Florencia, orígenes maternales de Oriente.

Escultura que representa a la madre que perdió a casi todos sus hijos e hijas, Niobe, con su hija pequeña. Galeria Uffizi, AGC, 2025

Bajo Santa Maria de Fiore, el Duomo o Catedral de Florencia, se hallan las ruinas de la anterior iglesia paleocristiana (siglos III-XIII) dedicada a Santa Reparada, una mártir de del siglo III que muere con quince años, como Santa Eulalia. Aunque las figuras martiriales son más símbolo y leyenda que historia, sus advocaciones delatan la antigüedad del culto y su procedencia, en este caso, Cesárea de Palestina.

Cripta de Santa Reparada bajo Santa Maria de fiori. Viquipèdia.

Hay pocas advocaciones femeninas en las iglesias. Dejando de lado a Maria, la mayoría son figuras martiriales con las que se fue apartando a las gentes de las primeras civilizaciones de los extendidos cultos a Deméter la diosa madre que, junto a su hija, Perséfone o Kore, son protectoras de la fecundidad y la fertilidad de la tierra. Una historia relegada por la Iglesia a través del culto a María, con el que se perdió la poderosa relación madre-hija. Deméter, como Ceres, Atenea, Venus o Afrodita nos recuerdan que hubo un tiempo en que ellas fueron veneradas.

Imagen funeraria que parece representar una madre sin hijos, porque no los tuvo o porque los perdió. Ufizzi, 2025

Santa Felicita, esclava deSanta Perpetua de Cartago, con quien, según la tradición, compartió martirio, junto a otros cristianos de su círculo, tendrá, desde los orígenes del primer cristianismo que llegó a través de Siria i Cartago envuelto en el pensamiento griego, otra antigua iglesia en el barrio de Oltrarno, al otro lado del río Arno, edificada sobre un antiguo oratorio romano. Una matrona, que ofrecía su casa a las primeras reuniones y su esclava, ambas madres jóvenes, quedaron unidas más allá de las diferencias sociales, lo que representa al cristianismo de los primeros tiempos que aún contaba con la presencia y reconocimiento femenino.

Plaza de Santa Felicita en Oltrarno, cerca del ponte Veccio. AGC, 2025

Santa Reparada fue la única patrona de Florencia hasta el siglo XIV, cuando se le añadió la madre de María, Santa Ana, advocación de una iglesia que se alzó en su honor, cerca del Palacio Vecchio y que más tarde se dedicó a San Miguel y posteriormente a San Carlo de Lombardía o (Borromeo). En torno a Santa Ana se celebra el triunfo de la República Florentina contra la tiranía del duque de Atenas, instaurando un nuevo dominio, el de los “gordos” o potentes locales.[1] En todo caso, el pueblo de Florencia, donde había arraigado la importancia de la maternidad, abre, con la fiesta de Santa Ana, un nuevo camino para una ciudad, el camino del Arte que alumbrará al mundo.

La iglesia de Sant Carlo fue la que se levantó para conmemorar una liberación bajo la advocación de Santa Ana, AGC, 2025

En Orsanmichele, donde se construyó el mercado del grano y los graneros en el siglo XIV, sobre una antigua iglesia dedicada a San Miguel, podemos admirar el grupo escultórico del siglo XVI de Francesco de Sangallo que representa a Santa Ana que sostiene el niño, mientras María lee.

Grup escultóric de Santa Ana, con María, leyendo y el niño, AGC, 2025

El Palacio Vecchio también fue alzado ese siglo efervescente del XIV para acoger las nuevas instituciones políticas de la ciudad. Anteriormente las elecciones de los priores se hacían en el mismo lugar, pero en una iglesia de los siglos IX y XI de la que quedan algunos restos bajo los Ufizzi (ofocinas), San Pietro Scheraggio (cuyo significado proviene de un canal de aguas residuales de depuración), donde se veneraba la virgen “Ninna” (niña) a partir de un relato apócrifo, el de la “presentación de María en el Templo” por sus padres, Joaquín y Ana que, a pesar de no ser reconocido por la Iglesia, ha dado lugar a muchas representaciones artísticas y a diversas fundaciones de órdenes femeninas dedicadas a la enseñanza y educación de las niñas.

De hecho, Santa Ana se suele representar enseñando a María a leer, un potente mensaje que calaría entre aquellas férreas ataduras que nos pusieron a las mujeres prohibiéndonos ir a la Universidad o ser parte activa en los gremios. Los “libros de horas” o el mismo salterio, fueron las primeras cartillas de lectura de muchas niñas, jóvenes y mujeres. La imagen familiar de Maria, niña, aprendiendo con su madre Santa Ana o conducida por sus padres fue siempre más popular que el dogma de la virginidad promulgado en Éfeso el siglo V. El interés de las mujeres por la lectura y la escritura también ha sido mucho mayor, a pesar de que se haya querido ocultar.

Como una auténtica «Trinidad», Santa Ana, María y el niño, S. XV, obra de dos artistas: Masaccio i Masolino. Viquipèdia.

Vemos pues que la preferencia por Santa Ana, la abuela-madre venía de antiguo, quizás desde aquellos cultos orientales primitivos a Deméter ya que a Florencia llegó fácilmente el cristianismo que nació en Oriente, lo vemos en el arte que se refleja en los iconos y en la mejor consideración hacia la mujer.

Icono en San Donato in Scopeto, Oltrarno, AGC, 2025

Es algo que nos transmite otra antigua iglesia de Oltrarno, San Donato in Scopeto, un antiguo monasterio del siglo XIII cuyo exterior nos recuerda a esos mundos del otro lado del Mediterráneo. Por cierto, San Donato, un obispo del siglo IV, era de Epiro (los Balcanes), igual que la madre de Alejandro.

San Donato in Scopeto, en Oltrarno, con aires bizantinos, AGC, 2025

Una figura más legendaria que real, pero que también nos hace de puente con Oriente, es la de Santa Catalina de Alejandría (siglo IV). En la plaza a ella dedicada en Florencia existió un monasterio bajo su advocación, cerca de la actual iglesia del Sagrado Corazón, fundada por las hermanas agustinas en 1306. Los orígenes de las agustinas, como los de otras ramas femeninas admitidas con reticencias por la Iglesia, como el Cister o las terceras órdenes mendicantes, hay que buscarlos en los grupos independientes de mujeres que ponían en práctica su espiritualidad con acuerdos pactados libremente, predicando, enseñando y viviendo de su trabajo, lo que se corresponde con la existencia de un hospital de huérfanos y un centro de enseñanza a niñas pobres.[2] Una pequeña capilla, de agustinas se construyó en Oltrarno en 1442 bajo otra advocación materna: Santa Mónica, madre de San Agustín, un espacio ahora dedicado a ofrecer conciertes.

Santa Mónica en Oltrarno, AGC, 2025

Una de las órdenes femeninas más duraderas, es la de las benedictinas. En Florencia estuvieron en la abadía florentina, fundada el 978,que contó también con un hospital y que actualmente acoge a la fraternidad de Jerusalén; en la desaparecida iglesia de San Pedro Mayor del siglo XI,de la que sólo quedan unas arcadas, en el de Santa Úrsula (virgen de Colonia, Alemania), dedicado a la transcripción de manuscritos en el primer Duomo del siglo IV sobre el que en el siglo XV se alzó la actual basílica de San Lorenzo, y en el monasterio de Santa Apolonia (también mártir de Alejandría) del siglo XIV, actualmente museo. ¿Estuvieron? Están, las encontramos en Oltrarno, cerca de donde dormimos unos días, hablamos con ellas, algunas de lejanos países, compartimos nuestro interés por escribir sobre las mujeres medievales y, entre ellas, San Pere de les Puel·les de Barcelona, con más de mil años de historia. Conocían San Pere, nos encontramos en ese reconocimiento mutuo y nos alegramos.

