La torre “Esllampegada”, los “milites” y el final de la acción de las mujeres (siglo XII)

Mapa de Carreras Candi donde se puede ver la situación de las «Llanes Fenoses» en el margen izquierdo del río, donde estaría la «torre del río».

En 1079 Berenguer Ramón II (1058-1097) “el fraticida” y su asesinado hermano Ramón Berenguer II (1058-1082) se reparten los bienes heredados de su padre, entre los que encontramos un terreno con su mansión en Provenzana, los alodios de Port donde se alzaron “guardias” y los de Banyols, con las casas que habitó Mir Geribert (de la familia vizcondal) y sus pertenencias.[1] El término “guardia” hace referencia a una torre de vigilancia y comunicación.

Promotorio donde se alzó el «Castell de Port» desde donde se podía controlar las costas.

En 1134 el obispo de Barcelona establece a un clérigo en el Delta para que alce (o reconstruya) una torre de piedra y cal denominada “Esllampegada” que limitaba al sur con el mar, a poniente con un alodio del monasterio femenino de St. Pere de les Puel·les de Barcelona y al norte con la vía que iba a Banyols[2] (la vía Lanera de la que hablamos anteriormente).[3]

La propiedad de St. Pere de les Puel·les en esta zona (mas Guardiola), era una entre otras que tenía en Banyols, donde, en el siglo X y principios del XI encontrábamos la presencia abundante de mujeres junto al monasterio femenino y el canal de Amalvígia. En 1059 Bovet Renard dejaba una propiedad en Las Landas que limitaba al norte con el Vall Antic y al sur con el canal de Amalvígia.[4]  El territorio de “Landes” era el de la zona deltaica más cercana al río en Banyols o la Marina.

En 1147, en la segunda consagración del monasterio femenino de St. Pere, con Guisla de Llobregat (de una familia importante del Prat) como abadesa y la intervención de los obispos de Barcelona y de Vic, entre las muchas propiedades que se reconocen, aparece la “parroquia de Banyols” de Provenzana,[5] algo que no ha tenido la suficiente transcendencia en nuestra historia local, ya que “parroquia” conlleva, además de un señorío, una demarcación territorial.

El siglo XII es el de los “milites”, caballeros al servicio de una o varias instituciones laicas y religiosas. La preponderancia de las órdenes religioso-militares: Temple, Hospital y Santo Sepulcro y de otras propiamente religiosas como la reformadora del Císter (Valldaura del Vallés) o las canónicas, acaba con la acción femenina de lugares codiciados, aunque sea la de órdenes reconocidas como St. Pere, a las que se controla, reduce y somete.

La mitad de los habitantes de Provenzana del siglo XII son caballeros, algunos de sus descendientes serán los primeros masoveros o propietarios locales. En 1162 Aimeric de Perusia (Italia) daba al monasterio de Valldaura de Cerdanyola, para hacerse monje, un mas a Les Lanes que había comprado en 1157. Ramón y Ermesenda venden, en 1168, al prior de Valldaura, un mas en el mismo lugar que limitaba con una laguna al norte, el mar al sur y con propiedades de los monasterios de Santes Creus (al que se incorporó Valldaura del Vallés) y de Sta. Eulalia del Camp. En 1266 Pere de Ferrán da al prior de Sta. Anna (donde estaba adscrita la orden del Santo Sepulcro) el mas de Lanes, con una torre, un palomar, hombres, mujeres y censos.

Carrer de St. Pere on les germanes de St. Pere tenien esglèsia al seu càrrec, de la que ja no queda més que el nom. AGC, 2021

También de la segunda mitad del siglo XII, serán las primeras menciones a los Bellvís que tendrán en la Torrassa una concesión de los condes de Urgel y de Barcelona por su participación en las conquistas por tierras de Lérida. Encontramos a los Bellvís firmando diversos documentos relativos a las órdenes del Temple y del Hospital, siempre al servicio condal i/o real.

Castell de Bellvís a la Torrassa (L’Hospitalet de Llobregat), desde donde se alcanza a divisar la Marina y el mar. AGC, 2022

En 1198 Pere de Bellvís firma, junto a Pere, sacristán de Osona y otros caballeros, un documento por el que se concede a la orden del Hospital parte de un canal que traía aguas del Llobregat, donde había algunos molinos del rey, para que lo prolonguen hasta Montjuïc y lo exploten, a cambio de que el monarca reciba la cuarta parte de los réditos.[6]

El Castell de Bellvís, como la Torre Blanca, tenía jurisdicción propia. Los Bellvís, encargados de “la defensa de la Marina”, recibían diezmos de los campesinos de los alrededores y de las parroquias de Sta. Eulalia de Provenzana y de St. Bartomeu de Sants. Aunque disponen de numerosas propiedades, no actúan como terratenientes, son militares y parecen asumir las funciones que anteriormente realizaba el Castell de Port, ahora en manos de particulares. La primera “casa fuerte” de Bellvís (siglos XII-XV) ya disponía de aspilleras y fosos abiertos.[7] El último descendiente de los Bellvís en Provenzana venderá o traspasará las propiedades a la cartuja de Montalegre en el siglo XIV.

