El montserratí, castillos y torres medievales de defensa y vigilancia

Castillo de los Castellvell, señores feudales de la zona que rodea Montserrat

En un artículo anterior nos referimos al “montserratí”[1] o área que rodea Montserrat con municipios de diferentes comarcas que están vinculados a esta formación rocosa, sea geográfica, histórica o culturalmente.

Es algo que comprobamos sobre el terreno con la observación des de diferentes posiciones de la silueta “serrada” de esta montaña emblemática que, aunque pudiéramos considerarla una unidad, siempre estuvo dividida, al menos desde que tenemos documentación (alrededor del año 1000).

La zona central de Cataluña: Bages,sur de Osona y del Berguedà, quedó separada de la Gòtia tras la revuelta antifranca (826-827) protagonizada por Aissó y Guillem con el apoyo de tropas sarracenas, partidarios de Berà. Bernat de Septimània, esposo de Duoda y conde de Barcelona entre los años 826 y 832 sofocó la rebelión ganando prebendas con ello, aunque posteriormente sería destituido por intrigas de la corte. Recuperaría su título y sus bienes entre 835 y el 844, cuando moriría decapitado por traición.

Torrota de Vacarisses

La zona estuvo fuera del dominio franco ya que tras la muerte de Ludovico Pío el Imperio queda fragmentado entre sus tres hijos, reinando finalmente Carlos el Calvo (-877) en Occitania. Su conquista representará la posibilidad de ampliar las fronteras hacia el Penedès y hacia La Segarra-Urgel.

Es un área donde abundan los topónimos de origen árabe, como el de “guardia” o “guardiola” (torre de defensa) o el de “cirera”, que significa “luminaria” y señala a las torres de vigilancia y comunicación que encontramos en la cima de montículos, también denominados faros o talayas, un sistema de señales muy necesario en una población tan dispersa.

El castillo de Sacama y la iglesia de St. Pere a Olesa de Montserrat

La arqueología y la toponimia dan muestras de la continuidad de los hábitats, así como de los nuevos establecimientos que progresivamente irán buscando zonas bien irrigadas (como las que responden al topónimo “Palau”[2] de origen musulmán) y comunicadas, dejando atrás aquellos montículos de difícil acceso y fácil vigilancia donde se instalaban castillos y torres.

En las vías que rodean Montserrat, siguiendo los cursos del Llobregat y el Anoia, encontramos fortificaciones desde donde se podría vigilar y controlar el comercio y los impuestos. El mismo fin que tenían los romanos cuando utilizaron la fuerza de los esclavos para construir caminos.

Castellolí, en l’Anoia, un puesto importante de vigilancia y defensa.

Entrado ya el siglo XI encontramos mayor presencia de iglesias que responden a la nueva organización en parroquias y “sagreras”, aunque hay algunas ermitas muy antiguas (alrededor siglo V) que apuntan a una vida monástica con la que se implantó el primer cristianismo que aquí nos llegó desde Oriente a través del norte de África.

De algunas de estas edificaciones sólo quedan sus ruinas o sus nombres (ya que fueron muy transformadas). Veremos algunos ejemplos.

En el norte de Montserrat tenemos castillos como el de Castellbell (feudales que dominaron la zona), el de Castellet (St. Vicenç) o el de Castellgalí, con nombres que ya indican la función de sus orígenes.

Murallas de los restos del castillo de Castellgalí

Entre 889-890 los reyes francos dieron los derechos fiscales de Manresa al obispo de St. Pere de Vic que cederá en 925 al monasterio de Ripoll los diezmos de St. Pere de Vilamarics (“villa Milech” o “Mèlik”) construida sobre una villa romana entre St. Vicente de Castellet, Castellbell y Marganell. Aquí vemos como una propiedad de probable origen musulmán se convierte en una iglesia.

Restos de la iglesia de St. Pere de Vilamarics o «vila Mèlik»

En 951 el papa confirma al monasterio de Ripoll las propiedades de Manresa con sus monesteriolos. Pese a que ya eran pequeños cenobios, Ripoll las tendrá como simples propiedades agrarias. El monasterio de Sta. Cecília (Marganell), más antiguo que el de Montserrat, recibe más donaciones de los fieles. Cesáreo (-981), primer abad reconocido, compró el 942 a su tía Druda y a su primo, Ansulf, por diez onzas de oro, un alodio en el castillo de Marro, más adelante representará uno de los tres intentos de independencia respecto del arzobispado de Narbona. Los litigios entre el abad Oliba de Ripoll y Sta. Cecília por el control de la montaña de Montserrat fueron frecuentes, lo que parece responder a diferencias entre el norte carolingio y estas áreas con mayor presencia musulmana e hispano-goda en las que se dieron intentos de entendimiento (como el “adopcionismo” que promulgaba Félix de Urgel) que serían cercenados.  

El castillo de “Marro”, junto con el de Otger, citado junto a una capilla de Sta. Magdalena en un documento de 1042, son algunos de los primeros mencionados y de los cuales sólo sobrevive el de la Guardia de Collbató que, como el de Bonifacio o de la Guardia del Bruc (del que sólo quedan ruinas junto a los restos de la ermita de “St. Pau Vell”) quedó bajo el obispado y los vizcondes de Barcelona, con sus propios litigios.

Castell de «Guàrdia» de Collbató, uno de los que aún perduran, bajo la mitra de Barcelona

En esta zona sur (la parte norte del Baix Llobregat) encontramos numerosas fortificaciones como el castillo de Sacama (Olesa, con la capilla de St. Pere), los de Espadas y Esparraguera, citados ambos en 985 cuando son entregados a St. Pere de Vic, el de St. Jaume de Castellví de Rosanes (los poderosos feudales de la zona), el de Rosanes en Martorell (así denominado por las arcillas rojizas del Llobregat) o el de Abrera o “Voltrerà” (que significa “cerca del agua”).

Montserrat des del castillo de Rosanes de los poderosos Castellví. Foto: Martí Porterias

Ya en el Alt Penedès, tenemos el de Gelida y en l’Anoia otros varios como el Castell de Cabrera (d’Anoia), el de Masquefa (junto a la capilla de St. Pere), el de Castellolí y, más alejados, los de Piera o el de Ódena. Es en esta zona, cerca de las vías desde las que se amplían las fronteras, donde encontraremos un mayor número de fortificaciones que merecen un estudio propio.

Montserrat des del castillo de Gelida (Anoia)

[1] https://historiasdebellvitge.wordpress.com/2024/02/28/mes-lluny-o-mes-a-prop-montserrat-a-prop/

[2] En St. Andreu de la Barca (o de “aigüestosses”) hay una zona así denominada.

