat que no tolera que les dones prenguin part en la predicació i la celebració, com acostumava a passar en aquests grups. Els “pobres de Lió” i els albigenses o “càtars”, a  Occitània o els del “Lliure esperit”, a Milà, molt populars entre la gent, predicaven i vivien una pobresa escollida, resultat de posar en comú els propis béns. Paradoxalment, la pobresa, una característica evangèlica, serà sempre posada sota sospita.

Els grups iniciats per Francesc i Clara no són molt diferents d’aquells altres perseguits, només una dèbil línia els separa, l’obediència. Ell rep un permís papal donat de paraula i ella el sentirà predicar a la Basílica de Sant Rufí d’Assis en 1211 (dos cosins seus, ja eren framenors), tots dos tindran converses d’amagat de la seva família. Poc després (1212), Clara fuig de casa per anar a la Porciúncula (petita església, prop de Santa Maria dels Àngels d’Assis, donada a Francesc per un monestir benedictí), on la reben Francesc i els seus companys. Francesc la exhorta a l’Amor i a la pobresa.[1]   

La Seo de St. Rufí a Assis. 2006.

Ella fa allí els seus vots, però, tement la reacció dels familiars, i amb l’ajut del bisbe, es portada al monestir benedictí de St. Pau de les abadesses de Bastia, una bonica ciutat, entre Assis i Perúgia, on s’arriben els seus familiars negant-se a donar-li la dot que li corresponia, ja que ella es nega a casar-se amb el noble amb qui l’havien compromès. Aviat surt d’allí (potser per no tenir dot) entrant en un altre tipus de vida al beateri de l’església de St. Àngel de Panzo, a Bastia, on se li ajuntaran les seves dues germanes menors, Inés i Beatriu.

Sta. Maria la Major d’Assis (segle XII). 2006.

Els beateris eren unes noves formes de vida religiosa, no compromesa pels vots. En aquesta època les comunitats femenines i mixtes florien, el que provoca la por d’una església  i d’una societat que vol tenir sota control el cos de la dona. El mateix Cister ja nasqué amb una forta misogínia, no volent assumir les branques femenines que proliferaven. Tot i que es van obrir diverses comunitats, la majoria desapareixeran aviat, davant la imposició del claustre i de les dificultats de sobreviure que això comportava.[2]

Primer volum de «les fonts franciscanes». Dibuix de la portada de Montserrat Gudiol

Les beguines naixeren a Brabant i a Flandes (Bèlgica) estenent-se ràpidament per altres llocs propers, sent conegudes amb altres noms, com les “Umiliate” de la Lombardia, una corrent on les dones eren al capdavant. La seva fundadora (Guillema de Bohèmia, 1210-1281), filla de la reina Constança d’Hungria, havia estat acollida i molt ben considerada per l’abadia de Chiaravall del Cister a Milà, rebent molta devoció popular. Però el 1300 serà profanat i cremat el seu cadàver amb els cossos vius del teòleg Andrea Saramita, de la que dona que continuava al capdavant, Maifreda de Pirovano i d’una altra seguidora, sor Giacoma de Biassona, condemnats tots per la Inquisició com a heretges, igual que passarà a París en 1310 amb Margarite Porete i el llibre espiritual que va escriure i que havia tingut molt ressò: “el mirall de les ànimes benaurades”[3].

Clara, que va morir el1253, no va viure aquests dolorosos processos, però sí va conèixer la prohibició papal, en 1215, de noves fundacions d’ordes femenines i les limitacions a les permeses, no sabem ben bé com li devia afectar aquestes tensions i les que n’hi havia al mateix grup de seguidors de Francesc, però segur que ho farien.

Clara es dona i dona a les seves germanes un estil de vida propi, abraçant la “germana pobresa”, com a part de l’estima que es devien inspirar amb Francesc. Amb les seves dues germanes i altres dones inicia una comunitat a la petita ermita i casa annexa de Sant Damià on viurà fins la seva mort.

Claustre de St. Damià, Assis. 2006.

En 1215 Clara redacta la primera regla donada i escrita per una dona, diferent a totes les altres, ja que Clara parla amb el cor, insistint en tot el que es refereix a la pobresa, tant la material com la espiritual, en el sentit de posar l’estima per davant de tot. Tenim pocs escrits de Clara: la regla, algunes cartes i el seu testament espiritual. Texts senzills i propis de la seva època d’una bellesa que commou, sostinguts amb una fermesa que il·lumina.[4] De les cartes que es conserven, algunes són adreçades a Inés de Bohèmia (1211-1282), germana de la Guillerma condemnada i fundadora d’un Hospital i convent de Sant Francesc on s’afegirà la comunitat clarissa de la que en serà abadessa. Vides apassionants en temps convulsos on algunes dones encara podien decidir.

Inés de Bohèmia atenent malalts. No es troben fàcilment representacions de dones als hospitals, tot i que elles en tenien cura.

En 1216, un temps en el que Francesc està viatjant per l’Orient demanant la Pau a les hosts de les croades i al mateix sultà d’Egipte, el papa concedeix a Clara el “privilegi a la Pobresa” en el que ella havia insistit. És a dir, que ningú pugui canviar la seva decisió de no tenir, ni particular, ni comunitàriament, més béns que els estrictament necessaris per a la vida. En 1256, al poc de morir, junt al seu procés de canonització, es tornarà a ratificar aquest “privilegi”, manant que si alguna dona no pot seguir el que comporta, sigui traslladada a un altre lloc i que si algú -eclesiàstic o laic- vol pertorbar o contravenir aquesta ordre sigui amonestat i apartat del seu càrrec fins que ho repari.

En 1221 quan retorna, Sant Francesc es veu obligat a readaptar la primera regla que expressava més aviat un desig de viure d’una determinada manera, entre un grup d’amics i afins, que un conjunt de normes, que ara són necessàries, donant el creixement de la comunitat i les diferències que es donen. És llavors quan es fixa la separació en funció del sexe: Primera Orde, franciscans o framenors, Segona Orde, clarisses o “menoretes de St. Francesc”, tot i que s’obrirà una tercera via pel seguiment dels laics que també portarà conflictes. En un clima religiosament violent, aquestes normes permeten sobreviure. Francesc morirà pocs anys després (1226), deixant com a testament espiritual els seus càntics, el de les criatures o el del germà Sol (amb l’afegit d’un vers a la germana mort). Clara el sobreviu quasi trenta anys vivint i estimant en pobresa amb tendresa i fermesa a parts iguals.

Basílica de St. Francesc a Assis. 2006.

No entrarem en el seguiment posterior dels convents, tan diferent i complex, ni en els conflictes que es donaren en la interpretació i aplicació d’aquest privilegi-norma de Clara, només volem ressaltar alguns aspectes concrets dels seus escrits que són llum pel nostre món, tan envoltat de tenebres com aquell.

Si la primera norma de la regla és la obediència als pares franciscans i a les abadesses (sense la que no haurien sobreviscut), la segona és la que les caracteritza: per entrar a la orde cal vendre totes les seves coses repartint-les entre els pobres. Clara, exemple i mirall, es negarà a vendre als seus familiars les terres que rebrà per herència i les repartirà entre els serfs que les treballaven.[5] Si la reforma benedictina del Cister es fonamenta en el treball manual i la gestió de les terres, Clara  promou la renúncia a l’acumulació, especificant que totes -abadesses i germanes- s’han de guardar de preocupar-se per aquestes coses, només per a encomanar la distribució entre els pobres.