San Pedro Mayor, de las benedictinas, postal antigua

Para acabar este nuevo recorrido por Florencia sin cansarnos demasiado, acabaremos mencionando a unas comunidades mixtas que nacieron laicas, como las Deodonadas o las beguinas, las de los Umiliatti (Humillados) que fundaron la iglesia de Ognissanti (todos los santos) en 1251, pero en 1561, tras las dificultades que conllevaba la vida alternativa que procuraban con una convivencia entre familias y hombres y mujeres laicos o consagrados a los que les unía el vivir de su trabajo llevando una vida evangélica, algunos pasarían a la tercera orden de San Francisco.

El amor de un padre, un abuelo, un familiar, un amigo queda integrado en el amor familiar no excluyente. Palacio Pitti. AGC, 2025

La Iglesia acabó con esas prácticas más evangélicas que contaban con la presencia, la actividad y la autoridad femenina, es un hecho, pero, paseando por Florencia, encontramos un sinfín de menciones a un recuerdo que revela la importancia del amor en nuestras vidas.

La Caridad, Francesco de Rossi, S. XVI. Uffizzi, AGC, 2025

Las diosas-madres de las civilizaciones antiguas, las figuras martiriales femeninas, madres en ciernes, aún adolescentes, algunas, madres jóvenes, otras; la madre de la madre, la mujer que lee y enseña a leer, las que se entregan al cuidado haciéndose madres de muchos polluelos a los que ayudan a crecer y volar, la madre que procura la Paz. A todas las mujeres que han hecho y hacen de la relación un camino de gozo, de ternura y de Paz.

Escultura en un rincón de Florencia, AGC, 2025

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, agosto, 2025

En recuerdo de un viaje entrañable con hijos y nieta


[1] https://historiasdebellvitge.com/2025/06/27/florencia-una-sublevacion-proletaria-en-el-siglo-xiv-con-simone-weil-maquiavelo-y-catalina-de-siena/

[2]https://www.loquis.com/es/loquis/573672/Iglesia+de+Nuestra+Se+ora+del+Sagrado+Coraz+n+Florencia

Les clarisses de Pedralbes, de l’esplendor a la misèria

Claustre gòtic de Pedralbes. AGC, 2025

El monestir de Santa Maria Pedralbes és prou conegut, tot i que sempre n’hi ha, a les històries de dones, aspectes que no han vist prou la llum.

Aquest article forma part d’una trilogia clarissa que va començar amb Sta. Clara d’Assis i el seu sentit ecològic de pobresa[1] i va seguir amb la primera fundació clarissa a Barcelona (1237, monestir de St. Antoni i Sta. Clara) de la que són hereves les monges benetes de Montserrat.[2]

Elisenda de Montcada i Pinós (Aitona, 1292 – Barcelona 1364), reina d’Aragó entre 1322 i 1327 pel seu casament amb Jaume II (1291-1327), va fundar aquest esplendorós monestir gòtic sobre un pedrís anterior, denominat “mas Pedralbes” que ja comptava amb una torre de defensa.

Sepulcre de la reina Elisenda al claustre

La reina Elisenda no va ser mai monja. Vivint en un Palau junt el monestir, podríem considerar-la una impulsora i mecenes d’art.

Tampoc aquestes monges, sortides en 1327 de la primera comunitat clarissa de la ciutat, tingueren més relació amb la casa mare d’Assis que el propi nom. El “privilegi de la pobresa” que Clara va defensar i que consistia en no acumular béns, ni particular ni comunitàriament, vivint en harmonia amb la natura, va ser “mitigat” al poc de la seva mort i successivament. A les primeres concessions donades al primer convent barceloní, s’afegiran moltes altres a Pedralbes que faran, d’aquest, un lloc desitjat per a les dames nobles que no volien casar-se i per a les noies pobres que adquirien així mitjans per a sustentar-se.

El rei Jaume II va donar a la reina Elisenda el lloc de Valldaura del Vallès, on s’havia iniciat el Cister, però en haver passat a Santes Creus, es va pensar en aquest altre, conegut com a “Petres albes” pel color blanc de les argiles que baixaven per la Riera Blanca (avui carrer que separa l’Hospitalet de Barcelona) a l’ample territori denominat, llavors, Provençana.

Pedralbes des de la sala de les Claraboies del segle XVI

En 1325 Bernat de Sarrià ven a la reina el domini de Pedralbes, mentre que Elisenda, vídua d’Arnau de Pedralbes i el seu fill li venen els drets de la tinença del que seria una casa fortificada amb un terreny i diverses edificacions. El rei, que va morir al poc temps i al que la reina Elisenda va sobreviure trenta-set anys, va concedir els delmes de Piera i la meitat del molí d’en Carbonell del Rec Comtal, que també servia a la comunitat de Jonqueres.[3]

Aquesta torre formaria part del primer mas fotificat del segle XIV

Aquests béns, entre d’altres, formaran part de la primera fundació del monestir en 1327, amb les catorze monges vingudes del monestir de Sant Antoni i Santa Clara de Barcelona. Aniran augmentant, especialment en vida de la reina, sent confirmats posteriorment per diferents reis, mentre el Papa i els bisbes van concedint privilegis de visites i llicències de sortides que alleugeriran la vida claustral. Cal tenir en compte que l’època d’esplendor del monestir, és també la de la Corona d’Aragó, amb la seva expansió comercial pel Mediterrani.

Escut de la Corona d’Aragó, amb les barres catalanes, i la casa de Montcada (els pans rodons) a Pedralbes

La segona “fundació” o dotació de la reina serà en 1334, quan s’afegeixen els rèdits de, entre d’altres, la parròquia de Sarrià que havia intercanviat en 1332 amb el bisbat de Barcelona per la de Sant Pere de Premià. La reina indica que les monges recluses que entrin sense dot poden ser unes seixanta, i els clergues que les “atenguin” déu, vivint quatre framenors en un edifici annex.

«El conventet», al exterior del monestir, refet al segle XIX amb elements de la canònica de Besalú

Cal tenir present que n’hi havia una gran diferència de classes entre les monges. Una situació habitual en algunes comunitats religioses, però ben lluny dels orígens de la seva orde. Així ho explicava sor Eulàlia Anzizu (1868-1916)[4] amb una mirada irònica i un català pre-Pompeu:

“Y si bé (…) no davan ni rebien cosa alguna sens llicencia, eren no obstant ben lluny de la observancia de la vida de comunitat, puig les més afavorides de béns de fortuna usavan ab deguda llicencia de tot lo que havien menester, y més si calia, mentres les que tenien poch o res, careixien sense llicencia fins de lo més precís de la vida…”[5]

La relació afectiva-espiritual de diàleg en condicions d’igualtat entre Francesc i Clara o les condicions que es donaven en aquells grups cristians perseguits i assetjats per la església on les dones tenien part activa en la predicació i la celebració, com aquell primer beateri que seria l’origen de la primera fundació clarissa de Barcelona, queda aquí ja totalment ignorada. Les accions de les dones atenent malalts, ensenyant, tenint cura de vius i morts han quedat relegades en haver de passar per la Universitat per exercir-les, el que els està completament prohibit. Els convents femenins han de ser atesos pe homes. Elles, recloses, només poden viure d’almoines i donacions, alimentant i abonant les despeses que ells generin.