Maria Àngels García-Carpintero, L’Hospitalet, 16-03-2024

A quienes aman la historia y el patrimonio

Todas las fotos, excepto la que hemos indicado el autor, son de Ramón Solé y de la autora

Més lluny o més a prop, Montserrat al cor

Des de Sta. Cecilia de Montserrat

El voltant de Montserrat, anomenat «montserratí», abasta diferents comarques, com el Bages, El Baix Llobregat o l’Anoia. Potser si la distribució comarcal tingués més consideració al relleu, seria més comprensible.

Marganell

Al nord del massís, Marganell, amb Sta. Cecilia i Monistrol, amb Sta. Maria, ambdós al Bages, són els nuclis més emblemàtics i propers.

Camí de St. Pere de Vilamarics (segle X) entre Monistrol i Castellbell

Però el Bages, al sector més proper al riu Llobregat, té altres pobles que poden ser considerats com a part del «montserratí», com Castellbell i el Vilar,

St. Vicenç de Castellet
o Castellgalí

Vacarisses, al Vallés Occidental, formaria part d’aquesta comarca natural,

Vacarisses

però Terrassa, entre Montserrat i la Mola, també forma part dels seus voltants.

Montserrat des del mirador de «Vista alegre» de Terrassa

Al Sud, sempre prop del Llobregat, tenim els municipis de la part nord del Baix Llobregat, com:

Collbató, la població més propera al Sud

I altres com Esparraguera, Olesa o Abrera fins arribar a Martorell, on el Llobregat recull les aigües de l’Anoia.

El Llobregat a Martorell amb Montserrat al fons.

El curs del riu Anoia obre una via de comunicació envers el Penedès i La Segarra, lloc de frontera als segles X-XII. El nucli més proper és El Bruc, però tindria altres poblacions com Masquefa, Hostalets de Pierola, Castellolí o Cabrera d’Anoia.

El nucli més proper de la comarca de la Anoia és El Bruc

L’àrea d’influència arriba fins el Alt Penedès, a poblacions com St. Llorenç d’Hortons

o Gelida

En tots aquests nuclis de població s’instal·laren castells o torres de guaita i defensa en ser llocs de frontera (un altre dia ho il·lustrarem).

Des del Pla del Penedès

I des de l’Anoia, enfilant de nou al nord per la vessant de ponent, ens tornem a trobar a la comarca del Bages, amb municipis com Castellfollit del Boix, Sallent, Súria…

Sallent (Pla de la Sala)

i d’altres de la nova comarca del Moianès

Moià

Fins i tot des de prop del mar podem veure Montserrat

Serralada litoral, Vallromanes

I també des de casa, enfilant-nos una mica més amunt dels gratacels que malauradament proliferen a l’Hospitalet de Llobregat.

Des d’un pis elevat de Bellvitge

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, L’Hospitalet, 28-02.2024

Als que estimen i cuiden la natura i el paisatge.

(Fotos de l’autora i d’en Ramon Solé fetes entre 2021 i 2024)

Itinerari per la història de les ermites de Montserrat

Montserrat des de Sta. Cecília al nord del massís. AGC, 2021

Les capelles i ermites properes a la basílica de Sta. Maria es troben a banda i banda del torrent “Mala” o de Sta. Maria. La regió sud és coneguda com a Tebes i la banda nord, Tebaida, noms que remeten al primitiu monaquisme que va néixer a Egipte.

La basílica-monestir de Montserrat. Foto: Dani Ortí, 2023

La majoria es bastiren a partir del segle XV, en coves i balmes de difícil accés. La més propera al monestir és la de Sta. Anna (de 1498), en podem veure les runes on s’estan fent excavacions. És prop del “camí de totes les ermites” que, des del monestir, pel “pas dels francesos”, duia a la més llunyana habitada, St. Jeroni. Sta. Anna era la parròquia dels ermitans, a la seva plaça  baixaven diumenges i festius a celebrar, si no es feia missa solemne a Sta. María.

Sta. Anna, runes, excavacions i obres. Dani Ortí, 2023

Prop de St. Jeroni n’hi havia una ermita anomenada “Sta. Maria la més alta o del Tabor”. St. Jeroni va ser edificat o restaurat al segle XVI i reconstruït el 1891. Aquí n’hi havia el pou de glaç que conservava la neu pel monestir. Fins aquí arribava l’aeri durant el segle XX.

St. Jeroni. Dani Ortí, 2023

Les ermites tenien diverses estances, oratoris propers dedicats als pelegrins i altres construccions com cisternes i horts. Dues van ser utilitzades com a lloc de repòs, la de la Sta. Creu i Sta. Helena (mencionada el 1408 i reedificada el 1965) i la de St. Benet, ambdues a Tebaida, prop del monestir.

St. Benet tenia un altar dedicat a Sta. Escolàstica, els dos germans fundadors benedictins. L’actual capella és de 1927 i està adossada a l’antiga de 1536, de la que només queda una paret i la cisterna.

St. Benet, a un costat, una gran roca i a l’altre, el que queda de l’antiga capella, un mur, les escales i la cisterna. Dani Ortí, 2023
Canal fet a la roca de la cisterna de St. Benet. Foto: Ramon Solé https://fontsaigua.wordpress.com/2017/12/07/la-font-cisterna-de-lermita-de-sant-benet-de-montserrat/

Les mencions més antigues esglésies de Montserrat són dels segles X-XI. Aquestes apareixen vinculades als castells de terme i es situaven en llocs més accesibles, prop dels camins. Montserrat va suposar una enorme fita de l’avanç comtal des d’Osona-Manresa envers les terres del Penedès i la manera d’assegurar el seu domini era mitjançant l’església que organitzava les parròquies des dels monestirs i les Canòniques.

Entre el 889-890 els reis francs donen els drets fiscals de Manresa a St. Pere de Vic. El 925 el bisbe de Vic cedeix al monestir de Ripoll els delmes de St. Pere de Vilamarics (“Vila Milech”), bastida sobre un emplaçament romà entre St. Vicenç de Castellet, Castellbell i Marganell, de la que només queden unes restes.

Marganell, AGC, 2022

En 933 els Comtes Sunyer i Riquilda de Tolosa donen al monestir de Ripoll les esglésies de Sta. Maria, St. Iscle, St. Martí i St. Pere, les primeres “al cim”, al lloc on es bastirà la basílica, i les dues últimes al peu de la muntanya. Tot i ser petits cenobis, Ripoll les tindria com a simples propietats agràries. La capella de St. Iscle i Sta. Victòria, sants venerats a la Hispània visigòtica, va ser reconstruïda i es troba dins del jardí dels monjos. De St. Martí es desconeix l’emplaçament i el de St. Pere és confús, sembla que seria el de.St. Pere de Monistrol, però no s’ha trobat l’emplaçament. L’any 951 el papa confirma al monestir de Ripoll las propietats de Manresa “amb els seus monistrols i les seves pertinences”.[1]

St. Iscle i Sta. Victòria, postal antiga, arxiu Rasola.