Clara, que coneix i sent les misèries del seu temps reparteix les terres que rep en herència entre els que les treballen. Un aspecte poc destacat de la seva vida.

La virginitat no és un requisit previ per formar part, Clara entén que poden entrar dones vídues o aquelles que tenen marit que s’han fet frares. És així com rebrà a la seva mare, l’Hortelana. La dona peregrina que es prepara per l’últim viatge al costat de les seves filles.

El treball, que ha de ser honest i útil, no ha d’estar al servei de l’acumulació. Si bé és cert que la ociositat és enemiga de l’ànima, els treballs no han d’apagar l’esperit (malauradament tenim moltes imatges d’aquest efecte del treball des-humanitzat), s’ha de distribuir en funció de les necessitats (Regla, VII).

Si bé les germanes joves i fortes han de mantenir el dejú propi de Quaresma durant tot l’any -excepte el dia de Nadal-, abstenint-se, per tant, de menjar carn, Clara es mostra dolça i atenta amb les malaltes a les que dispensa de tots els excessos que imposa la regla, com el silenci, manant que s’actuï amb elles amb afecte i de nou recorda a les que surten a demanar almoina i en totes altres ocasions, la obligació de no apropiar-se de res (Regla, VIII).

Especieria a l’antic convent de Pedralbes. AGC, 2025

Clara demana la obediència a les germanes, a totes, la primera, l’abadessa que ha de parar atenció i donar confiança a les germanes aspirant a que la tractin amb familiaritat, com les senyores fan amb l’esclava. Però l’obediència té un límit i està en la pròpia ànima i en la nostra manera de viure conforme a les nostres eleccions. Fins el Vaticà II no es reconeix plenament el deure de seguir la pròpia consciència, però moltes abadesses, Clara entre elles, ja ho havia fet. Les abadesses deuen abstenir-se de mostrar-se airades o torbades davant de conductes que necessitin amonestació. La misericòrdia i l’amor mutu sempre han d’anar per davant (Regla, X).

Bassa al claustre de Pedralbes. L’aigua sempre present per la seva necessitat vital, és també un símbol de l’autoconeixement necessari per a prendre bones decissions. AGC, 2025

A cadascú segons la seva necessitat i de cadascú segons les seves possibilitats”, aquesta dita comunista, ja l’havia fet seva Clara d’Assis al segle XIII, però les formes també són importants. Al seu Testament Espiritual, un escrit que redacta d’una manera més lliure que la Regla, ho indica: tot es farà “per amor del nen que va néixer pobre a un pessebre, va viure sense res i va anar despullat al patíbul”. Es considera a St. Francesc l’iniciador de les representacions dels Pessebres, potser ell ho va fer públic, però cal reconèixer l’amor de Sta. Clara per la tendresa i reconèixer que ella també era, com ell, filla trobadora del seu temps.

Clara, seguint la tradició d’altres dones escriptores, com la comtessa Duoda, coneix i interpreta les Escriptures, mostrant la ferma autoritat que dona el coneixement i que el papa del seu temps va haver d’acceptar. La “planteta” de St. Francesc, com ella s’anomena, podria ser mare de la ecologia, com St. Francesc és el pare. Tots els éssers vius, per descomptat, però també la terra, assenyala Clara, ha de ser amorosament respectada, deixant a l’hort, franges de terra sense conrear, per tal de permetre que neixin herbes i flors silvestres o no treballant més terres que les necessàries per viure.

Hort petit del monestir de Pedralbes, AGC, 2025

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, 15-maig-2025

Les fotos del 2006 són dels amics amb els que van viatjar a Roma i Assis, ja que la nostra càmera va passar a unes altres mans, no per pròpia iniciativa.

A Clara i a qui, com ella, fa de l’austeritat i l’equilibri ecològic una forma de vida.


[1] Tomas de Celano (segle XIII) “Francesc i Clara d’Assis”, traducció al català en 1991: https://montserratgudiol.com/pdf/fonts_franciscanes_tomo1_llfrancesciclaraassis_sanfrancescassis.pdf

[2] Valldaura del Berguedà i de Manresa:. https://terraendins.blog/2025/05/06/santa-maria-de-valldaura-de-olvan-i-de-manresa/

[3] En castellà “simples”, la traducció a “benaurades” és pròpia.

[4] “Los escritos de Santa Clara de Asís”: https://www.franciscanos.org/esscl/escritossc.html

[5] Triviño, Mª Victoria. Francisco de Asís y Clara. Madrid, PPC: 2009, p. 59

La Torre Blanca i l’hospital nucli de l’Hospitalet

Pl. Mn. Homar, emplaçament de l’hospital del segle XIV, AGC, 2024

L’actual barri del Centre de L’Hospitalet de Llobregat està a ponent de la ciutat, tocant a Cornellà, però es denomina així perquè va ser aquí, al voltant del pedrís conegut com la “Torre Blanca”, on es va aglutinar el primer nucli urbà amb el seu primer Ajuntament, anomenat llavors el “Comú” o la “Universitat.

La “Torre Blanca”, una casa pairal de 1595 que pertanyia a la nissaga dels Oliver, serà seu de l’associació dita “Harmonia” a finals del segle XIX, d’aquí el seu nom actual  i de l’Ateneu Cultura Popular al segle XX.

El Casal de l’Harmonia de la plaça Josep Bordonau, no és el lloc on n’hi havia hagut l’antic l’hospital conegut com “La Torre Blanca”, com s’havia cregut; les excavacions de 2008, en les que només es va trobar materials moderns i contemporanis, ho confirmen.

El Casal de l’Harmonia, propietat dels Oliver, no és l’antic hospital.

Altres excavacions realitzades a la plaça de Mn. Homar mostren que seria aquest l’antic emplaçament del nostre hospital del segle XIV, sota l’actual església de Sta. Eulàlia de Mérida, prop de l’antiga rectoria, d’un hort conegut com “l’hort del rector”, i d’un cementiri.

El passatge de la Rectoria i la pl. Mn. Homar al fons, AGC, 2020

L’estudi en profunditat dels noms i dels fets protagonitzats per dones obliga a canviar la nostra mirada trobant una relació més coherent entre les dades documentades a les que l’arqueologia dona llum. En farem un resum.

La Torre Blanca és esmentada per primer cop en 1057 en el testament d’Ermengarda, una dona de la família dels Santmartí, de procedència fronterera, que mostra la relació del nostre hospital amb la comanda de St. Valentí de Cabanyes (Penedès) de l’orde de Sant Joan de l’Hospital.

St. Valentí de Cabanyes, AGC, 2022

Els primers esments d’un hospital en Provençana són del segle XII, però no apareixen en aquesta zona, sinó a “Espodolla”, l’actual Gran Via Sud i estan relacionats amb el monestir barceloní de St. Pau del Camp, Montjuic i els traginers. No és estrany, ja que per aquí passava el camí que anava al cap del riu (el far), una via comercial entre el Delta i la ciutat que travessava els Banyols (La Marina), on trobem esment d’un “corral d’ases”, un terreny, on podrien reposar persones i bestiar, que remet a la funció d’hostatge de Provençana, més que a un edifici concret.