Divisió de classes entre monges, una situació habitual però xocant.

La propietat de la parròquia de Sant Vicenç de Sarrià comportava el dret d’enterrament i el de bovatge o pastura, béns que abans havia posseït la Seu de Barcelona i pels que ara l’abadessa rep homenatge com a Senyoria Jurisdiccional. El recinte del monestir, entre dos portals, incloïa les cases, que encara podem veure, amb fleca i carnisseria o la presó. Amb tot plegat, la tercera dotació de la reina és de 1341, sent de 1345 les pintures gòtiques de la cel·la de Sant Miquel. Cert que n’hi hagueren altres donacions, però cap d’elles es poden comparar amb les de la reina. La seva última “fundació” serà en 1363, poc abans de morir i amb les rendes poc abans adquirides sobre Berga.

Portal on n’hi havia la presó

El tràfec de censals i diners d’aquell temps llunyà fan del nostre monestir un lloc on es mou el joc del poder més alt, assistint persones de gran llinatge que habiten al monestir fent vida secular (Anzizu: 63). Arribaren a tenir esclaves i algun esclau, com passava en altres monestirs, sent aquí a càrrec particular de les monges particulars que les tenien i que finalment serien alliberades.

El «claustre dels gats», on n’hi havien els safereig, coneguts així des del segle XIV pe tenir una gatera.

L’edifici s’enllesteix ràpidament, sent en l’actualitat una de les millors mostres del gòtic català. El claustre s’acaba en 1412 quan “només quedava un ala del pis de dalt” (Anzizu: 18). A la mort de la reina, la corona d’Aragó continua beneficiant i beneficiant-se del monestir, ja que les concessions i els privilegis rebuts comporten fer aportacions en temps de crisi i guerres. En tot cas la part artística, que és nostre llegat, prosseguí.

Vidrieres de la Sala Capituar de 1420

Els canvis substancials es produiran amb la ingerència de Ferran el Catòlic (1452-1516) i amb la fèrria clausura que imposà el concili de Trento (1545-1563) i de la que els reis catòlics són els principals impulsors. Sor Anzizu valora aquests moviments com una renovació cap a la vida en comú i l’esperit de pobresa, però no podem més que veure-ho amb els tints negres d’aquell gran patiment que caigué sobre les dones, una mostra de la misèria humana.

Lloc de lectura mentre es menjava en silenci

El rei Ferran escriu en 1475 al Papa demanant que, en morir l’abadessa que n’hi havia, no s’elegís a cap de les monges de Pedralbes, “ni que sigui de la casa dels Montcada” (Anzizu: 117). El Papa es limità a manar al provincial d’Aragó que sabia que algunes monges vagaven fora de la clausura i que si així era, les castigués i excomuniqués. Això anava per sor Violant de Montcada que vivia des de petita al monestir i serà la escollida en 1477 per les monges. Ferran entrà en Barcelona en 1479. En 1485 els visitadors manen que cap monja pugui rebre una donació particular i aconseguiran, uns anys després, que sor Violant renunciés al càrrec, d’acord amb la voluntat reial que volia posar al capdavant a sor Teresa Enríquez que havia de venir de Palència per a reformar el monestir, el que va fer en 1495 unificant el vestuari i el calçat de les monges i fent algunes millores importants com la cisterna[6] i la font de l’Àngel. Sor Violant callà quatre anys, però després emprengué un llarg plet de set anys a Roma que finalment guanyà.[7] Tornà com abadessa però jo no residí a Pedralbes sinó a Santa Clara de Barcelona, mentre que sor Teresa Enríquez entrarà a les jerònimes, on morí. El rei aconsegueix portar la seva filla Maria d’Aragó (1476-1530) del priorat de les agustines de Madrigal, on era abadessa, malgrat que ella no volia venir. Mentre, els framenors conventuals i observants, a favor d’unes o d’unes altres, entren i surten del Conventet en funció dels canvis. Les reformes per fer més fèrria la clausura ens parlen de vels negres, de locutoris, torns i reixes amb punxes (Anzizu, 115-134).

Refectori comú

Mentre es revoquen les llicències i augmenten les pressions dels reis catòlics en el control del monestir, aquest es veu obligat a vendre censals i propietats entrant aviat en decadència. La vida en comú, dinant juntes el mateix àpat, no és una senyal de goig, sinó d’humiliació i misèria. Santa Clara, proposava el dejú quaresmal només per a les joves i fortes, encomanant, en canvi, que a les malaltes i “delicades” se les tractés amb especial atenció i cura, unes diferències substancials fonamentades en l’estima que ara no es contemplen.

Sala d’infermeria on actualment es fa una exposició sobre «contenidors» com armaris o baguls de dot.

A tanta reforma i tan poca raó se li afegeixen les cada cop més freqüents i més intenses guerres. Amb ajut d’algun benefactor o amb la inclusió d’educandes, la comunitat va sobrevivint mostrant-nos, clarament, com la majoria de comunitats femenines no ho van poder fer. La clausura, com a espai de recolliment personal i comunitari, no hauria de ser, com ho va ser, en alguns temps, una presó de malviure.

Pou de la cisterna i font de l’àngel de finals del segle XV

Pedralbes s’ha mantingut, des del seu origen noble, fent front a les penúries, sent un refugi per a moltes altres comunitats femenines durant les guerres i canvis de règim del segle XIX i ajudant a les seves germanes de la casa mare d’Assis quan aquesta ho demanà (1892, Anzizu: 201)

Procures del monestir

Sor Eulàlia Anzizu acabà la seva crònica en 1897, sense ella no hauríem pogut constatar uns fets que avalen la nostra teoria de la violència institucional que han patit les dones, la que les va fer fora de la instrucció oficial i les va condemnar al paritori o al claustre, com sostenim fermament.

Malgrat tot això, els espais del monestir transmeten, potser degut a la voluntat de les últimes habitants, potser degut a un fil de transmissió que se’ns escapa, el valor de la austeritat saludable i la ecologia, que es mostra de la estima i la cura de la vida, que el nostre món necessita i que Clara i Francesc pregonaren.

Hort Petit. Totes les fotos són de l’autora de 2025

Només per això és necessari fer una visita a Pedralbes si podem.

A les persones que viuen el valor de l’austeritat i la ecologia des de l’estima.


[1] “Clara d’Assis i el privilegi de la pobresa com a forma de vida”: https://historiasdebellvitge.com/2025/05/15/clara-dassis-el-privilegi-de-la-pobresa-com-a-forma-de-vida/

[2] “Sant Antoni i Santa Clara de Barcelona, al portal de Sant Daniel, ara la Ciutadella”: https://historiasdebellvitge.com/2025/05/23/sant-antoni-i-santa-clara-de-barcelona-al-portal-de-sant-daniel-ara-la-ciutadella/

[3] Sanjutst, Cristina “L’obra del Reial Monestir de Santa Maria de Pedralbes des de la seva fundació fins el segle XVI. Un monestir reial per a l’orde de les clarisses a Catalunya”. Tesi UAB per Història de l’Art. Dir. Anna Muntada. 2008, doc. p. 657….

[4] Sor Eulàlia Anzizu (1868-1916), va recollir la primera documentació sobre el monestir de Pedralbes on professava escrivint una primera crònica del monestir.