El monestir de Sta. Cecília, més antic que el de Montserrat (documentat en una donació del 900), va ser dotat en 945 pels mateixos Comtes Sunyer i Riquilda i fins la mort d’aquesta, el 956 (igual que St. Pere de les Puel·les de Barcelona). Cesari (-982) és el primer abat reconegut. El 943 havia comprat a la seva tia Druda i al seu cosí, Ansulf, per deu unces d’or, un alou al terme del castell de Marro de Manresa, on n’hi havia la domum de Sta. Cecília (el terme “domum” implica una comunitat) per damunt del lloc anomenat «Monesteriolo«. El 957 el bisbe de Vic, Guadamir, consagra aquest monestir, amb la condició de que segueixin la regla de St. Benet, restin sota l’obediència de Vic i li canviïn el nom al de St. Pere, però la veneració popular va aconseguir que el nom de Sta. Cecília perdurés. Dels litigis per la propietat de Sta. Cecília ja en van parlar.[2]

Sta. Cecília de Montserrat, AGC, 2021

L’abat Cesari és conegut per auto-proclamar-se arquebisbe en 956, tot i que no va ser reconegut. En 970 ho va aconseguir el bisbe de Vic, Ató, però va morir assassinat l’any següent.[3] Els conflictes interns entre les institucions de la mateixa església i d’aquesta amb els feudals són més freqüents que els que es donaren amb els sarraïns.

El castell de Marro és un dels castells termenats (marquen un terme) de Montserrat, amb un nom que remet al domini islàmic. L’edifici del castell subsistí fins la segona meitat del segle XV. Tenia dues torres, dos ponts de balança i una cisterna excavada a la roca. Sota aquest castell es bastirà la capella de St. Dimes (Tebaida) damunt del rocam, a la que s’accedia per una escala. L’ermità de St. Dimes amagà aquí la imatge de la marededéu durant la invasió francesa.[4] Aquesta ermita va ser reconstruïda el 1892 i recentment.

St. Dimes sota el castell de Marro. Gravat antic

La vila de Monistrol prendrà aquest nom al segle XIII, quan trobem anomenada la Bestorre, des d’on es controlava el pas per l’antic pont romànic. Algunes ermites s’esmenten en aquest temps de la reforma benedictina del Cister. Són les de St. Antoni (reedificada en 1490) i  St. Salvador o “cova de les cabres”, a Tebaida, i la de St. Joan Baptista. Totes elles eren en balmes i devien ser molt més senzilles que les que es referen al temps del gòtic. Guillem d’Humboldt (1767-1835) descriu la de St. Salvador, en 1800, “com un gàbia d’ocells[5]

St. Salvador. Dani Ortí, 2023

A la regió de “Tebes” podem accedir amb el funicular de St. Joan (1918), on les trobarem properes a la capella del mateix nom (bastida en 1869). En balmes contigües es troben la de St. Joan (documentada des de 1420) i la de St. Onofre habilitada en mig de dues columnes de roca. Si St. Salvador era com un niu, la de St. Onofre serà, per a Guillem d’Humboldt, “com un gàbia d’ocells[6].  

Capella i mirador de St. Joan, darrera estan les balmes o eremitoris. Dani Ortí, 2023

Molt a prop n’hi havia la de St. Jaume de la que en queden restes del mur penjat a la roca. A sota, ben amagada, Sta. Catarina i a dalt, la de Sta. Magdalena (reconstruïda el 1498) “furiosament combatuda pels aires”.[7]

Sta. Magdalena es menciona el 1042 com a capella del castell d’Otger, del que no en tenim informació ni en sabem l’emplaçament. Trobem esment d’ambdós noms junts en un programa de la reforma gregoriana dels monestirs. Aquesta regió, coneguda com “les magdalenes”, pertany a Collbató.

Sta. Magdalena, gravat antic

A Collbató podem veure les úniques restes d’aquells primers castells. El 999 els vescomtes de Barcelona, Udalard i Riquilda, fan donació d’uns alous que tenien al castell de Bonifaci o de La Guàrdia a la domum de St. Miquel de Montserrat que limitava amb el torrent Mal al nord, el riu Llobregat i Esparraguera a l’est, Hostalets de Pierola al sud i Sta. Maria del Bruc a ponent. El terme d’aquest castell, en mans dels vescomtes i del bisbat de Barcelona, abastava Collbató i El Bruc.

Restes del castell de Collbató. AGC, 2023

En 1048 el bisbe Guislabert (de la família vescomtal) consagra la capella de St. Miquel de Montserrat posant-la sota la Canònica de Barcelona. Al límit nord s’esmenta Sta. Maria (Montserrat) que devia estar refent-se. Al seu testament de 1062, deixa les capelles de Sta. Margarida de les Amenolelles i de St. Corneli de “Collo Betone” (Collbató) a St. Miquel i, conseqüentment a Sta. Maria.[8] La creu de terme de la plaça de St. Miquel indica el lloc d’entrada i sortida pels romeus de Collbató. La capella s’alçà de nou sobre l’antiga en 1870. L’edifici actual és del segle XX.

Antiga ermita de St. Miquel. Arxiu Rasola.

Els senyors de La Guàrdia, descendents de la família vescomtal, seran els feudals de la zona. “La Guàrdia sobre el Bruc”, documentada des de 931, s’anirà diferenciant de Collbató erigint el seu castell (actual “masia castell). Els La Guàrdia traspassaran, entre 1221 i 1224, l’església de St. Miquel de Vilaclara (El Bruc) a Sta. María de Montserrat amb el castell i la vila. El lloc de Vilaclara s’esmenta per primer cop en un establiment que fa St. Cugat en un alou amb torre al lloc de Vilaclara de Sta. Maria del Bruc.

Can Jorba, en el camí a la masia Castell de El Bruc i a Montserrat. AGC, 2023

El nombre de les ermites que es mencionen a les indicacions de les rutes[9]  varia entre dotze i quinze, ja que alguns consideren que s’hauria d’incloure la de St. Miquel i la Sta. Cova, però són més les que han existit i s’han perdut.