Provençana, any 1000. Entre els primers topònims, la Torre Blanca

El 1231 una família ven a Pere Copons una terra amb un censal de sis parells i mig de capons per a l’Hospital, en un dels seus límits trobem l’orde de l’Hospital. Dels tretze capons un ho pagaran a mitges Arsenda Benvige i Miquela Godai, potser Deodonades – o beguines- ja que Arsenda ens dona el nom que tindrà l’ermita de Bellvitge i el cognom Godai el veurem en algunes dones acusades de curanderisme a principis del segle XIV.

Viladecans. Pl. de les Deodonades, amb l’ermita de la marededéu de Sales i un cementeri vigent. AGC, 2019

El topònim “Hospital”, que trobem al llarg del segle XIII, sembla referir-se al propietari, l’orde hospitalària i/o l’hospital de la Seu, gran propietària a la zona.

El 1242 l’orde de l’Hospital de Sant Joan estableix Ramon Guerau a la “vila vocata Hospital”. La família, propietària durant més d’un segle, es dedicarà a la recollida de censos de la zona per a aquesta orde. La paraula “hospital” assenyala un lloc on l’orde de l’Hospital i l’Hospital de la Seu tenien propietats importants, un lloc amb una funció d’hostatge tant important que dona nom a la nostra vila, talment com passa a altres llocs propers a la urbs, com l’Hospitalet de l’Infant. Una vila que ara es considera “pobla”, amb unes vies comercials, un mercat i un hospital-alberg.

Creu pàtea, símbol dels hospitals al carrer Xipreret, AGC, 2024

El 1252 Gueraua Trilla ven una propietat a Arnau i Raimunda de Plegamans a la vila de l’Hospital de la Torre Blanca. A partir d’aquest moment les mencions de “l’Hospital” queden vinculats a la Torre Blanca, on s’aglutina la nova vila. La Torre Blanca, com el castell de Bellvís (sota el poder comtal), tenia una jurisdicció administrativa i fiscal pròpia que quedarà en mans de l’orde de l’Hospital, però la Seu, amb el seu propi “hospital” o Pia Almoina, i la Canònica seguiran sent les grans propietàries a la zona, el que generarà conflictes entre les mateixes institucions religioses.

Creu pàtea a l’antic edifici de la Pia Almoina.

L’acumulació de béns per l’església provoca, en gran mesura, la irrupció del sistema burgés, assentat en els préstecs i la especulació. En 1256 el canonge i rector de Provençana Pere de Vilar fundà un petit alberg annex a la capella de Sant Macià, prop de l’hospital de Sant Llàtzer, a la plaça Pedró de Barcelona, en uns terrenys que va llegar amb la finalitat d’acollir pobres o malalts, especialment mariners vells. L’hospital tenia una secció masculina, amb tres naus i vint-i-dos llits, i una de femenina, amb una cambra i set llits, endemés de graner, refectori i altres instal·lacions. Al seu testament de 1278 trobem, entre un escandalós inventari de béns, l’existència d’un mercat a Provençana amb una mesura reconeguda, com n’hi havia des del segle X (Aurúcia Deodicada: https://historiasdebellvitge.com/2020/06/18/banyols-versus-provencana-s-x-aurucia-versus-el-bisbe-vives/). La fundació d’hospitals i les donacions a aquests eren una manera de blanquejar els excessos de capital guanyant prestigi, però ens podem preguntar, perquè el funda a Barcelona?, per potenciar la via comercial de Provençana amb la urbs?

Pl. Pedrò a Barcelona, on n’hi havia l’hospital de Sant Llàtzer atès per una comunitat de beguines.

El 1370 Francesc Guerau, hereu de la Torre Blanca pel seu avi Guillem i el besavi Ramon Guerau (1242), ven la propietat a Bernat Rosell amb tots els seus privilegis: censos que recollia l’orde de l’Hospital des del Pla del Llobregat fins a Martorell, homes i dones propis, so de campana, fossat i presó, excepte els delmes i primícies que seran per l’orde. S’hi afegeixen sis terrenys dispersos, un d’ells,l’hort de Paratge, amb oliveres, sota el Camí Ral.

Creu pàtea de l’hospital de Sant Llàtzer o dels messells.

En 1375 el donat de l’ermita de Bellvitge, Pau Genover, comprà el camp de “Paratge” per tal de bastir, amb l’ajut d’un fuster, un hospital d’atenció a pobres, malalts i pelegrins. Genover demana llicència al bisbe i deixa el 1379 la cura de l’ermita per dedicar-se a l’administració d’aquest hospital aconseguint que la casa de l’Hospital de Barcelona posi un portal amb el senyal de la ciutat i que es reconegui la propietat de la capella de Santa Càndida a l’Hospital (sembla ser l’orde de l’Hospital que litigarà amb la Seu pel prat de Banyols o de l’Hospital, perdent el judici). Aquest antic hospital, cuidat per donats i donades, amb la seva capella i cementiri, actualment sota la plaça Mn. Homar, faria algunes funcions parroquials, ja que la de Provençana quedava lluny.

En 1391 es concedeix llicència per instal·lar una carnisseria que disposarà dels seus ramats “in sacraria seu popula hospitalis vocati de provinciana, és a dir que la vila de l’hospital, prop de Cornellà, és el nou nucli on s’instal·la un mercat que desplaçarà al primitiu, més a prop de Barcelona. Les vies comercials i els mercats propicien la instal·lació d’hospitals.

Ermita de Bellvitge, mitjans segle XX. El comerç vinculat a les pastures i els ramats era més dinàmic i actiu que el merament de conreu, com passava a Sta. Eulàlia de Provençana.

El 1405 l’orde de Sant Joan de Jerusalem estableix Angelina Rosell a la Torre Blanca, encara que serà el llinatge del seu marit, Bernat Oliver, el que passarà a la història. El bisbe, d’acord amb el rector de Provençana, s’intenta apropiar de Santa Càndida consagrant en data indeterminada el terreny de l’hospital fins al Camí Ral i posant la primera pedra. Oliver i Angelina Rosell afirmaran que la van fer ells i els pertany, encara que deixaven les claus als parroquians, ja que l’església de Provençana els quedava lluny i estava aïllada.

El 1426, s’autoritza a canviar l’emplaçament de la parròquia de Provençana aprofitant la sagrera i el cementiri de l’hospital. Bernat Oliver intenta demostrar que la capella no era del rector, com aquest afirmava, desmentint, amb altres, les afirmacions del rector i negant-se a un trasllat que s’acabarà realitzant malgrat la mediació, en 1434, de la reina d’Aragó, Maria de Castella (1401-1458), que intervé en nombrosos conflictes catalans davant de l’absència del seu marit, Alfonso “el magnànim”.

Plet de Bernat Oliver, recollit per Jaume Codina.

La reina fa saber que Bernat Rosell, pare d’Angelina, havia estat un pròcer i com a tal gaudia del dret real de fundar esglésies, com va ser el cas de la capella de Santa Càndida i demana que, en atenció al servei realitzat a fidels i ancians, el bisbe faci que el rector permeti tenir les claus al matrimoni. L’assumpte es complica amb altres temes i es creen bàndols: els d’enllà de l’aigua (El Prat) que s’acaben independitzant, la pobla, que s’imposa… sense que es vegi una correlació respecte al tema en qüestió. La reina Maria acabarà aprovant la nova església i sol·licitant una compensació per als Oliver.