Espitlleres del Castell de Bellvís, AGC, 2022

Hasta 1211 no había separación entre El Prat o Llanera y el actual Bellvitge. Pero en 1211 un nuevo cambio de cauce forma la Illa del Prat, dejando aislado este sector que en el siglo XVI se independizará de l’Hospitalet.

En 1408 Pere Palau establece a Arnau Viader (otra notable familia de El Prat) en la torre “Llampada”, en Les Landes o “Llanes”.[8] Esta torre (Esllampegada o Llampada) es el preludio del actual faro del Llobregat o “torre del cap del riu” reedificada en el siglo XVI para proteger de los ataques de piratas y corsarios. La mujer en estos tiempos ya va estando sometida a la familia o al claustro.

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, 14-06-2023

A quienes escuchan las voces que reclaman justicia histórica en nuestros lugares emblemáticos, como el Castell de Bellvís o el faro del Llobregat.


[1] Baiges, Feliu i Salrach (dir.) (2010). Pergamins de l’Arxiu Històric de la Corona d’Aragó, segle XI, de Ramon Berenguer II a Ramon Berenguer IV. FN, ACA, 48-51, n. 99

[2] Mas, Josep, (1909-1914). Notes històriques del bisbat de Barcelona. Rúbrica dels Libri Antiquitatum de la seu de Barcelona (LA), n. 1438

[3] García-Carpintero, Àngels: https://historiasdebellvitge.wordpress.com/2023/06/13/la-torre-del-riu-preludio-del-faro-del-llobregat/

[4] Baucells et. al., o.c., ACB, n. 993

[5] Paulí, A. (1945). El real monasterio de Sant Pere de les Puel·les de Barcelona, p. 189-193

[6] Miret i Sans (1910=, Les cases de templers i hospitalers a Catalunya, p. 229

[7] Geladó, Adriana i Salvadó, Ivan (2010) “Del Castell de Bellvís a la masia de la Torrassa”. Actes del IV congrés d’arqueologia medieval i moderna a Catalunya.

[8] Codina, Jaume (1987). Els Pagesos de Provençana (984-1807). Societat i economia a l’Hospitalet pre-industrial. Publicacions de la Abadia de Montserrat. Vol. I, p. 263

El caballero románico de St. Pau de El Prat, las trovadoras y el amor cortés.

La figura romànica de St. Pau de El Prat

De la ermita de Bellvitge, del siglo XI como mínimo, no se conoce la advocación hasta la de la marededéu de Bellvitge (siglo XIII), es probable que anteriormente fuera la de St. Pere, ya que se encontraba equidistante de la desaparecida ermita de St. Pau, de la que sólo nos queda una pequeña y bellísima talla y sabemos que, siempre que hay un St. Pau, hay un St. Pere.

En el s. XII en Occitania y en el Norte de Italia se inicia el tiempo del “amor cortes” el de los cantos a un amor que pretende domesticar al caballero que lleva a su amada en el pecho y va a librar batallas. Nos ha llegado algo en forma de poemas y romances, pero también en cartas y leyendas. Las trovadoras escribían sobre las buenas maneras del amor y los desasosiegos del desamor en lengua vernácula que las juglaresas contaban y cantaban. La cultura trovadora, en la que la mujer es compositora, protagonista y actuante será perseguida por la Iglesia Católica con la primera cruzada contra cátaros y albigenses.

Uno de los libros donde se pueden encontrar textos escritos por trovadoras

Se ha dicho que ese “amor cortés” nos ha hecho más mal que bien a las mujeres y puede ser que así haya sido debido a la degeneración que sufren las ideas y su lenguaje, pero en aquel momento las mujeres enseñaban con sus historias y cantos unas maneras de comportarse mejor, ellas empezaron a loar ese amor que busca el consentimiento (en la lengua de oc, “oc” -lengua o patria-, significa “sí”). El desprestigio actual es una visión sesgada y tergiversada, corresponde a relatos y desviaciones misóginas que se dieron en el gótico cuando se elevó a la virgen-madre a los altares proponiendo un modelo con el que se pretendía controlar el cuerpo de la mujer y ante el que se podía elegir únicamente entre ser virgen o ser madre.

Son pocos los cantos que nos quedan de aquella época, pero los romances que reivindican el amor y cantan las gestas, incluyendo sus pérdidas, tienen mucha fuerza, como el de “la doncella guerrera” (de Aragón) en la que una hija hace el papel del caballero para contentar al padre. En estos escritos laicos, que no necesitaban el permiso de la iglesia, la mujer se expresa con más confianza y seguridad, como la que debían mostrar conversando en sus propios círculos.

Las trovadoras, espacios libres de mujeres

Algunas de las canciones trovadorescas fueron recogidas en los monasterios, la separación entre profano y religioso no existía y algunas de las poesías del amor cortés son auténticos cantos a una espiritualidad inspirada en los valores que nos conectan y nos relacionan, aunque la Iglesia oficial no lo reconozca.

El románico es un arte hecho a la medida humana, un arte conciso que enseña mediante imágenes con volúmenes que alcanzamos a ver con la mirada, que se nutre de la recitación y los cantos a la naturaleza y a la vida transmitidos de madres a hijas, recreados entre hermanas, rítmicamente bailados.