[5] Anzizu, Eulàlia “Fulles històriques del Reial Monestir de Santa Maria de Pedralbes”, 1ª ed. 1897, reed. 2007, p. 46

[6] Sobre la cisterna: https://www.lavanguardia.com/cultura/20220525/8290617/barcelona-secreta-cisterna-monasterio-pedralbes-abadesa-teresa-enriquez-montcada.html

[7] Un efecte que mostra l’absurd de la clausura extrema és que sor Teresa Enriquez no es va assabentar que sor Violant havia guanyat i, com que seguia d’abadessa, va ser excomunicada per “contumaç”. Quan es va assabentar se li va retirar el càrrec i la comdemna.

Sant Antoni i Santa Clara de Barcelona al portal de Sant Daniel ara la Ciutadella.

El monestir de Sant Antoni i Santa Clara o de «Sant Daniel» en 1711, abans de la seva destrucció. Foto: monestirs.cat

Sant Antoni i Santa Clara de Barcelona fou un cenobi femení construït a finals del segle XIII en el que avui és el barri de la Ribera de Barcelona.

Tradicionalment s’ha considerat aquesta com la primera fundació de les clarisses a la Península Ibèrica (1233/1234), per bé que la seva data de fundació ha estat molt discutida, ja que està fonamentada en una llegenda que diu que Agnès de Peranda, suposada neboda de santa Clara d’Assis, i Clara de Janua o de Gènova arribaren a Barcelona després d’un naufragi en una barca sense rems ni veles. L’imaginari ens mostra abastament aquesta icona popular.

Gravat del segle SVIII que representa la llegenda de la primera fundación clarissa a Barcelona

Realment les úniques fundacions que podem relacionar amb Clara d’Assis són algunes d’Itàlia o les de Praga i Bruixes, la resta, com la nostra, formaria part del moviment dels seguidors i de les seguidores de l’espiritualitat franciscana que iniciarien els framenors arribats a la Península en la dècada de 1220.

Monestir de Santa Clara en Assís, edificat, sobre una església primitiva dedicada a St. Jordi (S. XI), poc després de la mort i canonització de Sta. Clara. (2006)

El primer document d’aquest convent barceloní és de 1236 i correspon a una butlla papal autoritzant la fundació d’un monestir de germanes pobres recluses de l’orde de Sant Damià (de Clara d’Assis), a dotzes dones encapçalades per Berenguera d’Antic i Guillerma de Polinyà, en un solar propi (d’elles).

En 1237 el bisbe Berenguer de Palou II (1212-1241) concedeix llicència a Maria Pisana (aquesta sí deuria venir de Pisa) i “les seves germanes” (les dotze anteriors) per a construir un monestir sota la regla i l’orde de St. Damià és a dir, vivint en clausura (una mesura que només s’aplica a les dones) i amb els vots d’obediència, castedat i posant els béns en comú, condicions a les que el bisbe afegeix que no poden celebrar bateigs, ni casaments, ni enterraments públics (només per a elles i els seus familiars), ni “parteries” (costum de presentar els nadons a les esglésies)[1], el que indica que aquestes celebracions es feien en grups on n’hi havia dones. El suggeriment que fa Núria Jornet[2] de que aquest grup formaria part d’un “beateri” previ amb una comunitat de dones no-reglada, es correspon plenament amb tot el que anem trobat a la nostra investigació.

St. Damià a Assis, on va viure Clara fins la seva mort. (2006)

El bisbe cedeix un terreny entre el mar, el Rec Comtal (on n’hi havia els molins comptals i reials) i el camí que va cap a Badalona, prop dels horts de Sta. Eulàlia del Camp (que havia passat a l’església canònica en 1155), amb el permís d’utilitzar l’aigua de rec i amb la capella-oratori de St. Antoni Abad (anacoreta dels primers temps), que ja n’hi havia i que ara es posarà sota l’advocació de St. Antoni de Pàdua (Lisboa, 1195-Pàdua, 1231), a canvi d’una lliura de cera anual.

Record del monestir de Sant Antoni i Santa Clara de Barcelona que n’hi havia a l’extrem sud-est de la ciutat, fins la destrucció de part de la ciutat per les tropes borbòniques i el posterior enderrocament per a fer la Ciutadella. Foto Ramon Solé

És a dir, la evolució, semblant a altres institucions de la època, seria la del pas d’un eremitori previ, on s’hauria aglutinat un grup de dones semi religiós, a una institució acceptada per l’església. Gregori IX, que va recolzar el moviment franciscà sent cardenal i va aprovar el “Privilegi de la Pobresa” que Clara d’Assis demanà,[3] procurarà ara que aquestes comunitats tinguin un patrimoni comú que permeti la seva pervivència. Les dones que, en temps anteriors i en aquests grups més lliures, formaven part de la predicació i de la celebració, seran sotmeses a l’obediència i tancades en clausura, sent substituïdes pels clergues beneficiaris dels altars que afegiran, als rèdits que abans tenien les dones que es feien càrrec d’esglésies, hospitals i/o llocs d’enterrament, els que ara els conferirà l’església.

El lloc era a la Vila nova del mar, a la porta de St. Daniel (el convent serà conegut també com de St. Daniel), fora de la muralla de Barcelona, talment com els dominics es situaren al portal del Mercadal o els framenors i la orde de la Mercè a l’altra banda de la ciutat, també prop del mar. A les viles noves, extra murs de la ciutat, s’aglutinen artesans i mercaders que, a redós d’aquests nous espais espirituals, mostren aviat la seva vitalitat.

Ubicació dels monestirs de la muralla barcelonina al segle XIX.

A aquestes concessions inicials, la corona afegirà unes altres, fent d’aquestes ordes, sota el papa més que sota els bisbes, un puntal per a la seva expansió territorial, administrativa  i jurisdiccional i un refugi per algunes de les seves dames. En 1240 es concedeix a Violant d’Hongria (1215-1251), reina d’Aragó degut a les seves núpcies amb Jaume I en 1235, entrar en el monestir tres cops a l’any, acompanyada de les seves filles i de dues donzelles “honestes”.[4]

Gegants de Barcelona que representen el casament a la ciutat entre Jaume I Violant d’Hongria. Foto: Ajuntament de Barcelona

En 1253 ´s’anuncia a “totes les germanes de l’orde de Sant Damià, esteses per tot el món” la mort de Clara d’Assis. Les clarisses d’aquests temps tenen una llegenda fundacional similar a la de Barcelona, i és que, endemés d’un símbol, són una mostra de la seva vinculació a la “mare genealògica”, Clara d’Assis i de les relacions de sororitat que s’estableixen entre elles.

Agnès de Peranda o de Porta fou, en realitat, una abadessa dels primers temps. En 1260 signa unes ordenacions respecte dels capellans i rectors beneficiats del monestir, deixant clar que aquests estan sotmesos a l’abadessa. L’autoritat de les abadesses serà sempre discutida pel clergat.

Santa Agnès de Praga, una de les primeres fundadores clarisses. Les primeres abadesses clarisses, no renunciaren a la seva autoritat, però com Clara exercí i demanaà, es confereix des de el servei amb atenció i delicadesa

Les comunitats religioses femenines que perduren és perquè compten amb beneficis reials. En 1261 el rei concedeix permís per a tenir un forn propi intramurs del monestir (els forns, com els molins hidràulics, eren monopolis reials). Aquests privilegis mitiguen la pobresa en la que aquest monestir vivia. Les prioritats seran diferents vistes des de les necessitats pròpies de vida o des del poder que les vol controlar: en 1284 el bisbe Arnau de Gurb cedeix les rendes de Joan Corretger per a pagar un capellà que les atengui.