La societat agrària es diversifica entre terratinents grans, mitjans o petits constituint l’ajuntament o “universitat”. La primera reunió es realitza al pòrtic de la nova església, el 1450, davant dels conflictes amb Bernat i Pere Oliver, pare i fill, i sota llicència de la reina Maria, s’acaba determinant que la compensació als Oliver es pagarà en cinc parts, una l’assumiran  els majors o més rics; dos, els mitjans i les altres dues es repartiran en tres parts entre els menors, que disposaran de tres anys per fer la liquidació.

1408. El Capbreu fiscal es fa per pagar els costos de la nova església. Foto: 2025, exposició de Pergamins al Museu d’història de la ciutat.

En 1441 una família de Vilafranca feia una donació testamentària al nostre hospital de Santa Càndida i al seu donat, Lluís de Mur, procurador de la Casa-Hospital. El 1454 el bisbe dona permís a l’hospital per demanar almoines per poder atendre els pelegrins i seguir amb les obres. A les actes s’especifica que l’hospitaler demana almoina mentre que la seva dona atén pobres i malalts. L’hospital té la capella dins de les seves instal·lacions, on se celebren misses i acudeixen els veïns de la zona. Als altars: Sant Bartomeu, Sant Blai i Santa Llúcia, advocacions de l’Orient cristià molt populars al sud de Catalunya.

Del 1475 són les primeres Ordenacions per edificar la nova església. En elles es dona veu i vot a tots els habitants naturals de la població: els caps de família de la pobla (quaranta-quatre homes i dues vídues), alguna representació dels d’allà l’aigua i dels d’ençà l’aigua i el donat de Bellvitge. El rector de Provençana és absent i se n’acorda la independència al respecte. En aquesta ocasió són convocats els estaments pobres, el que ja no tornarà a passar, encara que assumeixen costos. S’acorda un dret parroquial del 15% sobre les despeses funeràries. El bisbe signa i aprova el que ja és un fet.

El 1508 es constata, després de la visita a les dues esglésies de Sta. Eulàlia, a l’ermita de Bellvitge i a la capella de Santa Càndida, que el rector segueix absent deixant la parròquia a mans d’un vicari. Els ermitans de Bellvitge eren un donat i la seva dona, ja grans. A l’hospital de Santa Càndida els donats eren un matrimoni provençal. L’hospital s’havia de reparar perquè quan plovia entrava aigua, però els prohoms de la pobla prefereixen contractar un argenter perquè faci una creu per cent vint lliures, encara que no sabem si es va fer.

La iconografia de la època moderna acaba eliminant tot vestigi del fer de les dones, especialment en les cures. Detall del retaule de Sant Roc que es conserva a l’edifici de l’Harmonia.

El 1564 hi ha un nou intent de rehabilitar l’hospital i la capella de Santa Càndida. El projecte estava convingut i signat entre els prohoms de la pobla i les Devotes de la tercera orde de Sant Francesc, però no va arribar a dur-se a terme. Per què? En endurir-se les estructures eclesials (reclusió de les ordes femenines i assetjament a les comunitats lliures), la tercera orde, a la que s’havien acollit moltes beguines, va ser suprimida, passant algunes d’elles i els seus béns a l’orde carmelita.

El 1579 el comú ven un censal mort (hipoteca) sobre la Torre Blanca, aleshores dita mas Rovira, a Jaume Pellicer, notari barceloní, per mil lliures, gairebé la meitat es destina a comprar, l’endemà, la finca a Teodora (o Dorotea) de Boixadors i la resta es dona a les obres de la nova església parroquial que havia de refer-se per haver estat alçada l’anterior sense fonaments.

El 1606 l’hospital està indecenter.

La història hauria estat diferent si l’Església no hagués acabat amb les iniciatives de les dones i de qui seguia la pròpia consciència, és un fet que cal reconèixer, una manera és recuperar els noms de les nostres protagonistes i llocs simbòlics, com les Deovotes, els donats i les donades o “Paratge” (una paraula molt estimada a la civilització occitana que vol dir “pariatge”, acord).

Restes de les desfetes de la guerra al museu d’història. AGC, 2025

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, 27/04/25

A les dones que en tots els llocs i moments s’han fet càrrec, majoritàriament, de les cures.

Deodonades del Vallès occidental. L’inici de “les magdalenes”.

Absis de Santa Margarida del Mujal, junto a un restaurante de Can Parellada, AGC, 2021

Santa Margarida del Mujal és una ermita romànica que actualment es troba al sud de Terrassa, al polígon industrial de Can Parellada. El lloc del Mujal (Modial, mesura de grans) s’esmenta per primer cop en 1001 al límit d’una venda a Feulines (antiga quadra de Can Palet) anomenat llavors “Vila Filali(Vilafilar) sota Ègara.[1] El lloc de Feulines passà a domini del monestir del monestir de Sant Llorenç del Munt sobre Terrassa quan els comtes Ramon Borrell i Ermessenda donen a Guifred un alou consistent en una “hostalitat” amb terres, vinyes, prats, pastures, camins, canals, aigües i arbres en aquest lloc, rebent a canvi un cavall.[2] Sembla que seria un establiment d’acollida que beneficiaria al monestir del Munt, sobre els que els comtes havien recuperat el control que anteriorment donaren a Sant Cugat.

L’església és coneguda des de 1037 com “Santa Eugènia, Santa Margarida i Santa Susanna”, així s’anomena en la donació testamentària a Sant Pere d’Ègara d’un alou a Feulines.[3] El monestir de Sant Llorenç rebé donacions per a la l’església de Santa Eugènia, amb els altars de Santa Margarida i Santa Susanna, de la família de Queruç i Oria.[4] Aquest matrimoni havia comprat propietats al lloc de la domum de Santa Eugènia[5] que traspassà als seus fills amb l’encàrrec de que es cuidessin de la església i de que després de la seva mort, passés al Munt. La paraula domum indica que n’hi havia una comunitat. En 1056, un descendent, Mir Queruç de Terrassa, continua deixant Santa Eugènia, en usdefruit al seu germà Ramon, i a Sant Llorenç després, aquest document es troba a l’arxiu de la Seu de Barcelona (ACB, 904).

Santa Margarita del Mujal, bien cuidada, 2021

La canònica agustina de Santa Maria d’Ègara, més a prop que el monestir del Munt, atenia el servei religiós d’aquesta capella que, durant els segles XII-XIII, anà prenent l’advocació preferent de Santa Margarida. La canònica entra en conflictes amb l’abat de Sant Llorenç, fins que el 1233 s’acorda que Santa Maria es farà càrrec de les funcions religioses a canvi de donar al Munt un cens anual de cera. Aquí veiem com els potents es disputen les rendes de les capelles, i més si aquestes eren regides per comunitats de dones.

A començament del segle XIII, a Santa Margarida de Mujal, n’hi havia una comunitat mixta de donades i donats, sota l’abadessa Guillema de Brancaque adquirí diverses propietats per compra o donacions mostrant la prosperitat de la comunitat. A partir de 1252 passarà a ser un priorat femení de Santa Maria de Terrassa adoptant la regla de Sant Agustí. En 1254 Arnau Vidal i la seva esposa Pereta, donen a Santa Margarida del Mujal el que tenien al voltant d’aquesta capella pel monestir de Sant Llorenç del Munt, amb consentiment del seu abat, a fi de que edifiquessin i augmentessin la població i els béns, el que mostra que al segle XIII aquestes comunitats eren estimades.