Ermita de Bellvitge, años 50. Esta ermita dista de la de Provenzana, como la de St. Pau de el Prat, destruida por las riadas, distaba de St. Boi. Dos ermitas gemelas que podrían tener las advocaciones de St. Pau i St. Pere (siempre juntas)

Del tiempo del románico es la ermita de St. Pau de El Prat que estaría anexa al mas de St. Pau, mencionado en 1283. Barceló Vidal es el primer masover-ermitaño documentado. La capilla aparece, como tal, en 1371 en el testamento de Pere de Viader (la familia Viader es una de las más estables de El Prat). La casa-ermita estaba situada en el Prat de St. Boi, siendo sufragaria de este municipio. Fue destruida a final del siglo XVI y ya no se reconstruyó, aunque quedó el topónimo en el “Camp de St. Pau” (1889).[1]

La parroquia de “St. Petri de ipso Prat” que se menciona en 1083 y 1086 en los testamentos de Eimerud y de su esposo, el levita Ramón Mir y que Montserrat Pagès propone (junto a otra noticia de 1010 que claramente es un error) como antecedente de la de El Prat del Llobregat[2] no parece ser la del Delta. Por una parte, la mención de “el prado”, como lugar común, es habitual y la encontramos en diversos lugares. Por otro lado, en el documento de 1086 se habla de “St. Petri ipso Prat” o de St. Martí y esta doble advocación parece apuntar a algún castillo de frontera, como St. Martí Sarroca, donde se jura el testamento, con la iglesia de St. Pere de la Torre Vernet y la capilla de St. Joan Lledó, antiguamente de St. Martí; el de St. Martí de Tous, con la ermita de St. Pere d’Erm o cualquier otro lugar con esta doble advocación. En Cardedeu había una ermita denominada St. Pere del Prat (o de Monells) en el límite de Alfou y Vila-Rifà.

De todas maneras, puede que hubiera un St. Pere y quizás fuera esta la advocación desconocida de la ermita de Bellvitge. Un indicio de ello es la llave de bóveda que se conserva en el museo de historia de l’Hospitalet, seguramente desechada cuando la ermita se rehízo en el siglo XVI y probablemente románica ya que St. Pere lleva un báculo con unos símbolos propios de este arte, que, aunque desgastados, parecen ser St. Gabriel luchando contra la serpiente.

Otro dato que refuerza esta idea es la mención de la “parroquia de Banyols” encomendada en 1147 al monasterio femenino de St. Pere de les Puel·les.[3]


Llave de bóveda encontrada en la ermita de Bellvitge. La imagen, un S. Pedro con su báculo del románico, parece que acompañe, como suel hacerse al St. Pau del Prat. AGC, 2021, Museu de Història de L’Hospitalet

De St. Pau de El Prat sólo nos queda una pequeña y bellísima talla románica de madera, de un St. Pau espigado y con unos ojos grandes almendrados de estilo bizantino que es uno de los mejores ejemplos de este arte.

La imagen de St. Pau del Prat actualment restaurada, en la iglesia de St. Pere i St. Pau de El Prat. AGC, 2023

¿Llegaron por aquí los cantos provenzales que se originaron en palacios y monasterios? Si lo hicieron sería de forma oral y popularizada. Joan Amades recogió y nos dio a conocer las versiones impresas, explicando, con ayuda de expertos, las tradiciones orales de las que apenas nos queda vestigio. Un fruto –desvirtuado con el tiempo- serán los “goigs» o gozos.

“En examinar els goigs amb una mica de deteniment, aviat hom s’adona de dues procedències diferents: una que podríem qualificar de floralesca:  elevada de conceptes, refinada de formes, escollida de llenguatge i… l’altra, mereixedora del qualificatiu popular… més simple en la seva forma però no per això mancada de sentit emotiu i sovint d’un gran realisme … que són produïts per versaires possiblement analfabets (Amades, 1939, vol. I: 73).

Gozos a St. Pere y St. Pau de El Prat de Llobregat, aunque los textos impresos que se conservan son posteriores, el origen está en los cantos provenzales.

Según Amadeu Pagès:

“… els goigs són tan essencialment una dansa filla de la ballada provençal, que no té a veure amb el terme goigs del segles XV en endavant, sinó que, al seu origen és una dansa dels trobadors(Amades, 1939, vol. I: 83).

La forma profana de esos cantos y bailes se denomina “cobla”, nombre que aún perdura en Cataluña. La expresión popular con la que el pueblo ironiza sobre sus desgracias y deseos son les caramelles,[4]cantos festivos, populares, irónicos y algo picantes que se cantaban los días de fiesta. Y es que las manifestaciones que los primeros obispos consideraban paganas y combatían fieramente desde los primeros tiempos, seguían arraigadas expresando el deseo de amor y vida, así como el dolor ante las pérdidas, las “tres heridas” del poeta.

Los lunes de Pascua se celebrava un aplec en la ermita de Bellvitge, al que acudían gentes de la payesía de los alrededores, para las criaturas era también el final de «les caramelles».