Ruta de les ermites. Tot Montserrat. cat

A la Sta. Cova, refeta el 1864, és on la tradició diu que es va trobar la imatge de la marededéu, però l’únic que sabem del cert és que la Verge Bruna hi era el 1341, quan es va consagrar l’altar de Sta. Maria. La talla, d’un romànic tardà, és, com altres d’aquesta època, una “Theotokos” o majestat que, asseguda al tro, és ella mateixa un tro per l’infant. Mare i fill duen la bola del món a les mans. La imatge bruna és pròpia dels pelegrinatges que des de l’orient passaven pel nord d’Àfrica. En aquesta època ja es coneixia la escolania. Prop d’aquesta cova-ermita trobem la figura d’un St. Domènec, un sant d’aquests temps en els que la esglèsia permet només quatre ordes mendicats i predicadors.

La figura de St. Domenec a la baixada a la Sta. Cova. AGC, 2014

Alguns noms duen confusió per estar duplicats o per fer referència a oratoris propers, com el de St. Pere. El 1868 Joan Martí, prevere, escriví:

“Des de Sta. Caterina i a un tret de ballesta per la banda de migdia, hom descobria les runes de la capella de St. Pere amb la seva bona cisterna treballada en la pedra, única cosa que quedava de l’ermita, a més d’un arc de la porta d’entrada”.[10]

Una de les cisternes que aprofitaven l’aigua de pluja. Foto: Ramon Solé

Entre 1493 i 1811 els monjos benedictins de Valladolid es feren càrrec de Montserrat, a disgust de molts. D’aquests temps són les llegendes sobre els ermitans, però també els llibres de viatges amb referències literàries evocadores dels llocs. Montserrat va ser un dels primers llocs en tenir impremta. Totes van ser destruïdes a la guerra del francès, la majoria es referen, però la vida eremítica va ser suprimida en 1822, degut a uns fets luctuosos succeïts a la capella de la Trinitat (coneguda des de 1400).

Pou-cisterna de La Trinitat, on es va trobar el cadàver de l’ermità, Foto: Ramon Solé: https://fontsaigua.wordpress.com/2018/01/23/la-font-cisterna-de-can-trinitat-a-montserrat/

Als segles XIX-XX es bastiran o rehabilitaran algunes que actualment són utilitzades com a refugis.

St. Antoni, habilitada com a refugi c’excursionistes. Dani Ortí, 2023

Primeres ermites esmentades en orde d’aparició als documents:

900     Sta. Cecilia (castell de Marro)

925     St. Pere Vilamarics    (entre St. Vicenç de Castellet, Castellbell i Marganell)

 933     Sta. Maria, St. Iscle, St. Pere i St. Martí (“al cim” i “al peu” de Montserrat)

 986     St. Pau Vell (El Bruc) (St. Pere de les Puel·les)

 999     St. Miquel de Montserrat (Collbató, castell de Bonifaci o la Guàrdia)

1042    Sta. Magdalena (castell d’Otger)

1068    Sta. Margarida Amenolelles i St. Corneli de Collbató

1068    Sta. Maria del Bruc i el lloc de “Vilaclara” (St. Cugat)

Montserrat des de Collbató, AGC, 2023

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, L’Hospitalet, 3-5-2023

Als excursionistes que gaudeixen de la muntanya i en tenen cura


[1] Benet i Clarà, A. (1982) “El Bages nucli de vida monàstica de tradició visigòtica?”

[2] García-Carpintero, M. Àngels (2021) Històries des de Bellvitge: Santa Maria i Santa Cecilia de Montserrat, disputes i litigis (segles X-XI) https://historiasdebellvitge.wordpress.com/2021/04/27/santa-maria-de-montserrat-i-santa-cecilia-disputes-i-litigis-segles-x-xi/

[3] Martí, Ramon (1994) “Delà, Cesari i Ató, primers arquebisbes dels comtes-prínceps de Barcelona” (951-953 / 981) Analecta Sacra Tarraconensia, vol. 67. 1

[4] Amics de Montserrat (1967) Ermites i fonts montserratines. Granollers: Montblanc, p. 44

[5] Amics de Montserrat, o.c., p. 27

[6] Amics de Montserrat, o.c., p. 71

[7] Amics de Montserrat, o.c., p. 24

[8] Ruiz-Domènec, J. E. (2006). Quan els vescomtes de Barcelona eren. Història, crònica i documents d’una família catalana dels segles X, XI i XII. Fundació Noguera, n. 13, 69 i 122.

[9] Ermitanda. La ruta de les ermites de Montserrat. Fotos de Cesc Cots https://ermitanda.wordpress.com/descripcio-de-la-ruta/

[10] Amics de Montserrat, o.c., p. 182

A la vora del precipici.

St. Cristòfol d’Hostalets de Pierola.

St. Cristòfol d’Hostalets de Pierola, AGC, 2023

El terme de “Apierola Minoris” o Pierola , s’esmenta per primer cop en una donació que els comtes Sunyer i Riquilda de Tolosa feren el 945 al monestir de Sta. Cecília de Montserrat, poc després de la seva consagració, entre les que es trobava l’ermita de Sta. Margarida de les Amenolelles al castell de Bonifaci o de la Guàrdia de Montserrat (entre El Bruc i Collbató). I és que Hostalets de Pierola, i especialment l’església de St. Cristòfol de Canyelles de la que parlarem, està a l’Anoia, però limita amb el “montserratí”.

St. Cristòfol, al fons Montserrat. AGC, 2023

En 963, en una venda que fa Mir al pròcer Ennec Bonfill, senyor de Gelida, s’esmenta Apiera i Apierola als límits de Masquefa.[1] A la història de Pierola trobem noms de poderosos i no gaire pagesos propietaris, com veiem a d’altres llocs, potser el terreny no era molt adient per a que s’establís la pagesia.

El 995 Ansalones i Fremina venen a Guiteza i Amalvua un alou amb torre al terme de Cabrera (d’Anoia) que limitava al sud amb St. Cristòfol. Aquesta és la primera menció de la capella. Sembla que la zona seria, durant molts segles, un lloc amb alguns masos dispersos. El terreny abrupte que les rieres i torrents han deixat encimbellat i l’anomenada de castells i torres indiquen que una de les funcions de les construccions seria la de vigilància i comunicació, típica dels llocs de frontera.

Castell de Collbató, una torre de vigilància i comunicació que encara perdura. AGC, 2023

Els conreus serien de secà com la vinya que Guinedella, amb el seu fill Mir empenya a Ramón en Pierola en 1033.[2]

El 1041 Gerberga, abadessa del monestir femení de St. Pere de les Puel·les de Girona (o St. Daniel) ven a Udalguer un alou amb terres, vinyes i una església als termes del castell de Pierola, Esparraguera i la Guàrdia, al lloc anomenat “St. Cristòfol de Canyelles”, amb el compromís de que si el seu germà Mir Ricolf o les seves germanes reclamessin al comprador llur heretat ella li vendria totes les hereditats paternes i maternes d’Osona, Barcelona, Berga i la Cerdanya per vuit unces d’or. En el seu testament de 1060 (no 1080 com es diu a la Catalunya Romànica) Udalguer cedeix l’alou de Canyelles amb les seves sagreres al monestir de St. Llorenç del Munt. En 1068 Otger, abat de St. Llorenç del Munt, fa un reconeixement de les propietats del monestir en Apierola, la serra propera a la fàbrega, les terres i vinyes que té Guillem Duran en la riera de Magarova (Masquefa) i la cuina i corral que té el vescomte Udalard en l’església de St. Cristòfol de Canelles.[3]La fàbrega indica un centre de producció vinculat al metall prop d’alguna riera.