Santa Maria d’Ègara, una canónica que s’anava fent amb el control de les comunitats religioses femenines. 2022

Les comunitats agustines tenien una vida activa, atenent vianants, malalts i pobres, predicant i ensenyant o tenint cura de les esglésies, però serà per poc temps. El 1303, el bisbe Ponç de Gualba clausura la casa i desterra a la priora, Elisenda Basea, i a les monges Ròmia de Villana i Maria Amat, a la propera capella de Santa Magdalena de Puigbarral amb unes acusacions que no podem tenir en compte, ja que aquest bisbe “reformador” es dedicava a acabar amb les comunitats de dones substituint-les per clergues beneficiaris. A les visites pastorals de la època, molts són els acusats de “fornicadors”, d’adulteri o de tenir concubines (els clergues), però només elles són tancades, per tant no es tracta de si les acusacions tenien fonament o no, d’acord amb la moral de la època, sinó de les diferents conseqüències sobre uns o sobre unes altres.

Santa Magdalena del Puigbarral, en un pedrís privat, 2025

El concili de Viena de 1311 prohibí el beguinatge, molt estès per Europa, per “errors” propers a la heretgia, perseguint aquestes comunitats lliures i condemnant a beguines i begards a morir a la foguera. No és estrany, doncs que la nova comunitat de donades (1311), s’extingís aviat. En 1344 la cartoixa de Vallparadís (Terrassa) reconeix que la seva fundadora, Blanca de Centelles li ha pagat 50 sous per una demanda contra els béns d’Alemanda Sarroca, Deodonada de Santa Margaria del Mujal per contractes que havia fet sense estar autoritzada.[1] El 1421, a falta d’ornaments i llibres, el nou bisbe autoritzà la captació d’almoines per a la capella de Santa Margarida que “havia estat casa de monges”


Santa Magdalena de Puigbarral està situada al nord-est de Terrassa i al sud de Matadepera, entre la riera de les Arenes i el barri de la Font de l’Espardenyera, en terrenys del parc agro-forestal de Terrassa. Reconstruïda a mitjans del segle XX, és actualment inaccessible en trobar-se dins d’una propietat particular emmurallada. Tot i així, el carrer del “torrent de les monges”, prop de la font de l’Espardenyera, recorda aquesta comunitat femenina.

Font de l’Espardanyera a la zona de Puigbarral, 2024

En 1244 la casa tenia també Deodonades sota la canònica de Santa María. Les dones expulsades pel bisbe Ponç de Gualba de la comunitat de Santa Margarida es van acollir en aquesta capella, però per poc temps, en 1318 la capella és lliurada a un donat, sota la canònica de Santa Maria de Terrassa. Les que quedaven iniciaran la comunitat de magdalenes de Barcelona.

«Torrent de les monges», un topónim per tota una història amagada.

En 1358 Pere el Cerimoniós dona el permís per a fundar una casa per acollir a “prostitutes que volien canviar de vida” en Barcelona, seran les conegudes com “magdalenes” o penedides. El Consell de Cent, que empara llavors algunes comunitats de dones no volgudes a l’església aprofitant-les sovint pels hospitals de la ciutat, posarà els mitjans econòmics per a fer-ho. És molt probable que aquesta comunitat s’iniciés amb les magdalenes de Puigbarral i la causa no va ser tant el suposat penediment com el càstig que van rebre d’una església misògina que expulsà les comunitats religioses femenines dels seus llocs d’origen i de la història. Sense recursos per sobreviure, s’hauran d’acollir en cases on són recloses i condemnades a viure de “la caritat” o abandonar, la qual cosa és difícil si no es tenen recursos. En 1450 s’hi afegí la comunitat de Santa Magdalena de Conangle de Roda de Ter, quedant aquesta capella amb un ermità. Les situacions a diferents indrets de Catalunya són similars.

La casa de les magdalenes de Barcelona estava a la riera de Sant Joan, prop de l’antic hospital de Santa Marta, on probablement devien ajudar. L’edifici es va enderrocar al XIX per a fer la Via Laietana. Una segona casa es fundarà el 1410 sota l’advocació de Santa María Egipciana, darrera l’antic monestir del Carme, on trobem el nom del “carrer de les Egipcíaques”.

Altres situacions semblants que trobem al Vallès Occidental i Barcelona:

La comunitat de Deodonades de Santa Magdalena i Santa Margarida de Castellbisbal,que atenia l’hospital de mesells (leprosos) de Martorell,va rebre la visita de Ponç de Gualba en 1303, en la que es reconeix que “tenen bona fama entre la població”, tot i així aquesta comunitat, acollida a la regla de Sant Agustí, serà incorporada a la de Montalegre de Barcelona en 1450 malgrat les resistències. D’aquesta capella ja no en queda res, tot i que la família de la masia Can Ribot conservava una talla de Santa Magdalena.[7] Les canongesses de Montalegre s’extingiran al segle XVI en no acceptar una imposició que no estava a les seves constitucions, la del claustre.

Can Ribot i Can Canyadell al fons, on n’hi hauria la capella de Santa Magdalena i Santa Margarida de Castellbisbal, 2022

A l’ermita de Togores (vora l’actual Torre del Canonge), documentada el 1035, n’hi havia, al segle XIV, donades que depenien de Sant Llorenç del Munt. [8]  

L’ermita del Puig de la creu de Castellar del Vallés, documentada des de 1193, rebia donacions entre els segles XIV i XVI. Cap al segle XVI restà abandonada, però es celebra l’aplec de Santa Margarida. Hom creu que seria un monestir de dones.

Ermita de Puig de la Creu en Castellar del Vallés, 2022

L’advocació de Santa Margarida, com la de Santa Magdalena remet a comunitats de dones i la majoria segueixen el mateix procés, com va passar amb la comunitat de l’hospital de Santa Margarida i Sant Llàtzer de Barcelona, dedicada a l’atenció de mesells. Les dones, beguines, es van acollir a l’orde jerònima seguint la regla de Sant Agustí sent finalment recloses malgrat la seva oposició.

Santa Magdalena de Puigbarral sota Sant Llorenç del Munt, 2022

Mª Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, 26-03-2025

Als grups de dones, continuació d’aquelles comunitats femenines menystingudes


[1] Puig i Ustrell, P. et al. (2013) Diplomatari de Sant Llorenç de Munt (1101-1230), n. 102

[2] Puig i Ustrell, (2013), oc., n. 159

[3] Puig i Ustrell, P. et al. (2001) Diplomatari de Sant Pere i Santa Maria d’Ègara-Terrassa (958-1207), n. 32.

[4] Puig i Ustrell, (2013), oc., n. 320, 321 (1042) i 332 (1044)

[5] Puig i Ustrell, (2013), oc., n. 273 (1038), 298, 307 i 312 (1040-41)

[6] Álvarez, Robert (2020), Diplomatari de la Cartoixa de Nostra Senyora de Montalegre (916-1450), n. oc., n. 147

[7] Ruiz i Elias, Albert (1998). Notes històriques de la parròquia de Castellbisbal, p. 50-54

[8] Puig i Ustrell, (2013), oc., n. 252 i p. 184 i 204-208

El monestir de Valldonzella. Un exemple de resistència femenina.