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, 26-04-2023

A quienes cuidan de nuestro patrimonio histórico y cultural



[1] De Palma de Mallorca, Andreu, P. (1958). Prat de Llobregat (ensayo histórico). Ed. Facsímil de 2009. Ajuntament del prat. Introducció de Joan i Josep Fernández Trabal.

[2] Pagès i Paretas, Montserrat (1992). Art Romànic i Feudalisme al Baix Llobregat. Centre d’estudis comarcals del Baix Llobregat, p. 583

[3] Paulí, A. (1945). El real monasterio de Sant Pere de las Puellas de Barcelona.

[4] Farré, Tanit (2014), Les caramelles a l’Hospitalet, trabajo final de grado de Historia del Arte.

Els senyors de Santiga i la seva relació amb Provençana. El paper de les dones als segles X i XII.

Santa Maria d’Antiga. AGC, 2021

El nucli de Santiga (Santa Maria Antiga) es troba sota la serra de la Salut de Sabadell, entre el riu Ripoll i la riera de Canalies o de Santiga que desemboca al Besós. Antigament era independent de Santa Perpètua de la Moguda, separada d’aquesta pel torrent d’Olmet (actualment de Polinyà).[1] La evolució del poblament de Santiga s’ha pogut explicar gràcies a les diverses excavacions que s’han fet, especialment les de 2008 i 2011.[2] La història que ha passat per Santiga és similar a la d’altres llocs, especialment del Vallés, com Sant Salvador de Polinyà, Sentmenat o Sant Iscle de la Salut, però té els seus propis noms i matisos.

L’església romànica que avui podem observar és del segle XI amb ampliacions del segle XIII i alguna remodelació, o afegiment al conjunt, d’època moderna. Aquesta església és fruit, al seu torn, d’una anterior preromànica dels segles IX-X, que seria una nau quadrada, senzilla, aixecada sobre els murs d’una anterior vil·la romana. Entre ambdues hi ha un període força desconegut, el dels segles VI-VIII, època de la que s’han trobat restes d’ocupació amb activitat domèstica (un fornet) i productiva (una gran sitja d’emmagatzematge).

Pou de Santiga. Foto: Ramon Solé.

Del segle X s’han trobat dues sitges a l’interior de l’església i tombes antropomorfes de fetus a terme, així com altres sepultures a fora. A dins de la esglésies s’enterraven infants i/o els senyors feudals. A partir d’aquest segle la documentació complementa la història d’aquestes troballes.

El primer esment de Santiga és del 969, apareix als límits de la venda de la vila de Polinyà (els seus drets fiscals) que fan el comte Borrell i la seva esposa Letgarda a Galí, vicari d’Eramprunyà (els vicaris o veguers comtals no havien d’estar adscrits a un lloc fix, com els castlans), per set peces d’argent.[3] De fet, les referències a Santiga o a Canalies, les trobem sovint als límits d’altres termes, com Ripollet (Palau Auzit), Polinyà, Sabadell o Barberà.

Murs de pedra envoltats de natura. AGC, 2021.

Més interessant és la dada de 983 quan trobem que Bellit dona al monestir de  Sant Cugat propietats que tenia a Barcelona, Badalona, Santa Maria d’Antiga, la vall de Sant Menat, i altres indrets d’Osona o el Bages. Tot indica que era un senyor important, potser un cavaller que servia a diferents senyors.[4] És el primer moment en que trobem l’existència d’aquesta església de la que s’han trobat restes que la confirmen i que apareix vinculada als miles o cavallers. El lloc estava ben comunicat, en una donació d’un alou a Reixac que fa el Comte Borrell el 988 a Sant Cugat, a un dels límits, es menciona la via pública que surt del Vall de Canallies i va pertot.[5]

Un lloc molt referenciat de Santiga és el d’Olmet, el trobem en 992 quan Sabrosa, amb el seu fill Ermenir ven a Mir una casa amb instal·lacions, hort, arbres i rec al lloc d’Olmet. El 994 Mir (devia ser el mateix) permuta amb el bisbe Vives de Barcelona, una peça de terra de l’església que es diu “Santa Maria d’Antigua” al lloc d’Olmet per una mujada de terra a Canallies, prop de l’església.[6] Potser Vives estava arrodonint propietats, com fa en altres indrets. Als límits trobem a Teudesera, probablement la Teudesera Deovota que actua a Sabadell.[7] En tot cas, ja veiem el gran protagonisme de les dones al segle X.

Finestra petita al lateral de l’església. AGC, 2021.

El mateix 994 i al lloc d’Olmet trobem, als límits d’una venda de quatre mujades de vinya que fa Clàudia al diaca Ató, a na Mello[8], una dona amb propietats importants a Reixac, Palau Auzit i Canalies (entre les quals, un molí), que donarà el 1002 a Sant Cugat abans de peregrinar a Roma, amb la condició de que, si els seus fills tornen del captiveri, seran beneficiaris en règim d’usdefruit. Mello deixa també un llegat al seu fillol que havia comprat a les portes de Barcelona, un esclau que incorpora a la seva disminuïda família.

Cap a mitjans del segle XI la capella preromànica va ser desmuntada en tot el seu alçat sent substituïda per una nova església romànica de la que s’ha localitzat tota la seva fonamentació capçada amb un absis semicircular a l’est. D’aquesta època s’han trobat també un sitjar i una necròpolis.