Ferreria vella de Molló, AGC, 2020

Els vescomtes de Barcelona tenien propietats en Piera (probablement de la vescomtessa Gerberga, amb béns a Claramunt), però els comtes eren els principals senyors. En 1057 la contesa Ermessenda de Carcassona (-1058) es retira donant al seu nét Ramón Berenguer I (1023-1076) tots els seus castells (entre d’altres, el de Pierola) per mil unces d’or, una quantitat que devia ser simbòlica perquè va morir poc després. En 1059 el vescomte Udalard II dona a la seva esposa Guisla de Lluçà, anterior esposa del comte Berenguer Ramón I (1018-1035) i mare de R. Berenguer I, la meitat dels castells de Piera i de Castellet. En 1063 comtes i vescomtes s’intercanvien els castells de Piera i Castellet pel de Pierola. Sembla que els vescomtes surten perdent, no seria estrany ja que és la època del vassallatge i en la transacció n’hi ha una mare amb el seu fill, casat, aquest, amb Almodís de la Marca (1020-1071).[4]

Restes del castell de Freixe o de Castellet a Piera, AGC, 2021

Però no és la nostra intenció parlar dels poderosos, ja que aquests ja són prou reconeguts a la Història sinó de les dones que no s’esmenten i d’aquestes capelles enrunades que aviat perdrem de vista.

Hem vist que després del monestir femení de St. Daniel de Girona l’església de St. Cristòfol de Canyelles de Pierola va passar al monestir del Munt sobre Terrassa. En 1138 l’abat d’aquest monestir estableix al clergue Ramón Guillem amb un alou al lloc i una dominicatura, és a dir amb el dret de rebre censos de la zona, el que es correspon amb els fets documentats. Però en 1234 Jaume I confirma la Farga (o Fàbrega) de Pierola al monestir de St. Cugat. I és que el Comte Berenguer III (1082-1131) va annexionar el 1099 a St. Cugat alguns monestirs com el de St. Llorenç del Munt o el de Sta. Cecília, el que serà font de disputes, algunes violentes, com la protagonitzada pels familiars de l’abat de St. Cugat que deixen malferit al de St. Llorenç.

R. Berenguer III va afavorir la entrada de les ordes religioso-militars a Catalunya

En 1374 l’església de St. Cristòfol de Canyelles és refeta al lloc conegut com la “font de les fàbregues” amb les pedres d’una altra de la que no se sap el lloc exacte on era: St. Martí d’Urús. La església de St. Martí va ser venuda per Saurina al prior de Sta. Maria de Montserrat per cinc mil sous en 1253. Aquest lloc era un nucli de població o “quadra” anomenat Urús-Jussà del que es desconeix l’emplaçament.

Montserrat des de Hostalets de Pierola, AGC, 2023

En tot cas sembla que el lloc de Canyelles queda vinculat a una Farga, un servei necessari ja que es trobava a l’antic camí que anava de Vilafranca a Montserrat, una part del camí és avui el carrer Major de Hostalets. L’encreuament d’aquest carrer amb el carrer Església, part del camí d’Igualada a Barcelona, són l’inici d’aquest nucli de població i que l’acció inicial de les dones al començament de la documentació escrita és un fet inqüestionable. Tot va canviar aviat.

Segles més tard, a la Guerra del Francès, St. Cristòfol i St. Martí (les dues en una) va ser incendiada, va quedar abandonada i actualment està tan enrunada que no sembla probable que es reconstrueixi. Deixem les imatges i aquest petit resum per a què com a mínim pugui ser recordada.

St. Cristòfor de Canyelles al lloc de les fàbregues de Pierola

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, 16-02-23

A les dones que tingueren –i tenen- cura de les esglésies sense que mai hagin estat reconegudes, ni per la història, ni per les diòcesis actuals.


[1] Mas, Josep (1909-1914). Cartulari de Sant Cugat, vol. VI, MCCXXXVIII. 

[2] Puig i Ustrell, Pere (1995). El monestir de Sant Llorenç del Munt sobre Terrassa. Diplomataris dels segles X i XI. Fundació Noguera, n. 240 (1033).

[3] Puig i Ustrell, Pere (1995), o.c., n. 313 (1041), 398 (1060) i 439 (1068).

[4] Feliu, G. i Salrach, J. M., dir. (1999). Els pergamins de l’Arxiu Comtal de Barcelona de Ramón Borrell a Ramón Berenguer I. Fundació Noguera, n. 493 (1057), 541 (1059) i 586-587 (1063)

Els Monistrols del Bages. La continuïtat de les civilitzacions.

El carrer dels Espilons a Monistrol de Llobregat, comunicava el riu amb la muntanya. AGC.

El topònim “Monistrol” fa referència al terme “munestrilo” o “monesteriolus”, és a dir, a monestirs d’època visigòtica, com va avançar l’historiador Albert Benet[1], indrets que tindrien una continuïtat amb infraestructures de civilitzacions antigues que perduraran en forma d’església o parròquia, com es va confirmant amb les excavacions arqueològiques.[2]

Trobem aquest terme als territoris de frontera, al Bages, principalment, el que senyala que la re-conquesta franca en aquests territoris va ser lenta i complexa, com mostra la revolta antifranca protagonitzada pels autòctons Aissó i Guillemó (826) amb l’ajut de tropes sarraïnes. Hem de considerar que el domini musulmà no anava en contra de la església hispano-goda i de la seva organització fiscal, només reclamava els seus rèdits, com farien els francs amb els monestirs benedictins i les esglésies romanitzades que imposaven.

Així és com al Bages en trobem diferents Monistrols dels que poc ens queda, però el conjunt d’indicis són vestigis confluents envers un mateix sentit.

Una capella de Sant Pere de Monistrol de Montserrat és citada el 933 quan els comtes Sunyer i Riquilda donen al monestir de Ripoll les capelles de Santa Maria, Sant Iscle, Sant Martí i Sant Pere, aquesta última al peu de la muntanya, on ja n’hi havia la de Santa Cecília.