Restes de l’ermita de Valldonzella al camí de la creu d’Olorda. AGC, 2022

El lloc de Valldonzella és documentat el 1147, quan els esposos Guillem Mir i Sança (senyors de Santiga) donen al monestir de Sant Cugat el que tenien a la Vall Donzella, a la parròquia de Sta. Creu d’Olorda i de St. Just Desvern, endemés d’altres possessions a Sta. Eulàlia de Provençana, Montmeló, Santiga i Mollet. Ho donaren per eixugar el deute de Guillem Mir.[1]

Valldonzella és al terme de Sant Feliu de Llobregat, però la torre, coneguda com Sta. Margarida, pertany a Barcelona, potser aquest fet explica l’abandó que pateix aquest lloc amb una història que cal conèixer, doncs és un clar exemple del maltractament sistèmic envers la dona i de les seves resistències.

Restes de la masia de Valldonzella, probablement el lloc on habitaren les germanes. AGC, 2022

El topònim “Vall donzella” suggereix que devia ser un cenobi femení molt antic.

Santa Maria de Valldonzella és anomenada per primer cop en un llegat de 1175, tot i que el culte devia ser anterior. En aquest document signa un prevere, Arnau, i una priora, Ermessenda.[2] A partir d’aquest moment trobem diverses referències, com altres donacions, establiments o uns plets sobre una olivera i una vinya, entre el monestir i l’altar de Sta. Magdalena de la Seu,[3]  evidentment guanya els plets la Seu. Tot plegat dona idea de que els recursos de Valldonzella, una zona de boscos i conreus regats per torrents i per la riera “jocundi” (la Salut), eren valuosos. Ja en 1162 Valldonzella havia donat la pedra per refer Santa Maria de Vallvidrera.

La font de Santa Margarida amb aigua procedent d’una mina. AGC, 2022

En aquests temps la comunitat estava formada per Deodonades, dones vídues o joves que es lliuraven a sí mateixes amb part dels seus béns (tenim documents de 1206 i de 1218 que ho confirmen). La primera abadessa coneguda és Ermessenda de Muredé, que signa un document de lliurament de dues novícies (1218) amb cinc Deodonades més, una d’elles era Sança de Plegamans.[4]

Els primers cenobis que s’establien sobre antics llocs d’eremites, a les valls o a peu dels camins principals, on s’atenien viatgers i peregrins, no seguien una regla determinada i podien ser mixtes, el que motiva que acabin sent suprimits i/o absorbits per una església que demanarà, per damunt de tot, obediència.

Camí de la creu d’Olorda i edificacions de Valldonzella. AGC, 2022

Aquesta vida més autònoma veu el seu final en 1226, quan el bisbe Berenguer de Palou i el seu capítol de canonges donen Santa Maria de Valldonzella a l’orde del Cister, una orde reformada de St. Benet que se introduïa entre les ordes mendicants i els grups que reclamaven, donant testimoni, més austeritat i una predicació de l’evangeli amb llengua vernacular en la que participaven les dones, principal motiu per a ser perseguides.

Aquest primer cenobi de les valls serà anomenat “Valldonzella la vella”, “Santa Margarida” o “Valldonzella de dalt”, per diferenciar-la de la de “Valldonzella de baix”, que quedarà en mans del mateix bisbe que les va sotmetre, sent posteriorment coneguda com «la torre del bisbe».

Valldonzella de Baix pertanyia al segle XIII al bisbe Berenguer de Palou

Les dones de Valldonzella, com tantes altres, hauran de sotmetre-se’n al masclisme eclesial estructurat sota tres caps: el bisbe, l’abat de Santes Creus i els rectors pertinents. El bisbe tindrà dret a escollir l’abadessa, l’abat de la branca masculina podrà imposar la seva disciplina i controlar els seus béns i els rectors, recaptarien els delmes.

Algunes d’elles eren filles de la noblesa, com l’abadessa Berenguera de Cervera que signa, en 1237 [5] amb onze germanes més, la adhesió a l’orde del Cister imposada per bisbe. En 1255 el papa Alexandre IV concedeix permís per cantar oficis a porta oberta, un indici de que les monges tenien una relació de proximitat amb el seu entorn, però, en 1261 el bisbe Berenguer les posa sota l’obediència de l’abat de Santes Creus i del bisbat indicant la fórmula d’obediència que havien de dir.[6]  Moltes no devien continuar, ja que només es mantindran Sança de Plegamans i dues més. Van haver de portar monges de Vallbona que ja pertanyien al Cister per iniciar el procés.


Per decisió del bisbe, seran traslladades en 1269 prop de la ciutat, com fan amb altres ordes femenines. L’excusa és la inseguretat en un temps de revoltes de la noblesa contra el rei, però el motiu principal sempre és tenir el control del seu fer i dels béns que gestionen. Mai és decisió d’elles, moltes es resistiren, com devia passar a Valldonzella, on una llegenda explica que la mare de déu del cor tornà a la vall en tres ocassions.

Imatge de la mare de déu del cor o de la tendresa venerada a Valldonzella. Segons un estudi de Joan Ainaud se sap que la imatge originària va ser pintada sobre un pergamí del s. XI.

Tanmateix, la ciutat, centre de epidèmies i de guerres, sempre resultarà més mortal. S’establiran a uns camps de “Creu Coberta” o Enforcats (cruïlla de camins entre Montjuïc, Provençana i Sants), és a dir a l’actual Plaça Espanya, prop d’una de les entrades a Barcelona, la de St. Antoni, on s’instal·len provisionalment en una casa, bastint poc després el monestir.

1700 Barcelona, mapa antic. Es pot veure el monestir de Valldonzella entre el portal de St. Antoni i Montjuïc, on avui està la Pl. Espanya.

Com establiment fora murs, la comunitat femenina s’ocuparà d’assistir els viatgers que es quedaven a les portes de la ciutat. En el mateix recinte monàstic es basteix una residència que serà utilitzada per moltes persones, però només ens queda constància dels allotjaments reials.

Els reis són protectors des dels seus inicis. Jaume I concedí una dotació anual de blat per la seva manutenció (el que no caldria quan elles disposaven dels seus propis recursos). Jaume II, en 1291, confirmarà el dret de moltura a un dels seus molins al Rec Comtal, afegint drets al mercat de Piera i els delmes de St. Esteve de Parets. En 1308 ja n’hi havia 35 monges.

Santa Maria de Valldonzella als Enforcats. Dibuix d’un mapa de 1563

L’església de Valldonzella la vella, sota l’advocació de Sta. Margarida, segueix funcionant. Les monges defensaran la seva propietat, tot i que en 1340 es veuran obligades a cedir als senyors de Sant Feliu i a la Almoina de la Catedral la quarta part del seu bosc a fi de que aquests puguin tallar arbres i fer carbó per a ús del seu forn i de la seva farga.

Als murs que envolten el recinte s’han trobat restes que indiquin que al lloc hi hauria hagut un assentament romà. AGC, 2022

El primer “antipapa” (Clement VII) concedeix, en 1387, que es pogués celebrar a porta oberta a la seva església en temps d’entredit pas previ a la excomunió). En 1416, un altre papa d’Avinyó, el “papa Lluna” (Benet XIII) les afavoreix amb la rectoria de Sta. Creu d’Olorda.