Esglèsia i plaça de Santiga. Foto: Ramon Solé

És el temps en que la feudalització s’implanta. Si Mello era la gran propietària del lloc de Canalies entre finals del segle X i principis del XI, a mitjans d’aquest segle ho serà Ricolf, senyor de Vilatzir (Parets), que deixà al seu segon fill, Mir Ricolf, les propietats que tenia a Canalies. Hem vist que la Seu de Barcelona també tenia béns a la zona, en 1060 el bisbe Guislabert estableix a Miró Bernat a Canalies a canvi de “la tasca” (l’onzena part de la collita).

En 1065 Guadall, fill de Bonhom, i la seva dona Emma venen a Guitard i Maria una terra amb vinya, trilla i arbres, al lloc d’Olmet. El mateix any Ermengarda, vídua de Sanla, dona a la Canònica una peça de terra i vinya que tenia a la parròquia de Santa Maria d’Antiga, al lloc de Canalies. És la primera menció a la parròquia.

Font i bassa de Santiga. L’aigua és un mitjà associat a les feines de les dones. Foto: Ramon Solé

L’església (amb els seus delmes), en mans dels senyors, es tornarà moneda de canvi. En 1067 Adalbert Guitard, amb la seva dona Névia i fills, encomana a Berenguer Ramon, la seva dona Maiasenda i els seus fills el castell de Barberà, exceptuen el camp de Santa Helena amb els seus farraginals i els seus dos horts on està situat un molí que va ser construït per la mare de Berenguer, però a canvi els donen l’església de Santa Maria d’Antiga.[9] Des de llavors l’església i la casa forta de Santiga serà dels castlans de Barberà i aquests seran senyors feudals del monestir de Sant Cugat a diferents llocs del Vallés i a Provençana.

«Castell» o casa forta de Santiga. Foto: Ramon Solé

D’aquest sota-infeudament destaquem que l’alou que es queden els senyors de Barberà disposa d’un molí construït per una dona i posem de relleu com el senyors, amb les seves milites, es fan –quan poden- amb els delmes de les esglésies que esdevindran lloc d’emmagatzematge i panteons familiars.

En 1069 Pelegrí, fill de Sendred (la família tenia béns a Provençana),[10] ven, a Berenguer Ramon i Arnau Gerbert, per quaranta mancusos d’or pur de la moneda de la comtessa Almodís, unes cases, terres i vinyes que li pervingueren per una permuta que havia fet amb Adelgardis, filla de Sicardis, a les parròquies de Santiga, Sentmenat i Polinyà.[11]

En 1077 Guillem Mir fa testament abans de peregrinar a Roma, els seus almoiners són Viva Guadall (“frati meo”), la seva esposa Sicardis i Mir Ricolf; deixa diversos llegats, entre els que trobem alguns a Santa Perpetua de la Moguda. La part principal la reparteix entre el seu fill Bernat Guillem, a qui anomenen “Vivas”, la seva esposa i les seves filles Maiassenda, Ledgardis i Rosa, especialment a la primera. Al seu fill li deixa l’espasa, el que vol dir que era un cavaller, a aquest i a la seva dona els concedeix cavalls, animals i estris de producció. A Maiassenda, la “mansione” (casa de certa rellevància, mínimament fortificada) amb figueres i altres arbres que habita Geribert. Mana que, si el seu fill i la seva filla Maiassenda moren sense fills, els seus béns passin a les altres filles, a les que també deixa alguns llegats.[12] Tot plegat ens va mostrant els lligams que estableixen famílies properes.

La paret dels sentiments de Santiga on cada any s’afegeix un vers o petit poema. AGC, 2021

En 1093 Bonadona amb el seu fill Pere Joan, Maria, Pere Maressenda i la dona d’aquest, Sança, venen a Arnau Geribert i Guisla una peça de vinya, trilla i arbres al terme de Santa Maria Antiga, al lloc d’Olmet que limita amb el torrent d’Olmet a ponent i amb el torrent i alou de Sant Miquel del Fai al nord.[13]

Mir Ricolf en farà donació dels delmes que tenia a Mogoda i a Mollet a la Canònica. És el temps en que es va imposant la reforma gregoriana, el que provoca molts moviments i litigis, no només entre el poder religiós i el laic, sinó també entre les diferents institucions eclesials. Veiem un exemple:

Arnau, que esdevindrà Arnau Geribert de Santiga (els primers cognoms masculins fan referència al nom del pare i, posteriorment, al lloc d’origen), i Guisla donen a Sant Cugat, en 1117, un alou a Santa Eulàlia de Provençana que era dins de la sagrera (parròquia) i fora d’ella (a Banyols), per després de son òbit. Exceptuen penyores i un sagrer anomenat “de Pou” que donen a canvi del mas Gombau que reben de Sant Cugat.[14]

En morir Arnau Geribert, el 1121, llega a l’església de Santiga i al seu prevere el mas que tenia al costat de l’església, on residia, amb mitja mujada de terra on tenia plantades vinyes i oliveres. Aquest mas, amb la sagrera amb cases, cellers i delmes d’Olmet, l’havia cedit la mare d’Arnau a l’església, segons explica Guilla al seu testament, la resta de l’alou familiar que havia rebut Arnau seria per a Sant Cugat. Fa també diverses donacions a institucions religioses, però la donació més important dels seus béns serà per a la seva dona Guisla, a qui deixa la casa forta de Santiga i, entre d’altres, la propietat de Provençana.