En 942 l’abat d’aquest monestir, Cesari, comprà als seus familiars Ansulf i Druda, una propietat al “castell de Marro” (desaparegut) que passava per les roques que eren sobre el lloc que diuen “Monesteriol”. En 945 els comptes doten el monestir de Sta. Cecilia i el bisbe de Vic el consagra demanant que es canviï el nom pel de St. Pere, tot i que el nom de Sta. Cecília es va conservar.

Sta. Cecilia, al peu de Montserrat. AGC.

L’any 951 el papa confirma al monestir de Ripoll las propietats de Manresa “amb els seus monistrols i les seves pertinences”. Dels conflictes per la propietat de Sta. Cecília ja en van parlar.[3] Aquí volem aprofundir en aquests monistrols que ens remeten a un cristianisme primitiu, anterior al de la conquesta franca i anorreat per aquests.

Aquesta capella de St. Pere podria haver estat al lloc de l’actual de St. Pere de Monistrol com diu Albert Benet, tot i que alguns interpreten que podria ser la de St. Pere de Vilamarics (“Vila Milech”), bastida sobre un emplaçament romà. El lloc és citat en 925, quan el bisbe de Vic cedeix els delmes al monestir de Ripoll, de l’ermita només queden unes restes a Monistrol de Montserrat, entre St. Vicenç de Castellet, Castellbell i Marganell.

Església i carrer de St. Pere a Monistrol de Montserrat. AGC.

Cal tenir present que els eremitoris de la primera època s’instal·laven, com en altres muntanyes rocoses, a peu de la muntanya. Les nombroses capelles montserratines, aixecades en llocs de difícil accés, són molt posteriors a aquests eremitoris de tradició hispano-goda, per tant és difícil saben en quin lloc exacte estaria aquest St. Pere “a peu de la muntanya de Montserrat”.

Agulles de la Magdalena, a la regió de Tebes. Foto: viquipèdia. La capella de Sta. Magdalena, prop de la de St. Joan i St. Onofre estava construida a l’antic castell d’Otger.

Monistrolet” de Rajadell és esmentat des de 978 en la descripció del terme de Manresa. L’actual església de Sta. Maria de monistrolet no conserva cap vestigi de la romànica citada des de 1023, però s’han trobat restes romans a la rectoria i a un camp a prop, per on passava el camí ral, una antiga via romana que comunicava Guissona amb la Segarra (el que avui és l’Eix Transversal). Les vies de comunicació i la presència d’aigua són una constant en aquests llocs on la vida perviu de civilització en civilització.

L’església de Monistrolet de Rajadell adosada a la rectoria. AGC.

Molt a prop tenim els vestigis romans de St. Amanç (una advocació cristiana molt antiga), a banda i banda de l’autopista, amb una part d’habitatge i una part de producció,[5] el que mostra la continuïtat de l’habitat. És a dir ni els musulmans eren tant sanguinaris com se’ns ha fet creure (en tot cas ho eren tots), ni van ser els monestirs cristians romanitzats els que van “re-poblar”; la gent ja hi era, amb els seus costums i la seva organització, només que un poder es va imposar sobre un altre liquidant, endemés, el seus vestigis.

Vestigis romans de St. Amanç a Rajadell. AGC.

Monistrol de Calders (ara al Moianès) és un altre d’aquests llocs. L’actual església barroca de St. Feliu no ens indica res del possible passat remot, però embolcallada a l’església n’hi ha l’actual casa parroquial, coneguda com a “mas Guardiola”. Els termes de “Guàrdia” (torre de defensa) o de “Cirera” (far) són freqüents a la comarca i assenyalen la llarga presència sarraïna que podrien haver utilitzat les esglésies visigòtiques com llocs defensius. En Rajadell trobem l’ermita de St. Miquel de la cirera i a Monistrol de Calders la coneguda com “St. Pere de la Mussarra” o de la “Almuzarra”, de clara arrel àrab.

St. Feliu de Monistrol de Calders i la rectoria. AGC

De la derruïda capella de Sant Pere de Monistrol, coneguda com St. Pere “de les Cigales” o de la Roca, a la zona de la Galera de Gaià, una reconstrucció de la capella barroca, s’han trobat elements de la capella romànica, però, més importat encara, són les troballes que s’han fet molt a prop, al lloc conegut com “les Feixes de Monistrol” on s’ha trobat restes d’un poblat i d’un mas medieval vinculat a una ferreria i, una mica més enllà, una necròpolis visigòtica, el que prova de nou la pervivència de la vida malgrat el canvi de poder.

St. Pere de Monistrol de la Galera de Gaià, en estat ruinós. AGC

Potser aquest fet que manifesta l’arqueologia és el gran descobriment que ens ha d’obligar a canviar la manera d’explicar la història. Els poders canvien, les cultures s’imposen, la base treballadora perviu assimilant o rebutjant les imposicions, mantenint els noms, com la seva memòria cultural. Al castell de Gaià, amb la campanya de 2022 de «Prospeccions als Monistrols del Bages», amb motiu d’esclarir l’origen del topònim Monistrol i verificar aquesta pervivència visigòtica-islàmica, s’han trobat restes d’època ibèrica.[6]

Blocs ciclopis associats a un poblat ibèric anterior al castell medieval de Gaià. AGC.

Aquesta església de St. Pere de Gaià era documentada originàriament (des de 959 i segons Albert Benet) com de “St. Joan apòstol”, però en ser “cedida” a Sant Pere de Vic, el bisbe li canvià el nom pel de St. Pere. Manuel Riu ja va indicar que les advocacions dels monestirs tenien un significat a considerar: St. Joan Baptista, com St. Joan de Ter o “de les abadesses”, indicava ascesis, St. Pere indicaria que havia un alberg sobre una antiga vila romana i Sta. Maria era el nom que escollien els prelats. Benet es pregunta com és que aquesta era dedicada a St. Joan apòstol, però no resulta estrany si considerem que St. Joan era l’evangelista que millor coneixia del pensament grec, una figura molt apreciada al primitiu cristianisme oriental, pel seu simbolisme. Un cristianisme sobre el que la romanització –amb la figura de St. Pere- s’anava imposant.

L’abandonada ermita de St. Pere de Monistrol de Gaià assenyala la continuïtat humana i cultural

Per cert de “Sant Pere de les cigales”, al Bages, en trobem també a Navàs, on s’han trobat tombes antropomorfes i sitges excavades en roca, així com restes d’un primitiu altar.

Fora del Bages n’hi ha “Monistrol d’Anoia”, de Sant Sadurní d’Anoia, documentat al segle X, al terme del castell de Subirats,[7] un lloc de frontera, com els del Bages. L’església de Santa Maria de Monistrol d’Anoia està assentada sobre el solar d’un jaciment romà on s’ha trobat una necròpolis tardoantiga, el que reforça la idea de que hi hagués un primitiu monestir on ara és la parròquia.[8]

Olesa Bonesvalls. La vinya és un conreu antic mantingut al llarg dels segles al Mediterrani. Foto: Avenc del Garraf.