En 1403 és enviada com abadessa Constança de Cabrera (-1433), molt bé relacionada amb el rei Martí l’Humà, de qui va ser consellera matrimonial, casant-se aquest, en segones núpcies i sense descendència viva, amb Margarida de Prades, neboda de Constança. Llavors les monges ja arribaven al mig centenar. Pocs mesos després de casar-se i sobre alimentat per una “dieta procreadora” el rei morí al monestir. Uns anys després, Margarida de Prades (1387-1429), vídua per segon cop, s’hi retirà com a monja. Morí al monestir de Bonrepòs (Morera de Montsant) víctima de la pesta. El de Constança va ser un llarg i pròsper abadiat que mostra com les dones, malgrat les subjeccions imposades, troben maneres de fer-se valdre i de millorar els seus recursos.[7]

El 10 de març de 1458, el rei de Navarra, D. Joan, governador de la Corona d’Aragó i lloctinent d’Alfons el magnànim, germà seu, que moriria uns mesos després, és a dir el que aviat seria el rei Joan II, trobant-se a L’Hospitalet de Provençana, posa sota la seva protecció el monestir amb les seves famílies i béns. No sabem què feia a L’Hospitalet, estava pendent de bastir-se l’església de Sta. Eulàlia de Mérida, que no es feia per l’absència continuada del rector de Provençana i que el rei Joan manaria fer dos anys després, eren temps de litigis per l’ús de les pastures entre els carnissers de Barcelona i els locals, temps dels conflictes del remences i estava a punt d’esclatar l’anomenada “guerra civil catalana” o guerra de successió entre el mateix Joan i el seu fill, Carles de Viana. Però, potser havia vingut a caçar o pescar al Delta.

En 1462, en plena guerra civil i amb l’abadessa malalta, les monges es refugien a la ciutat. Per tal d’alleugerir la precària situació que patien, fan establiment dels seus edificis i terres a Valldonzella la vella, el que els comportarà conflictes, deu anys més tard, amb el reformador general de l’orde.

Valldonzella «la vella». Ermita, torre i masia edificades posteriorment.

La imposició de clausura als monestirs femenins del concili de Trento (1545-1563) va suposar que no poguessin entrar novícies en un lloc obert on es feia posada. La situació es va alleugerir una mica, entrat ja el segle XVII, amb la intervenció del rei Felip. Cal dir que l’intent de forçar la clausura venia ja de molt abans (1298: “Decretal Periculoso”) i que la seva implantació provocà una minva d’aquells “espais de dones” que havien florit entre els segles XI-XIII. A Catalunya es van perdre 14 de 16 monestirs femenins cistercencs entre 1452 i 1717. Només es mantingueren Sta. Maria de Valldaura, al Berguedà i Valldonzella a Barcelona.[8]

Durant la a guerra dels Segadors (1640-43), les monges abandonen el monestir i es traslladen novament dins la ciutat, sent destruït el monestir el 1652 al setge de Barcelona. El 1674 la comunitat passà a viure al Priorat de Natzaret que pertanyia a Poblet. A l’actual carrer de la Verge, prop del carrer Valldonzella, encara queda el portal.

Portal de l’antic convent de Natzaret, priorat de Poblet als seus inicis, al carrer de la Verge, prop del carrer Valldonzella AGC, 2021

Valdonzella la vella resta en mans privades, es converteix en masia i es divideix en dos pisos, el de baix, destinat a celler i el de dalt, a església. El culte es manté fins el 1865 en que es tancà degut al mal estat de l’edifici.

Durant el segle XIX les monges hagueren d’abandonar el monestir en diverses ocasions. L’any 1847, les poques monges supervivents tornen a reunir-se residint-hi fins la Setmana Tràgica (1909) en que tornen a fugir sent el convent, com tants altres, destruït pel foc.

L’any 1911 es comencen les obres del nou monestir que actualment és a St. Gervasi de Cassoles, al carrer del Cister. Durant la guerra civil espanyola va ser destinat a preventori antituberculós, després fou restaurat i retornat al seu ús. Des de 1999, una part del monestir es ocupat per diverses dependències de la Universitat Ramon Llull.

Actual església i monestir de Sta. Maria de Valldonzella al carrer del Cister.

Per acabar un últim apunt, sembla que els monestirs femenins cistercencs catalans van ser establerts, estratègicament, a zones de frontera. Dos tipus de fronteres: la del sud, vinculada a la expansió de terres conquistades a l’islam i la del nord, per on entraven els moviments considerats herètics per una església que eliminava tot el que no sotmetia. Segurament van fer una funció, en un temps que ara caldria renovar, en tot cas forma part de la història de les dones, del que han fet les dones i del que ens han fet.

Gessamins del monestir al carrer de Claraval. Bernart de Claravall (1090-1153) va ser un reformador i difusor de la orde del Cister, molt tradicionalista s’oposà a les idees d’Abelard i establí la dependència de les dones del Cister respecte a un abat masculí, no és un personatge que vulguem destacar, ens quedem amb l’olor dels gessamins.

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, 21-05-2022

A les germanes que han mantingut el seu llegat d’humanitat i bon fer.


[1] Mas, Josep (1909-1914). Cartulari de Sant Cugat, vol. V, DCCCXXVI

[2] Mas, Josep (1909-1914). Notes històriques de Santa Maria de Valldonzella de Barcelona.

[3] Mas, Josep (1909-1914). Notes històriques del bisbat de Barcelona. Rúbrica dels Libri Antiquitatum de la seu de Barcelona, vol. XII n. 2127 (any 1183) i 2374-75 (any 1204).

[4] Pagès i Paretas, Montserrat (1992). Art Romànic i Feudalisme al Baix Llobregat. Centre d’estudis comarcals del Baix Llobregat, p. 502-524.

[5] Mas, J. Notes històriques de Santa Maria de Valldonzella de Barcelona, doc. II

[6] Álvarez, Robert (2022) Diplomatari de la Cartoixa de Nostra Senyora de Montalegre (1200-1265), n. 81

[7] Roca, M. Carme (2014). Abadesses i Priores a la Catalunya Medieval. Barcelona: Base.Mas, Josep (1909-1914).

[8] Obiols, Montserrat (2005) El monacat femení en la Catalunya Medieval. Santa Maria de Valldaura (1241-1399) Tesi UB dirigida per Mª Milagros Rivera Garretas

Ermites del Maresme. Les seves Deodonades.

Les dones i les primeres esglésies.

Icono de Santa Anastàsia, coneguda com «la guaridora».
  • Santa Anastàsia de Premià de Mar

L’església de Santa Anastàsia[1] de Premià apareix documentada al 987 quan els marmessors de Viader donen a la Seu de Barcelona una vinya a Premià sobre la casa de Santa Anastàsia (capella “antiquíssima[2] de Premià de Dalt).[3]

Premià de Dalt. Capella de Santa Anastàsia o de Santa Anna. Foto: Ramon Solé.