Entre 1280 i 1295 s’amplien les muralles barcelonines entre el portal de Jonqueres i Sant Pere de les Puel·les (on n’hi havia d’altres monestirs femenins), però el mur est o de Marina no s’iniciarà fins el 1358. En 1362 les “sors menors” i l’església de Santa Clara són ja dins els murs de la ciutat. Cal dir que en aquest lloc n’hi havia també la capella i hospital de Santa Marta, molt antic (en unes excavacions es trobaren restes d’una necròpolis paleocristiana). Aquest hospital, conegut al segle XIV com de Pere Desvilar, conseller de la ciutat, o la “Pia almoina” de la ciutat serà un dels sis que passaran, en 1401, a conformar l’Hospital de la Santa Creu.[5] Tres segles després el tornaren a refer, sent conegut com “hospital de pelegrins de Santa Marta”.

El 1327, una catorzena de monges clarisses d’aquest primer monestir de l’orde de Sant Damià, funden el monestir de Pedralbes, on es seguirà una dinàmica molt diferent en ser beneficiades des del principi amb un seguit de concessions i privilegis reals. En canvi, les “damianites” (seguidores de la primera comunitat de Sant Damià a Assis) o sors menoretes, no ho tenen gens fàcil, malgrat que aquest mateix any el rei concedeix l’exclusivitat dels forns de la zona. En 1333 Alfons el Benigne mana al bisbe Ponç de Gualba i a qui correspongui que paguin a la abadessa de les sors menoretes una quantitat que encara no havien cobrat i que s’havia de fer efectiva “atesa la seva pobresa”.[6]

Bassa de rec del monestir de Pedralbes, una de les construccions més antigues (S. XIV), AGC, 2025

Potser degut a aquest estat de pobresa, en 1406, les germanes demanen a la Santa Seu canviar d’hàbit i de regla, però no ho aconseguiran fins el 1513 quan, adoptant la regla de Sant Benet, passaran a ser benedictines.

En 1453, Rafaela Pagés havia fundat un monestir de religioses terciàries franciscanes de retorn d’un pelegrinatge a Terra Santa i de Roma, on va obtenir del papa Nicolau V el permís. A Barcelona van aconseguir del bisbe i dels canonges de Sta. Anna la cessió de la casa d’en Porta (prop de l’Hospital de la Santa Creu), que havien deixat el 1423 les dominiques de Montsió. Van posar la casa sota l’advocació de Sta. Maria de Jerusalem en record del viatge de la fundadora. A finals del segle XV la comunitat empren les gestions necessàries per a entrar a l’orde Santa Clara. En 1494, amb la incorporació d’algunes clarisses del monestir de la Trinitat de València, la comunitat de Jerusalem va professar, prosperant ràpidament, tot i que els segles posteriors seran inestables, com seran per a la majoria de convents femenins.

Durant el Setge de Barcelona (1713-1714) el convent de Santa Clara, quedà molt malmès i les religioses, ja benedictines, foren temporalment acollides en cases de familiars i amics amb la intenció de tornar quan s’arrangessin els desperfectes. Les restes del seu campanar foren aprofitades per a construir l’anomenada Torre de Sant Joan, punt de vigilància i de presó fins a la destrucció i arrasament de bona part del barri de la Ribera per a construir-hi la Ciutadella de Barcelona. El rei Felip V donà llavors a les monges el Palau Reial Major (actualment Museu MarèsMuseu d’Història de Barcelona i Saló del Tinell), on visqueren entre 1725 i 1936. El 1952, amb la comunitat de Sant Benet de Mataró, funden el Monestir de Sant Benet de Montserrat, on viuen.

El carrer Baixada de Sta. Clara recorda el pas de les benetes al Palau Reial al segle XVIII, AGC, 2025

En la intervenció arqueològica duta a terme a l’exterior de la capella castrense del parc de la Ciutadella el 2011, han estat localitzades diverses estructures, entre d’altres, un possible pou pertanyent al convent de Santa Clara. Del convent de la Ribera, que incloïa una gran església gòtica, només es conserven algunes columnes i capitells del claustre al Museu Marés, i el retaule de Santa Clara a Sant Vicenç de Sarrià.

Capella castrense a la Ciutadella, on n’hi havia el monestir de St. Antoni i Sta. Clara: Foto: Ramon Solé a https://estimadaterra.wordpress.com/2018/02/07/la-parroquia-castrense-del-parc-de-la-ciutadella-de-barcelona/

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, 23/05/2025

A les benetes de Montserrat, continuadores d’aquell primer convent de Santa Clara al barri de la Rivera de Barcelona.


[1] Brugés, Irene, Jornet, Núria et al. “Diplomatari de la col·lecció de pergamins del monestir de Santa Clara de Barcelona” (1039-1241). Fundació Noguera. Barcelona: 2019, n. 239

[2] Núria Jornet i Benito, 2005. “Sant Antoni i Santa Clara de Barcelona: origen d’un monestir i configuració d’un arxiu monàstic (1236-1327) Tesi UB dirigida per Blanca Garí.

[3] Clara d’Assis, el “Privilegi de la pobresa” com a forma de vida. https://historiasdebellvitge.com/2025/05/15/clara-dassis-el-privilegi-de-la-pobresa-com-a-forma-de-vida/

[4] Brugués, Irene, Jornet, Núria et al. “Diplomatari de la col·lecció de pergamins del monestir de Santa Clara de Barcelona” (1039-1241). Fundació Noguera. Barcelona: 2019, n. 300.

[5] Els hospitals de la Santa Creu de Barcelona: https://historiasdebellvitge.com/2021/05/20/els-hospitals-de-lhospital-de-la-santa-creu-de-barcelona/

[6] Josefina Mutgé (2008) “El monestir benedictí de Sant Pau del Camp de Barcelona a traves de la documentació de la cancelleria reial de l’Arxiu de la Corona d’Aragó” (1287-1510), n. 46

Clara d’Assis, el “Privilegi de la Pobresa” com a forma de vida

La Porciúncula a Sta. Maria dels Àngels d’Assis. 2006.

Si Giovanni de Pietro Bernardone (Francesc d’Assis) neix entre 1181 o 1182 com a fill d’un ric comerciant, Clara de Scifi (Clara d’Assis) ho farà poc després (1194) en una família (paterna i materna) de la noblesa feudal d’Assis.

Ell disposava de llibres i d’una bona educació, dominava el francès (li deien el “franceset”), sent una mena de trobador del seu temps, també el llatí i les arts militars, tot un cavaller. Ella tenia l’educació que li venia del seu llinatge, amarada amb una devoció que li va transmetre la seva mare, Hortolana, peregrina de diferents enclavaments religiosos, com Roma o Jerusalem.

Castell de la Roca d’Assís, del segle XII. 2006.

Uns orígens diferents, però propers, no només pel lloc de naixement, també perquè som a una època en la que el món feudal, vinculat a la terra, es veurà obligat a entendre’s amb el de les urbs, amb els artesans i mercaders i amb les noves formes de gestió política i social.

Un enteniment fràgil que s’anirà donant en petites dosis i amb molts conflictes. Quan Assis s’independitzà de l’imperi germànic, la família d’Hortolana s’exilià a la ciutat veïna de Perusa (Perúgia). Aviat aquestes dues ciutats veïnes entraran en guerra, no retornant la família a Assis fins el 1203. Poc després de que Francesc, que va lluitar al bàndol papal, tornés decebut i decidit a iniciar una nova vida reparant ermites, la primera d’elles, St. Damià, on viurà Clara, atenent malalts i convivint amb els camperols.