En una visita al Museu de Història de Catalunya, li vaig dir a la meva néta mentre anaven passant per les successives etapes: -Quan manaven aquests, els anteriors seguien existint, tot i que de vegades havien de dissimular. – Sí, veritat?, és el que jo pensava. Perquè no ens ho expliquen així a l’escola?

A la meva néta, Judith, i a les que, com ella, es fan preguntes i canviaran els relats que es fan des del punt de vista dels dominadors.

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, 08-05-2022


[1] Benet i Clarà, Albert (1982) “El Bages nucli de vida monàstica de tradició visigòtica?”

[2] DDAA (2014) “El Bages en els inicis de l’edat mitjana (segles V-IX): estat de la qüestió i noves propostes de recerca arqueològica”.

[3] García-Carpintero, M. Àngels (2021) Històries des de Bellvitge: https://historiasdebellvitge.wordpress.com/2021/04/27/santa-maria-de-montserrat-i-santa-cecilia-disputes-i-litigis-segles-x-xi/

[4] DDAA (1967) Ermites i fonts montserratines. Granollers: Montblanc, p. 182

[5] Estimada Terra: https://estimadaterra.wordpress.com/2022/01/12/vil%c2%b7la-romana-de-sant-amac-de-vilades-de-rajadell/

[6] García-Carpintero, M. Àngels (2021) Històries des de Bellvitge: https://historiasdebellvitge.wordpress.com/2022/04/07/caminant-pel-nostre-passat-al-castell-de-gaia-del-bages/

[7] García-Carpintero, M. Àngels (2021) Històries des de Bellvitge: https://historiasdebellvitge.wordpress.com/2020/08/10/sant-pere-de-subirats/

[8] Sales, Jordina (2007) “Esglésies tardoantigues a Catalunya (segles IV-VII) els exemples de l’Anoia, el Bages, el Baix Llobregat, el Garraf i el Penedès. Una valoració territorial”

Santa Maria i Santa Cecília de Montserrat. Disputes i litigis, segles X-XI.

Cristianismes a l’Edat Mitjana.

Montserrat des de Santa Cecília. AGC, 2022

L’origen del monestir de Montserrat és incert, hom el situa cap a finals del segle IX, quan comencem a tenir documentació escrita, però el més probable és que ja hi hagués vida al voltant del que serien petites cel·les amb les seves sitges i els seus llocs d’enterrament, com es demostra als llocs on es fan excavacions. Montserrat va suposar, en aquests temps, una enorme fita de l’avanç cristià pel comtat d’Osona-Manresa. Entre el 889-890 els reis francs donen els drets fiscals de Manresa a Sant Pere de Vic.[1]

En 933 els Comtes Sunyer i Riquilda de Barcelona donen al monestir de Ripoll les esglésies de Santa Maria, Sant Iscle, Sant Martí i Sant Pere, aquesta última al peu de la muntanya. Tot i ser petits cenobis, Ripoll les tenia com a simples propietats agràries. Els conflictes entre els diversos poders laics i eclesials seran freqüents.

Les obres fetes entre els anys 2011 i 2013 per rehabilitar la plaça de Santa Maria, tot just davant la façana de l’actual monestir, van posar al descobert restes dels fonaments de la primitiva església romànica, els quals ja havien estat identificats per Puig i Cadafalch en construir aquesta plaça l’any 1930.

Claustre gòtic i portal romànic de la primitiva esglèsia de Santa Maria de Montserrat.

Prèviament hi hauria a la muntanya, com veiem a altres llocs, petits eremitoris de tradició hispano-goda. El topònim de “Monistrol” també fa referència a aquest origen i cal dir que al Bages en trobem altres Monistrols: de Montserrat, de Calders (ara al Moianès), de Rajadell i de Gaià o Sant Pere de Monistrol, documentat originàriament aquest com “Sant Joan apòstol” i cedit a Sant Pere de Vic que li canvià el nom pel de Sant Pere.[2]

St. Pere de Monistrol o de la Roca a la Galera (Gaià), 2022

Cal recordar que Sant Joan apòstol o evangelista és una figura molt apreciada pel cristianisme oriental.

Montserrat amb les ermites de Sant Joan i de Sant Onofre (anacoreta del segle V molt venerat per l’església copta)

Igualment, les marededéu romàniques, les que duen el nen a la falda, representades amb la bola del món i sovint fosques, poden poden provenir de l’orient cristià que va arribar a nosaltres des del Nord d’Àfrica.

La imatge de Santa Maria de Montserrat, al timpà de la primitiva esglèsia, és més antiga que la romànica que es venera.

El monestir de Santa Cecília[3], més antic que el de Montserrat, va ser re-instaurat pels Comtes Sunyer i Riquilda de Tolosa que el doten en 945 i fins la mort de Riquilda el 956 (igual que a Sant Pere de les Puel·les de Barcelona).

Santa Cecília de Montserrat, AGC, 2021

Cesari (-982) és el primer abat reconegut de Santa Cecilia. El 942 va comprar a la seva tia Druda i al seu cosí, Ansulf, per deu unces d’or, un alou al castell de Marro[4] de Manresa, on n’hi havia la casa de Santa Cecília. A principi del segle X altres persones feien donacions al monestir, el que vol dir que aquest ja existia quan l’abat Cesari demanà al llavors bisbe de Vic, Guadamir, el 957 que consagrés el monestir, el que es fa amb la condició de que segueixin la regla de Sant Benet (promoguda pels francs), canviessin el nom pel de St. Pere i quedés sota l’obediència de Vic.

L’abat Cesari és conegut per representar un dels tres intents dels Comtes de Barcelona de centralitzar el seu poder amb un arquebisbat que subordinés els altres bisbats dels comtats catalans, que en aquell moment depenien de Narbona. El primer intent va ser amb Delà (-962), anomenat “arquebisbe” de Girona en 954. Els següents, amb Cesari, en 956 i amb el bisbe Ató de Vic, en 970. En tots tres casos, van trobar la forta oposició del poderós Casal de Cerdanya-Besalú. En el cas d’Ató, també la mort.[5] 

Entre el 1011 i el 1018, un monjo, de nom Joan i procedent del monestir de Santa Maria de Ripoll, va arribar a la muntanya per encarregar-se del monestir de Santa Cecília, que havia de quedar sota les ordres de l’abat Oliba (971-1046), però Santa Cecília no va acceptar aquesta situació i Oliba es va limitar a fundar el monestir de Santa Maria de Montserrat al lloc on hi havia l’antiga ermita amb el mateix nom.[6]

Els litigis entre Oliba i Santa Cecilia pel control de la muntanya de Montserrat van ser freqüents. El 29 de juny de 1022 el comte de Barcelona, Berenguer Ramon i la seva mare Ermessenda anaren a Ripoll a confirmar personalment les propietats del monestir. La comtessa Ermessenda (-1058) anava d’acord amb el poderós Oliba i el tribunal comtal decretà la fusió de les dues cases, però la realitat és que els dos dominis restaren ben delimitats.

