Los Santos Cosme y Damián, médicos y mártires del siglo IV según la tradición cristiana de oriente, fueron muy populares y venerados, especialmente en tiempos de pandemias y más por grupos foráneos o marginados que necesitaban de amparo mutuo, como fue el caso de Provenzana.
“Un punt marginats, els immigrants francesos s’agrupen (finals del segle XVI) en forma similar als naturals: en una confraria parroquial i sota el patronatge de St. Roc, advocat contra la pesta (…) La iniciativa serà secundada pels mossos francesos de la nova parròquia de El Prat que ultra la pesta han de lluitar contra l’endèmia del paludisme i que es posaran sota l’advocació dels sants metges Cosme i Damià.”
San Cosme y San Damián son co-patronos de El Prat junto a St. Pere y St. Pau. Sus fiestas se celebran a finales de septiembre. Pero actualmente S. Cosme es más conocido por ser un barrio un tanto marginal, como aquella primera cofradía de Provenzana.
A pesar de la mala fama debida a algunas circunstancias sobradamente conocidas, S. Cosme no deja de ser un barrio obrero como tantos otros que se alzan alrededor de las grandes ciudades. Sólo que el hecho de ser cercano al aeropuerto hace que sus edificios no sean excesivamente altos como otros barrios de este tipo. Pero S. Cosme tiene, además, algún tesoro poco conocido y no en exceso visitado como lo sería de estar en otro lugar.
En primer lugar, está el Parc Nou un gran espacio natural del Delta con árboles frondosos que no fueron talados porque tan cerca del aeropuerto no se podría edificar, con diferentes áreas para jugar, hacer deporte, pasear, almorzar, refrescarse, bailar o meditar, todo eso he visto hacer hoy mismo, y como no, también se puede hacer fotos y se podría dibujar o pintar. Si aún no habéis estado os lo recomiendo.
Enfrente mismo está la parroquia de los santos Cosme y Damián, con un campanario moderno que reclama nuestra atención, aunque todo es un conjunto moderno, pero armónico y bello que impide que nos vayamos sin recorrerlo todo, porque esa parroquia está inmersa en ese espacio natural que es de El Prat, pero dentro de St. Cosme, no lo olvidemos, un St. Cosme natural del que pocas referencias nos dan.
Afortunadamente para mí, era domingo por la mañana y las puertas de la parroquia estaban abiertas, y esta que mira, recoge y escribe y que normalmente persigue el románico y otras cosas antiguas se ha quedado encantada contemplando el relieve de nuestros médicos santos entre dos caballeros gigantes, la fiesta de antaño, con sus súplicas y peticiones y las actuales, con esa angustia existencial que no sabemos cómo expresar.
¿Y qué decir de ese plafón con una Piedad en medio del relato de los mártires? No os voy a dar datos sobre quién lo hizo, cómo y cuándo, espero poder transmitir la admiración que he sentido al encontrar este conjunto de volúmenes y colores entre el blanco destello del deseo de vida.
Ya me iba, cuando un cicerón espontáneo me ha preguntado si me ha gustado, le he dicho que sí y mi guía me ha indicado la figura de la virgen María,
- ¿la moreneta?, he preguntado – sí, la he visto.
- No, esa no, la otra la que está abajo con Jesús en el borriquillo.
He vuelto a entrar y desde la barrera, como en los toros, he visto las figuras procesionales de las que mi amable guía tanto orgullo sentía.
- Gracias, son muy bonitas, pero bastaba con la sonrisa.
He seguido la calle buscando el lugar emblemático conocido como “la copa”, una antigua torre de agua que ocupa el espacio de una antigua masía, porque esas sí que desaparecieron con la edificación del barrio. Antes de llegar me he encontrado con el mural que reclama no olvidar la violencia de género y he recordado aquel grupo de mujeres de St. Cosme que encontré en las redes: “Les dones sàvies”. Sí, hacen falta más voces de donas sabias, hace falta gente que las recoja y las de a conocer, gente que pinte sus rostros y fotografíe sus brazos y manos para que, como en un espejo, se nos adentre su mirada y nos mueva al deseo de dar más vida, de cuidar la vida.
Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, julio, 2023
A las donas sabias, comunicativas y pacificadoras de todos los tiempos