Sant Francesc tornant de la guerra. Assís. Foto: vikipedia.

Ell va pel món com un pobre itinerant, tal com feien altres moviments cristians considerats herètics per una Església immersa en els afers polítics i econòmics del seu temps i per un patriarcat que no tolera que les dones prenguin part en la predicació i la celebració, com acostumava a passar en aquests grups. Els “pobres de Lió” i els albigenses o “càtars”, a  Occitània o els del “Lliure esperit”, a Milà, molt populars entre la gent, predicaven i vivien una pobresa escollida, resultat de posar en comú els propis béns. Paradoxalment, la pobresa, una característica evangèlica, serà sempre posada sota sospita.

Els grups iniciats per Francesc i Clara no són molt diferents d’aquells altres perseguits, només una dèbil línia els separa, l’obediència. Ell rep un permís papal donat de paraula i ella el sentirà predicar a la Basílica de Sant Rufí d’Assis en 1211 (dos cosins seus, ja eren framenors), tots dos tindran converses d’amagat de la seva família. Poc després (1212), Clara fuig de casa per anar a la Porciúncula (petita església, prop de Santa Maria dels Àngels d’Assis, donada a Francesc per un monestir benedictí), on la reben Francesc i els seus companys. Francesc la exhorta a l’Amor i a la pobresa.[1]   

La Seo de St. Rufí a Assis. 2006.

Ella fa allí els seus vots, però, tement la reacció dels familiars, i amb l’ajut del bisbe, es portada al monestir benedictí de St. Pau de les abadesses de Bastia, una bonica ciutat, entre Assis i Perúgia, on s’arriben els seus familiars negant-se a donar-li la dot que li corresponia, ja que ella es nega a casar-se amb el noble amb qui l’havien compromès. Aviat surt d’allí (potser per no tenir dot) entrant en un altre tipus de vida al beateri de l’església de St. Àngel de Panzo, a Bastia, on se li ajuntaran les seves dues germanes menors, Inés i Beatriu.

Sta. Maria la Major d’Assis (segle XII). 2006.

Els beateris eren unes noves formes de vida religiosa, no compromesa pels vots. En aquesta època les comunitats femenines i mixtes florien, el que provoca la por d’una església  i d’una societat que vol tenir sota control el cos de la dona. El mateix Cister ja nasqué amb una forta misogínia, no volent assumir les branques femenines que proliferaven. Tot i que es van obrir diverses comunitats, la majoria desapareixeran aviat, davant la imposició del claustre i de les dificultats de sobreviure que això comportava.[2]

Primer volum de «les fonts franciscanes». Dibuix de la portada de Montserrat Gudiol

Les beguines naixeren a Brabant i a Flandes (Bèlgica) estenent-se ràpidament per altres llocs propers, sent conegudes amb altres noms, com les “Umiliate” de la Lombardia, una corrent on les dones eren al capdavant. La seva fundadora (Guillema de Bohèmia, 1210-1281), filla de la reina Constança d’Hungria, havia estat acollida i molt ben considerada per l’abadia de Chiaravall del Cister a Milà, rebent molta devoció popular. Però el 1300 serà profanat i cremat el seu cadàver amb els cossos vius del teòleg Andrea Saramita, de la que dona que continuava al capdavant, Maifreda de Pirovano i d’una altra seguidora, sor Giacoma de Biassona, condemnats tots per la Inquisició com a heretges, igual que passarà a París en 1310 amb Margarite Porete i el llibre espiritual que va escriure i que havia tingut molt ressò: “el mirall de les ànimes benaurades”[3].

Clara, que va morir el1253, no va viure aquests dolorosos processos, però sí va conèixer la prohibició papal, en 1215, de noves fundacions d’ordes femenines i les limitacions a les permeses, no sabem ben bé com li devia afectar aquestes tensions i les que n’hi havia al mateix grup de seguidors de Francesc, però segur que ho farien.

Clara es dona i dona a les seves germanes un estil de vida propi, abraçant la “germana pobresa”, com a part de l’estima que es devien inspirar amb Francesc. Amb les seves dues germanes i altres dones inicia una comunitat a la petita ermita i casa annexa de Sant Damià on viurà fins la seva mort.

Claustre de St. Damià, Assis. 2006.

En 1215 Clara redacta la primera regla donada i escrita per una dona, diferent a totes les altres, ja que Clara parla amb el cor, insistint en tot el que es refereix a la pobresa, tant la material com la espiritual, en el sentit de posar l’estima per davant de tot. Tenim pocs escrits de Clara: la regla, algunes cartes i el seu testament espiritual. Texts senzills i propis de la seva època d’una bellesa que commou, sostinguts amb una fermesa que il·lumina.[4] De les cartes que es conserven, algunes són adreçades a Inés de Bohèmia (1211-1282), germana de la Guillerma condemnada i fundadora d’un Hospital i convent de Sant Francesc on s’afegirà la comunitat clarissa de la que en serà abadessa. Vides apassionants en temps convulsos on algunes dones encara podien decidir.

Inés de Bohèmia atenent malalts. No es troben fàcilment representacions de dones als hospitals, tot i que elles en tenien cura.

En 1216, un temps en el que Francesc està viatjant per l’Orient demanant la Pau a les hosts de les croades i al mateix sultà d’Egipte, el papa concedeix a Clara el “privilegi a la Pobresa” en el que ella havia insistit. És a dir, que ningú pugui canviar la seva decisió de no tenir, ni particular, ni comunitàriament, més béns que els estrictament necessaris per a la vida. En 1256, al poc de morir, junt al seu procés de canonització, es tornarà a ratificar aquest “privilegi”, manant que si alguna dona no pot seguir el que comporta, sigui traslladada a un altre lloc i que si algú -eclesiàstic o laic- vol pertorbar o contravenir aquesta ordre sigui amonestat i apartat del seu càrrec fins que ho repari.

En 1221 quan retorna, Sant Francesc es veu obligat a readaptar la primera regla que expressava més aviat un desig de viure d’una determinada manera, entre un grup d’amics i afins, que un conjunt de normes, que ara són necessàries, donant el creixement de la comunitat i les diferències que es donen. És llavors quan es fixa la separació en funció del sexe: Primera Orde, franciscans o framenors, Segona Orde, clarisses o “menoretes de St. Francesc”, tot i que s’obrirà una tercera via pel seguiment dels laics que també portarà conflictes. En un clima religiosament violent, aquestes normes permeten sobreviure. Francesc morirà pocs anys després (1226), deixant com a testament espiritual els seus càntics, el de les criatures o el del germà Sol (amb l’afegit d’un vers a la germana mort). Clara el sobreviu quasi trenta anys vivint i estimant en pobresa amb tendresa i fermesa a parts iguals.

Basílica de St. Francesc a Assis. 2006.

No entrarem en el seguiment posterior dels convents, tan diferent i complex, ni en els conflictes que es donaren en la interpretació i aplicació d’aquest privilegi-norma de Clara, només volem ressaltar alguns aspectes concrets dels seus escrits que són llum pel nostre món, tan envoltat de tenebres com aquell.