Que es tractava d’una primitiva església ho proven les excavacions que s’han fet a la zona, entre Premià i Vilassar, on hi ha actualment un parc aquàtic, en les que s’ha trobat, entre altres elements del període romà, un anell signatori amb un crismó i un colom, probablement del segle V d C. L’advocació d’una figura martirial molt antiga reforça la tesis.[4]

No trobem més notícies fins segles després. Entre 1354 i 1356 s’esmenta la deodata Benvinguda en un capbreu.  En 1371 tenim constància de l’existència d’una comunitat mixta amb un donat i donades que compren un terreny a Vilassar. La capella consta com alou i domini de Santa Maria de la Cisa de Premià. En 1378 la capella apareix com a beneficiada per part dels senyors feudals Bernat de Sant Vicenç i Sança Desbosc. En 1446 el visitador pastoral mana l’apertura del pas entre l’ermita i la casa d’un donat.

Santa Maria de la Cisa. Les marededéus amb la bola del món és una representació habitual del romànic.

A partir de 1513 consta l’advocació de Santa Anna als documents, segurament en un intent de canviar una figura martirial oriental per una Santa més propera a l’advocació de Maria que impera en aquests segles. En aquesta època es fan una sèrie de reformes de l’edifici, una de les quals serà el canvi d’orientació.

Popularment es manté el nom de Santa Anastàsia i així la trobem citada, a la segona meitat del segle XVI, en un nou capbreu, a les afrontacions de l’alou d’un pagès d’Argentona, en Joan Vinyals.[5]

  • Sant Salvador de Can Boquet de Vilassar

La capella apareix esmentada al 1055. L’any 1303 s’instal·là una comunitat mixta de donades i donats. El rector de Vilassar gestionava la propietat i el cobrament de lloguer a aquesta comunitat que es va dissoldre als pocs anys. Al 1420 la congregació encara tenia activitat. Després van haver-hi diferents canvis d’ermitans. Al segle XVI ja només consta un ermità. En un document de 1580 es menciona la ocupació per un tal Boquet, que va donar nom a l’indret. Es conserva la capella romànica, tot i que modificada.

Sant Salvador de Vilassar de Dalt, capella romànica refeta. Foto: wikilok
  • Santa Margarida del Viver a Cabrera de Mar

Estava dedicada inicialment a Sant Cebrià. El seu origen és força antic ja que, d’època paleocristiana, va ser alçada sobre un hàbitat de l’època romana. Entre el 1294 i el 1310 hi existí una comunitat de donades. La seva superiora, Arsendis Verdaguera, fou acusada l’any 1304 de malversar béns de la casa, el bisbe Ponç de Gualba encarrega al seu nebot i al rector de la parròquia que elegissin un administrador a qui elles havien d’obeir. Els beneficis i els drets de patronatge van ocasionar nombrosos litigis entre el rector i els parroquians de Cabrera. El 1436 un pescador de Sant Genís de Vilassar, Pere Camps, amb uns companys, va tirar la porta de la capella i s’endugué l’esclau que la guardava, el que dona a entendre que llavors ja no hi havia deodates.[6]

L’ermita va ser enderrocada pel propietari particular al 1950. Com deia Marià Ribas que ens va deixar aquest dibuix de 1925: “amb la destrucció (…) emmudí el llenguatge d’uns remots vestigis arqueològics que ens havien explicat coses interessants que no deien els documents escrits”.

Santa Margarida del Viver, Cabrera de Mar. dibuix que va fer l’historiador Marià Ribas al 1925
  • Santa Eulàlia ó Sant Llop de Dosrius

Consta que hi havia una comunitat de donades l’any 1340. A partir del segle XVI és coneguda amb el nom de Sant Llop i Santa Eulàlia, el lloc serà ocupat per un ermità i es convertirà en santuari. Des del segle XVIII, només tindrà l’advocació de Sant Llop.

  • Sant Pere del Morrell (St. Andreu de Llavaneres)

Hi consta que l’any 1368 tenia una comunitat de donades. A tocar de la riera de Llavaneres i a prop de la seva desembocadura al mar, la primitiva capella tenia al voltant una sèrie d’espais al voltant de la capella, anomenades botigues, que la parròquia llogava als pescadors per a guardar els estris de pesca. Des del segle xvii fou seu de la confraria de pescadors i en aquesta època fou restaurada o reconstruïda. Ha estat refeta modernament.

També l’església vella de Sant Andreu de Llavaneres es bastí sobre un edifici anterior, probablement romànic, al llarg del segle XVI.

Esglèsia vella de Sant Andreu de Llavaneres.
  • Roca-rossa (Tordera)

L’origen és confús, podria tractar-se d’un petit monestir benedictí, un ermitori, o bé una comunitat de donats, de donades o mixta convertida en priorat canonical. A finals del segle XII comencen a trobar-se documents que fan referència a la comunitat de canonges. La casa gaudia d’una època d’esplendor i era beneficiària de donacions, sobretot de la casa dels Cabrera.

Tordera (Alt Maresme). Ermita-Monestir de Rocarossa. Foto: viquipèdia.
  • Quines conclusions podem extreure de tot plegat?

Trobem uns fets similars en relació a les Deodonades de la geografia catalana:

Elles es feien càrrec de moltes capelles, hospitals i parròquies, com també ho feien les comunitats de benedictines o d’agustines.

Al segle XIII, les que no havien fet vots, van  posant-se sota una regla si volen continuar, sovint és la de Sant Agustí, que permetia una vida més activa.

Tot i així, la seva duració al davant de la institució que regeixen amb probitat és escassa, especialment des de principis del segle XIV i amb el bisbat de Ponç de Gualba (-1034) que, d’acord amb alguns rectors, aconsegueixen fer fora les dones i fer-se amb l’administració dels béns de les seves comunitats.

Freqüentment es canvien les advocacions orientals com la de Santa Anastàsia per noms de sants o per la de Nostra Senyora, una figura idealitzada per ments masculines per a sotmetre a les dones.

Durant el segle XV moltes ermites rurals van quedant en mans de donats o ermitans que viuen sols o amb la seva família. Al segle XVI ja només trobarem ermitans al davant de les ermites. De les dones, ni que fossin les seves esposes i tinguessin cura com ells, ja no es parla.

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, L’Hospitalet, 17-03-2021

A les Deodonades, que ressorgiran de l’oblit i la difamació.


[1] Santa Anastàsia, màrtir siriana, era venerada a diversos llocs d’Orient i d’Europa des del segle IV. Al poble del Montseny hi havia també una antiga ermita dedicada a ella.

[2] En paraules de l’arxiver Mn. Josep Mas (Premià de Dalt, 1860 – Vilassar de Dalt, 1942).

[3] Mas, Josep (1909-1914). Notes històriques del bisbat de Barcelona. Rúbrica dels Libri Antiquitatum de la seu de Barcelona, vol. IX, n. 88.

[4] Coll i Járrega (1996) “L’anell signatori de la necròpoli paleocristiana de Santa Anna (Premià de Dalt, el Maresme). Dades i problemàtica d’un jaciment poc conegut”. Annals de l’Institut d’Estudis Gironins.

[5] Graupera, J. (1996) “Noves aportacions sobre el pre-romànic del Baix Maresme. La capella de Santa Anastàsia de Premià de Dalt”.

[6] Ribas i Bertran, Marià. «El temple de Santa Margarida de Cabrera de Mar. Casa de Deodates». Sessió d’Estudis Mataronins, [en línia], 1985, Núm. 2, p. 33-42, https://www.raco.cat/index.php/SessioEstudisMataronins/article/view/113408