La parròquia tindrà certa autonomia i Guisla, com a senyora de Santiga, gestionarà el seu patrimoni, amb aquestes i altres propietats familiars que li pervingueren del seu pare Pere Arnau i del seu segon marit, Gausfred.

Guisla, al seu testament de 1142,deixa diversos llegats a Sant Cugat manant ser enterrada allí, tot i que també deixà propietats a altres monestirs. A l’església de Santiga confirma el llegat del seu marit i deixa un morabatí per les obres[15] (durant el segle XII s’amplia l’església amb un nou mur que la allarga).

Evolució de l’església de Santiga del s. IX-X fins el XIII-XV, Jordi Roig i J. M. Coll.

Uns anys després, en 1148, mor Guillem Mir de Santiga, de qui no es coneix la relació familiar que tenia amb Arnau i Guisla, però sí sabem que són propers. Tots formen part dels plets entre la Seu i San Cugat per l’alou de Provençana.

El 1131 Pere Guerau, ardiaca de la Seu Barcelona, disposava que es retorni al seu legítim propietari, Guillem Mir, un alou de Provençana que el seu germà, Guerau Alemany II, li havia embargat injustament. Guillem Mir i la seva dona, Sança, el donaran en 1147 al monestir de Sant Cugat, juntament amb altres béns al Vallés, a condició de que Sant Cugat retorni un deute que tenien.[16]

Els plets amb Sant Cugat són freqüents, fins que el papa confirma els drets d’aquest sobre les seves dominicatures en 1120 i el bisbe Oleguer reconeix a Sant Cugat la quarta part dels delmes i dels morts de les parròquies que tenia.

En 1187 trobem a Arsenda, senyora de Santiga, amb el seu fill Gausfred, donant a Ramon de Rovira una peça de vinya que tenien a Sabadell, a canvi de la tasca dels fruits i de quatre sous de diners de “bona moneda de Barcelona”.[17] És a dir que la nissaga dels Santiga continua i les dones segueixen presents, potser perquè l’església, la institució més patriarcal encara no s’ha fet amb tot.

A finals del segle XIII es construirà l’annex de la capella de Sant Joan, on s’ha trobat un panteó davant de l’altar amb cinc individus enterrats en diferents moments (probablement els següents senyors de Santiga) i presència d’infants.

Cementiri de Santiga. Foto: Ramon Solé.

A finals del segle XIV, els parroquians de Santiga demanen al rei alliberar-se d’estar sotmesos als senyors particulars; no ho aconsegueixen fins el segle XVI,  quan queden sota l’administració d’un patrici del rei.

De la mà ferma de la arqueologia i la història acabem amb la bellesa de la literatura: segons les llegendes que recull Joan Amades, Santa Maria d’Antiga era venerada amb una altra advocació, però en aparèixer altres marededéus més destacades, com la de Montserrat, se la va començar a denominar “Antiga” per remarcar la seva categoria. D’aquí la dita que diu:

“Qui va a Montserrat i no passa per Santiga,

deixa la mare, per veure la filla”.[18]


De totes maneres la devoció a les marededéus trobades és posterior i el més probable, donada l’antiguitat del lloc, és que el nom “Antigua” provingués del llatí, idioma en el que significa “Prisca” (després Priscila). Prisca va ser una dona, probablement d’origen jueu, que es menciona al Nou Testament, va patir la expulsió dels jueus de Roma l’any 30 i va emigrar a Corinti amb el seu marit Aquila, sent dels primers màrtirs cristians. Tot i que a les històries martirials hi hagi també molta llegenda, el nom remet al segle X, quan es veneraven més aquestes imatges sobre les que va arrelar el cristianisme.

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel

Als que cuiden, expliquen i gaudeixen Santiga

[1] Vilaginés i Segura, Jaume (2007) Cavallers, pagesos i templers. Santa Perpètua de Mogoda a l’edat mitjana (segles X-XIII). Publicacions de l’Abadia de Montserrat.

[2] Roig, J. I Coll, J. M. “Evolució històrica i arqueològica de Santa Maria l’Antiga o Santiga: de la vil·la romana a la parròquia medieval i moderna” A: L’Ordit (2011).