A partir de 1023 cap document esmenta la sort de les esglesioles de Sant Martí i de Sant Pere. La de Santa Maria inicià la seva transformació amb Oliba fins a tenir la fisonomia d’una església romànica sobre la que s’alçà l’actual santuari. Al mig del jardí de l’abadia es troba la petita ermita de Sant Iscle i Santa Victòria, dues figures martirials de la Hispania visigòtica.

Portal de l’antiga capella de Santa Maria al s. XII, dibuix de E. Canibel a la guia de Montserrat de 1898

En 1026 una dona, Orúcia, amb les seves filles Emo i Quixilo fan donació de cases, terres i possessions en Manresa a Santa Maria de Montserrat, però les cròniques es fan ressò del 1027, quan Guillem de Castellvell dona una vinya al terme d’Esparreguera “ad Domum Sanctae Mariae Coenobii qui est sita in Monte Serrad”. En 1041, Adelaida vídua d’aquest Guillem, ven al seu segon fill, Ramon, diverses possessions, sembla ser que en un intent de compensar la herència del seu primogènit. Accions de les dones relegades per la història.

De 1036 es té notícia d’unes petites obres d’ampliació de l’església a fi d’acollir els nombrosos pelegrins i a la petita comunitat monàstica. Aquest és el temps de la construcció de l’església romànica amb el suport de l’abat Oliba, d’una sola nau amb volta de canó i orientada, segons el costum, a llevant. El 1038, Oliba, abat de Ripoll i bisbe de Vic, consagra la Catedral de Vic, entre les nombroses possessions s’esmenta la de Montserrat en un intent més de reunificar poder.

A mitjans de segle XI continua havent litigis per Santa Cecilia de Montserrat. Cal fer esment que el Castell de la Guàrdia de Montserrat, un dels cinc que hi havia i l’únic del que en tenim algunes restes, van ser en mans dels vescomtes de Barcelona mentre aquests tingueren poder. En 1046 l’abat de Santa Cecília reclama i recupera un alou que havia estat “injustament” comprat per la vescomtessa Guisla al lloc conegut com a Cancis o Camps, al pas de Calaf, un domini important que connectava amb les mines de sal de Cardona i que. avançat el segle XI, veurem en mans dels Comtes de Besalú.

El Bruc, restes del castell de Guàrdia de Montserrat

Guisla deu ser la Guisla de Lluçà (-1074) que, vídua del comte Berenguer Ramon (-1035), casà amb el vescomte Udalard II (-1077), per recomanació del bisbe Guislabert, que així va controlar la rebel·lió d’aquest vescomte. Les vídues havien de renunciar a la herència del seu marit si es tornaven a casar i si no ho feien, se les prenien. El fill de Guilla, Guillem renuncià, en 1054, als seus béns a Osona en favor del seu germanastre, el nou comte Ramon Berenguer I (-1076), com anteriorment (1048) havia fet el germà d’aquest, Sanç, amb els seus béns a Olèrdola i al Llobregat. Tot en benefici d’una unificació del poder en que l’església també pren part, en una època en que començava a instaurar-se la figura de l’hereu evitant la dispersió del patrimoni.

En morir Elisabet, la primera esposa del Comte Ramon Berenguer I, cap el 1050, deixa diferents llegats a persones e institucions eclesiàstiques, entre les quals, el monestir de Santa Cecília de Montserrat,  però en 1058 el Comte, amb la seva nova dona, Almodís de la Marca, el donen al monestir de Sant Cugat, al que va estar sotmès fins mitjans del segle XII, no deslliurant-se del bisbe de Vic fins el segle XIII, instaurat ja l’arquebisbat a Tarragona.

Santa Maria de Montserrat va ser un priorat a partir del 1070, quan Ripoll va passar a dependre de Sant Víctor de Marsella. A partir de 1082 va tenir un prior propi. A finals del segle XI els juraments de fidelitat creixen creant l’estructura piramidal del feudalisme, arrelat ja entre els poders civils i eclesiàstic. Va seguir sent un lloc disputat durant segles, també des de l’àmbit estatal.

Santa Cecilia, aconseguida la independència, va ser, durant segles, alberg de peregrins que anaven a Montserrat. Actualment és una dependència de l’abadia i un refugi de “Pax Christi” (moviment catòlic internacional per la Pau, creat el 1945), un lloc on de silenci on es fan pregàries interconfessionals per la pau.

Interior de Santa Cecília un lloc de pregària i repós.

La capella de Sant Iscle i Santa Victòria de Montserrat va ser, avançada l’Edat Mitjana, un alberg i hospital de peregrins. Va quedar molt malmesa amb la guerra del francès, però va ser restaurada.

Capella de Sant Iscle a Montserrat. Foto e informació sobre la capella de la Diputació de Barcelona. Mapes del Patrimoni cultural.

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, l’Hospitalet, 27 d’abril, 2021

Als homes i a les dones de Bona Voluntat de tots els temps.


[1] Abadal, R. (1965) Els primers comtes catalans. Barcelona: Vicens-Vives, p. 85 (2ª ed.).

[2] Benet i Clarà, A. (1982) “El Bages nucli de vida monàstica de tradició visigòtica?”

[3] Santa Cecília és una figura martirial romana, tot i que la seva autenticitat sigui discutible, al segle V es venerava a les catacumbes romanes de Sant Calixte i el seu culte va ser àmpliament difós a l’època visigòtica. Amb el pas dels segles, un error (en confondre els “òrgans” relatius al cos amb els musicals) l’ha convertida en patrona de la música.

[4] Un dels castells de Montserrat, junt al d’Otger que es menciona en 1042 junt a la capella de Sta. Magdalena, o el de Bonifaci o la Guàrdia de Collbató, vinculat a St. Miquel i la familia vescomtal de Barcelona, l’únic del que tenim unes restes. 

[5] Martí, Ramon (1994) “Delà, Cesari i Ató, primers arquebisbes dels comtes-prínceps de Barcelona” (951-953 / 981) Analecta Sacra Tarraconensia, vol. 67. 1

[6] Pladevall, Antoni (1974). Els monestirs catalans. Fotografies de Francesc Català i Roca. Barcelona: Destino, p. 258-269