Si la primera norma de la regla és la obediència als pares franciscans i a les abadesses (sense la que no haurien sobreviscut), la segona és la que les caracteritza: per entrar a la orde cal vendre totes les seves coses repartint-les entre els pobres. Clara, exemple i mirall, es negarà a vendre als seus familiars les terres que rebrà per herència i les repartirà entre els serfs que les treballaven.[5] Si la reforma benedictina del Cister es fonamenta en el treball manual i la gestió de les terres, Clara  promou la renúncia a l’acumulació, especificant que totes -abadesses i germanes- s’han de guardar de preocupar-se per aquestes coses, només per a encomanar la distribució entre els pobres.

Clara, que coneix i sent les misèries del seu temps reparteix les terres que rep en herència entre els que les treballen. Un aspecte poc destacat de la seva vida.

La virginitat no és un requisit previ per formar part, Clara entén que poden entrar dones vídues o aquelles que tenen marit que s’han fet frares. És així com rebrà a la seva mare, l’Hortelana. La dona peregrina que es prepara per l’últim viatge al costat de les seves filles.

El treball, que ha de ser honest i útil, no ha d’estar al servei de l’acumulació. Si bé és cert que la ociositat és enemiga de l’ànima, els treballs no han d’apagar l’esperit (malauradament tenim moltes imatges d’aquest efecte del treball des-humanitzat), s’ha de distribuir en funció de les necessitats (Regla, VII).

Si bé les germanes joves i fortes han de mantenir el dejú propi de Quaresma durant tot l’any -excepte el dia de Nadal-, abstenint-se, per tant, de menjar carn, Clara es mostra dolça i atenta amb les malaltes a les que dispensa de tots els excessos que imposa la regla, com el silenci, manant que s’actuï amb elles amb afecte i de nou recorda a les que surten a demanar almoina i en totes altres ocasions, la obligació de no apropiar-se de res (Regla, VIII).

Especieria a l’antic convent de Pedralbes. AGC, 2025

Clara demana la obediència a les germanes, a totes, la primera, l’abadessa que ha de parar atenció i donar confiança a les germanes aspirant a que la tractin amb familiaritat, com les senyores fan amb l’esclava. Però l’obediència té un límit i està en la pròpia ànima i en la nostra manera de viure conforme a les nostres eleccions. Fins el Vaticà II no es reconeix plenament el deure de seguir la pròpia consciència, però moltes abadesses, Clara entre elles, ja ho havia fet. Les abadesses deuen abstenir-se de mostrar-se airades o torbades davant de conductes que necessitin amonestació. La misericòrdia i l’amor mutu sempre han d’anar per davant (Regla, X).

Bassa al claustre de Pedralbes. L’aigua sempre present per la seva necessitat vital, és també un símbol de l’autoconeixement necessari per a prendre bones decissions. AGC, 2025

A cadascú segons la seva necessitat i de cadascú segons les seves possibilitats”, aquesta dita comunista, ja l’havia fet seva Clara d’Assis al segle XIII, però les formes també són importants. Al seu Testament Espiritual, un escrit que redacta d’una manera més lliure que la Regla, ho indica: tot es farà “per amor del nen que va néixer pobre a un pessebre, va viure sense res i va anar despullat al patíbul”. Es considera a St. Francesc l’iniciador de les representacions dels Pessebres, potser ell ho va fer públic, però cal reconèixer l’amor de Sta. Clara per la tendresa i reconèixer que ella també era, com ell, filla trobadora del seu temps.

Clara, seguint la tradició d’altres dones escriptores, com la comtessa Duoda, coneix i interpreta les Escriptures, mostrant la ferma autoritat que dona el coneixement i que el papa del seu temps va haver d’acceptar. La “planteta” de St. Francesc, com ella s’anomena, podria ser mare de la ecologia, com St. Francesc és el pare. Tots els éssers vius, per descomptat, però també la terra, assenyala Clara, ha de ser amorosament respectada, deixant a l’hort, franges de terra sense conrear, per tal de permetre que neixin herbes i flors silvestres o no treballant més terres que les necessàries per viure.

Hort petit del monestir de Pedralbes, AGC, 2025

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, 15-maig-2025

Les fotos del 2006 són dels amics amb els que van viatjar a Roma i Assis, ja que la nostra càmera va passar a unes altres mans, no per pròpia iniciativa.

A Clara i a qui, com ella, fa de l’austeritat i l’equilibri ecològic una forma de vida.


[1] Tomas de Celano (segle XIII) “Francesc i Clara d’Assis”, traducció al català en 1991: https://montserratgudiol.com/pdf/fonts_franciscanes_tomo1_llfrancesciclaraassis_sanfrancescassis.pdf

[2] Valldaura del Berguedà i de Manresa:. https://terraendins.blog/2025/05/06/santa-maria-de-valldaura-de-olvan-i-de-manresa/

[3] En castellà “simples”, la traducció a “benaurades” és pròpia.

[4] “Los escritos de Santa Clara de Asís”: https://www.franciscanos.org/esscl/escritossc.html

[5] Triviño, Mª Victoria. Francisco de Asís y Clara. Madrid, PPC: 2009, p. 59

La Torre Blanca i l’hospital nucli de l’Hospitalet

Pl. Mn. Homar, emplaçament de l’hospital del segle XIV, AGC, 2024

L’actual barri del Centre de L’Hospitalet de Llobregat està a ponent de la ciutat, tocant a Cornellà, però es denomina així perquè va ser aquí, al voltant del pedrís conegut com la “Torre Blanca”, on es va aglutinar el primer nucli urbà amb el seu primer Ajuntament, anomenat llavors el “Comú” o la “Universitat.

La “Torre Blanca”, una casa pairal de 1595 que pertanyia a la nissaga dels Oliver, serà seu de l’associació dita “Harmonia” a finals del segle XIX, d’aquí el seu nom actual  i de l’Ateneu Cultura Popular al segle XX.

El Casal de l’Harmonia de la plaça Josep Bordonau, no és el lloc on n’hi havia hagut l’antic l’hospital conegut com “La Torre Blanca”, com s’havia cregut; les excavacions de 2008, en les que només es va trobar materials moderns i contemporanis, ho confirmen.

El Casal de l’Harmonia, propietat dels Oliver, no és l’antic hospital.

Altres excavacions realitzades a la plaça de Mn. Homar mostren que seria aquest l’antic emplaçament del nostre hospital del segle XIV, sota l’actual església de Sta. Eulàlia de Mérida, prop de l’antiga rectoria, d’un hort conegut com “l’hort del rector”, i d’un cementiri.

El passatge de la Rectoria i la pl. Mn. Homar al fons, AGC, 2020

L’estudi en profunditat dels noms i dels fets protagonitzats per dones obliga a canviar la nostra mirada trobant una relació més coherent entre les dades documentades a les que l’arqueologia dona llum. En farem un resum.

La Torre Blanca és esmentada per primer cop en 1057 en el testament d’Ermengarda, una dona de la família dels Santmartí, de procedència fronterera, que mostra la relació del nostre hospital amb la comanda de St. Valentí de Cabanyes (Penedès) de l’orde de Sant Joan de l’Hospital.

St. Valentí de Cabanyes, AGC, 2022

Els primers esments d’un hospital en Provençana són del segle XII, però no apareixen en aquesta zona, sinó a “Espodolla”, l’actual Gran Via Sud i estan relacionats amb el monestir barceloní de St. Pau del Camp, Montjuic i els traginers. No és estrany, ja que per aquí passava el camí que anava al cap del riu (el far), una via comercial entre el Delta i la ciutat que travessava els Banyols (La Marina), on trobem esment d’un “corral d’ases”, un terreny, on podrien reposar persones i bestiar, que remet a la funció d’hostatge de Provençana, més que a un edifici concret.