[3] Alturo i Perucho, Jesús (1985). L’arxiu antic de Santa Anna de Barcelona del 942 al 1200. Fundació Noguera. Textos i documents, vol. 9, n. 2

[4] Mas, Josep (1909-1914). Cartulari de Sant Cugat, vol. IV, n. CXXXVIII (983)

[5] Mas, J., o.c., vol. IV, n. CLXXXII (988)

[6] Mas, Josep (1909-1914). Notes històriques del bisbat de Barcelona. Rúbrica dels Libri Antiquitatum de la seu de Barcelona, vol. IX, n. 134

[7] Puig i Ustrell, Pere (1995). El monestir de Sant Llorenç del Munt sobre Terrassa. Diplomataris dels segles X i XI. Fundació Noguera. Volum II, n. 75 i 76

[8] Feliu, G. i Salrach, J. M., dir. (1999). Els pergamins de l’Arxiu Comtal de Barcelona de Ramón Borrell a Ramón Berenguer I. Fund. Noguera. Diplomataris, vol. 18, n. 6

[9] Baucells J., Fàbrega, A., et al. (2006). Diplomataris de l’Arxiu Capitular de Barcelona (ACB) segle XI. Fundació Noguera, vol. 39, n. 1085 i 1089 (any 1065) i vol. 40, n. 1140

[10] Per saber més de Pelegrí: García-Carpintero, Àngels “La torre d’Emma” Històries des de Bellvitge https://historiasdebellvitge.wordpress.com/2021/03/13/la-torre-demma/

[11] Alturo i Perucho, J., o.c., vol. 9, n. 99

[12] Baucells, J., o.c., vol. 40, n. 1311

[13] Baucells, J., o.c., vol. 41, n. 1565

[14] Mas, J., o.c., vol. V, n. DCCXI (1117)

[15] Vilaginés, J., o.c, p. 74-81

[16] Mas, J., o.c., vol. V, DCCLXXXIV(1131) i DCCCXXVII (1147)

[17] Alturo i Perucho, J., o.c., vol. 10, n. 532

[18] Amades, J. (1989). Imatges de la Mare de déu trobades a Catalunya. Barcelona: Selecta. Catalònia. p. 44

A propòsit de Sant Jordi: cavallers i violència feudal al segle X. I elles?

Dones a l’Edat Mitjana.

Font a la masia de Cal Capellà de l’Hospitalet de Llobregat, avui Restauran Marina. AGC

La figura de Sant Jordi ha esdevingut tot un símbol, un imaginari embellit per la literatura i les icones que ha arrelat entre allò que es transmet de mares i pares a filles i fills i que anomenem cultura.

Els cavallers o “milites” realment van existir per aquestes contrades a la no tan llunyana Edat Mitjana. Un temps catalogat entre el classicisme grec i l’anomenada Edat Moderna que prometia una nova salvació humana.

Cal descobrir aquest temps de fa mil anys que és, per a nosaltres, l’inici de la documentació escrita que ens permet conèixer d’on venim.

Pocs documents parlen dels cavallers al segle X i, si ho fan, és per reflectir les donacions que aquests feien abans de morir. Ja se sap que el poder de les escriptures estava principalment entre els monjos i aquests no eren molt donats a cantar les gestes dels guerrers tot i que ells també empunyaven les armes.

Haurem d’esperar a mitjans del segle XI per començar a veure més sovint les mencions als cavallers i a les “milites”. Tot i així, a la documentació del segle X, anem trobant algunes referències que ens permeten entreveure uns éssers que estaven tan sotmesos a la violència estructural com la que exercien cos a cos.

El poder necessita la violència. La culpa és per qui la exerceix directament, una culpa que els guerrers assumeixen i que els empeny a fer donacions importants a les institucions religioses, a peregrinar per expiar les malifetes o a enrolar-se en una última lluita, com va fer Mir Geribert, trobant, finalment, la mort.

Mir Geribert. Il·lustració del còmic: Terra de frontera: Olèrdola, 1058 d’Oriol García Quera. Rafael Dalmau, ed. Una excel·lent manera d’explicar la història als més joves.

Veurem alguns exemples dels pocs que hem trobat:

Un dels primers és de 919 quan Fortuny, cavaller, es dona a sí mateix amb el seu cavall, el fre i la sella i tot el que té a Llinars: vinyes i cases amb corts i horts a la “casa de Santa Maria” (potser Santa Maria del Mar, potser la de Llinars).[1]

El 985 van morir molts defensors de la ciutat de Barcelona degut a la presa d’Almansor. Un d’ells va ser Rami. Al seu testament de 987 deixà, entre d’altres béns, un alou a Vila Alba (Cardedeu) a Sant Miquel de Barcelona, un hort prop de la ciutat a Santa Maria del Mar o el seu alou de Premià a Quintilo Deovota.[2] El fet de tenir tants béns ens porta a pensar que no seria pròpiament un cavaller, més aviat devia ser un notable de la ciutat, però al segle X les fronteres no estaven prou definides, ni topogràfica, ni humanament.

Igualment Gigila, que sembla guanyar-se la vida de la mateixa manera que el seu pare, Sanlafaber”, fent obres de millora i tractes amb els potents, com el monestir de Sant Cugat, mor en aquesta batalla, quedant la seva germana Quixilo com a continuadora de la tasca familiar.[3]

I què en podem dir de elles? En primer lloc, que algunes van lluitar amb ells. De fet, a la defensa de Barcelona van venir famílies senceres. Emma vingué amb el seu marit Guillem, fidel del Comte Borrell II i senyor dels castells d’Espases i d’Esparraguera, sent feta captiva. El nou de setembre de 985 Guillem es lliura, amb gran part dels seus béns, entre els quals aquests castells, a Sant Pere de Vic, també dona la seva mansió a Castellet però amb la condició de que li hauran de donar a Emma, sense cap impediment, si aquesta tornava del captiveri.[4]

Les dones que no anaren a lluitar continuaren amb les feines familiars, com hem vist que va fer Quixilo i veiem amb moltes dones que, ja sigui soles, amb els fills i les filles o en grup, se’n fan càrrec de les propietats familiars treballant, venent, permutant, donant a un monestir per tal de seguir en règim d’usdefruit…

Moltes van haver de pledejar per recuperar els seus béns, com Madrona, filla de Guisand, que havent tornat del seu captiveri trobà que el seu germà, Bonhome, s’havia venut les seves terres a Magòria (Barcelona). El tribunal, presidit per la comtessa Ermessenda el vuit de maig de l’any 1000, obligà a restituir els béns a Madrona. El bisbe Aeci (995-1003) i la Canonja li tornen les terres, encara que poc després ella les dona a l’església de Sant Miquel de Barcelona, quedant-se com a usufructuària.[5] Sant Miquel seria aviat absorvida per la Seu de Barcelona.

Sant Miquel, protector i justicier davant la mort, era una figura molt apreciada, tot un generador simbòlic del Sant Jordi cavaller que s’enfronta al mal.

Restes església de Sant Miquel de Barcelona. Portal pòtic de la Basílica de la Mercé. Foto: viquipèdia.

Altres dones van haver de refer escriptures perdudes com Dulcídia que el 987 presentà, davant del jutge Oruç tres testimonis que declararen sobre quinze escriptures que donaven compte de sis peces de terra, sis vinyes i tres cases que havia adquirit amb el seu marit, Adam. Les propietats eren a Barcelona, als termes de Monterols (Sant Gervasi), Trullols (Sants), Cassoles (Bonanova) i al suburbi dels Arcs (davant la Catedral). Quindeleva, vídua de Bladi que en 994 demana li siguin reconstruïdes les seves propietats a Sant Pere de Reixac, objecte de rapinya dels sarraïns que a la partida s’endugueren arxius i llibres.

Algunes van recuperar penyores, com Susana que en 988 venia a Edelfred una casa amb pati a Barcelona com a garantia d’un préstec que va fer a Gomarell.[6]

Alguna, com Aurúcia Deodicada, compra. En 986 Esteve ven a Aurúcia un casal (terreny per edificar una casa) que tenia fora muralles, davant la porta del Regomir, per herència del seu germà Muç, un altre pròcer mort a la presa d’Almansor.[7] Recordem que Aurúcia gestionava uns béns importants entre els que hi havia una parada de mercat a l’entrada de la ciutat.[8]

I totes les que van quedar vídues, si volien conservar el seu patrimoni, no podien tornar-se a casar. És un fet àmpliament documentat.

Estúdia donant per perdut el seu fill, Gaudemar, s’annexionà el que li pertocaria a aquest per herència. En tornar el fill en 1002 la mare li restitueix la herència afegint una vinya que ella havia aconseguit per permuta.[9]

Com veiem, cap d’aquests fets tenen res a veure amb el que entenem per “dames”, potser les veurem als segles següents o potser ho n’hi hauran existit més que a la imaginació i a les seves expressions com la pintura i la literatura. Expressions que el dia de Sant Jordi celebrem amb la millor de totes elles, la de l’esclat de la Natura.

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, L’Hospitalet, 21-abril-2021

A les dones treballadores de tots els temps. Als que estimen en temps difícils.


[1] Mas, J. Notes històriques del bisbat de Barcelona. Rúbrica dels Libri Antiquitatum de la Seu de Barcelona. Vol. IX, n. 4.

[2] Feliu i Montfort, Gaspar (1971). El dominio territorial de la sede de Barcelona: 800-1010. Tesis. UB. Doc. 63.

[3] «Na Quixilo, una família de constructors de molins»: https://historiasdebellvitge.wordpress.com/2020/05/06/na-chixilo-finals-segle-x/(abre en una nueva pestaña)

[4] Rovira i Solà, Manuel (1980). “Notes documentals sobre alguns efectes de la presa de Barcelona per Al-mansur (985)”. Acta historica et archaeologica mediaevalia, 1.

[5] Baucells J., Fàbrega, A., et al. (2006). Diplomataris de l’Arxiu Capitular de Barcelona (ACB) segle XI. Fundació Noguera, 37, docs. 13, 25 i 26.

[6] Salrach i Montagut, dir. (2018). Justícia i resolució de conflictes a la Catalunya Medieval. Col. Diplomàtica s. IX-XI. Fundació Noguera. Textos jurídics catalans, 2, docs. 101, 125 i 107

[7] Fàbrega i Grau, A. (1995). Diplomatari de la Catedral de Barcelona (844-1000). Arxiu Capitular de la catedral de Barcelona, doc. 182

[8] «Aurúcia, la de Santa Eulàlia de Provençana». https://historiasdebellvitge.wordpress.com/2020/06/18/banyols-versus-provencana-s-x-aurucia-versus-el-bisbe-vives/

[9] Baucells, Fàbrega, et al., o.c., doc. 21