Provençana, any 1000. Entre els primers topònims, la Torre Blanca

El 1231 una família ven a Pere Copons una terra amb un censal de sis parells i mig de capons per a l’Hospital, en un dels seus límits trobem l’orde de l’Hospital. Dels tretze capons un ho pagaran a mitges Arsenda Benvige i Miquela Godai, potser Deodonades – o beguines- ja que Arsenda ens dona el nom que tindrà l’ermita de Bellvitge i el cognom Godai el veurem en algunes dones acusades de curanderisme a principis del segle XIV.

Viladecans. Pl. de les Deodonades, amb l’ermita de la marededéu de Sales i un cementeri vigent. AGC, 2019

El topònim “Hospital”, que trobem al llarg del segle XIII, sembla referir-se al propietari, l’orde hospitalària i/o l’hospital de la Seu, gran propietària a la zona.

El 1242 l’orde de l’Hospital de Sant Joan estableix Ramon Guerau a la “vila vocata Hospital”. La família, propietària durant més d’un segle, es dedicarà a la recollida de censos de la zona per a aquesta orde. La paraula “hospital” assenyala un lloc on l’orde de l’Hospital i l’Hospital de la Seu tenien propietats importants, un lloc amb una funció d’hostatge tant important que dona nom a la nostra vila, talment com passa a altres llocs propers a la urbs, com l’Hospitalet de l’Infant. Una vila que ara es considera “pobla”, amb unes vies comercials, un mercat i un hospital-alberg.

Creu pàtea, símbol dels hospitals al carrer Xipreret, AGC, 2024

El 1252 Gueraua Trilla ven una propietat a Arnau i Raimunda de Plegamans a la vila de l’Hospital de la Torre Blanca. A partir d’aquest moment les mencions de “l’Hospital” queden vinculats a la Torre Blanca, on s’aglutina la nova vila. La Torre Blanca, com el castell de Bellvís (sota el poder comtal), tenia una jurisdicció administrativa i fiscal pròpia que quedarà en mans de l’orde de l’Hospital, però la Seu, amb el seu propi “hospital” o Pia Almoina, i la Canònica seguiran sent les grans propietàries a la zona, el que generarà conflictes entre les mateixes institucions religioses.

Creu pàtea a l’antic edifici de la Pia Almoina.

L’acumulació de béns per l’església provoca, en gran mesura, la irrupció del sistema burgés, assentat en els préstecs i la especulació. En 1256 el canonge i rector de Provençana Pere de Vilar fundà un petit alberg annex a la capella de Sant Macià, prop de l’hospital de Sant Llàtzer, a la plaça Pedró de Barcelona, en uns terrenys que va llegar amb la finalitat d’acollir pobres o malalts, especialment mariners vells. L’hospital tenia una secció masculina, amb tres naus i vint-i-dos llits, i una de femenina, amb una cambra i set llits, endemés de graner, refectori i altres instal·lacions. Al seu testament de 1278 trobem, entre un escandalós inventari de béns, l’existència d’un mercat a Provençana amb una mesura reconeguda, com n’hi havia des del segle X (Aurúcia Deodicada: https://historiasdebellvitge.com/2020/06/18/banyols-versus-provencana-s-x-aurucia-versus-el-bisbe-vives/). La fundació d’hospitals i les donacions a aquests eren una manera de blanquejar els excessos de capital guanyant prestigi, però ens podem preguntar, perquè el funda a Barcelona?, per potenciar la via comercial de Provençana amb la urbs?

Pl. Pedrò a Barcelona, on n’hi havia l’hospital de Sant Llàtzer atès per una comunitat de beguines.

El 1370 Francesc Guerau, hereu de la Torre Blanca pel seu avi Guillem i el besavi Ramon Guerau (1242), ven la propietat a Bernat Rosell amb tots els seus privilegis: censos que recollia l’orde de l’Hospital des del Pla del Llobregat fins a Martorell, homes i dones propis, so de campana, fossat i presó, excepte els delmes i primícies que seran per l’orde. S’hi afegeixen sis terrenys dispersos, un d’ells,l’hort de Paratge, amb oliveres, sota el Camí Ral.

Creu pàtea de l’hospital de Sant Llàtzer o dels messells.

En 1375 el donat de l’ermita de Bellvitge, Pau Genover, comprà el camp de “Paratge” per tal de bastir, amb l’ajut d’un fuster, un hospital d’atenció a pobres, malalts i pelegrins. Genover demana llicència al bisbe i deixa el 1379 la cura de l’ermita per dedicar-se a l’administració d’aquest hospital aconseguint que la casa de l’Hospital de Barcelona posi un portal amb el senyal de la ciutat i que es reconegui la propietat de la capella de Santa Càndida a l’Hospital (sembla ser l’orde de l’Hospital que litigarà amb la Seu pel prat de Banyols o de l’Hospital, perdent el judici). Aquest antic hospital, cuidat per donats i donades, amb la seva capella i cementiri, actualment sota la plaça Mn. Homar, faria algunes funcions parroquials, ja que la de Provençana quedava lluny.

En 1391 es concedeix llicència per instal·lar una carnisseria que disposarà dels seus ramats “in sacraria seu popula hospitalis vocati de provinciana, és a dir que la vila de l’hospital, prop de Cornellà, és el nou nucli on s’instal·la un mercat que desplaçarà al primitiu, més a prop de Barcelona. Les vies comercials i els mercats propicien la instal·lació d’hospitals.

Ermita de Bellvitge, mitjans segle XX. El comerç vinculat a les pastures i els ramats era més dinàmic i actiu que el merament de conreu, com passava a Sta. Eulàlia de Provençana.

El 1405 l’orde de Sant Joan de Jerusalem estableix Angelina Rosell a la Torre Blanca, encara que serà el llinatge del seu marit, Bernat Oliver, el que passarà a la història. El bisbe, d’acord amb el rector de Provençana, s’intenta apropiar de Santa Càndida consagrant en data indeterminada el terreny de l’hospital fins al Camí Ral i posant la primera pedra. Oliver i Angelina Rosell afirmaran que la van fer ells i els pertany, encara que deixaven les claus als parroquians, ja que l’església de Provençana els quedava lluny i estava aïllada.

El 1426, s’autoritza a canviar l’emplaçament de la parròquia de Provençana aprofitant la sagrera i el cementiri de l’hospital. Bernat Oliver intenta demostrar que la capella no era del rector, com aquest afirmava, desmentint, amb altres, les afirmacions del rector i negant-se a un trasllat que s’acabarà realitzant malgrat la mediació, en 1434, de la reina d’Aragó, Maria de Castella (1401-1458), que intervé en nombrosos conflictes catalans davant de l’absència del seu marit, Alfonso “el magnànim”.

Plet de Bernat Oliver, recollit per Jaume Codina.

La reina fa saber que Bernat Rosell, pare d’Angelina, havia estat un pròcer i com a tal gaudia del dret real de fundar esglésies, com va ser el cas de la capella de Santa Càndida i demana que, en atenció al servei realitzat a fidels i ancians, el bisbe faci que el rector permeti tenir les claus al matrimoni. L’assumpte es complica amb altres temes i es creen bàndols: els d’enllà de l’aigua (El Prat) que s’acaben independitzant, la pobla, que s’imposa… sense que es vegi una correlació respecte al tema en qüestió. La reina Maria acabarà aprovant la nova església i sol·licitant una compensació per als Oliver.

La societat agrària es diversifica entre terratinents grans, mitjans o petits constituint l’ajuntament o “universitat”. La primera reunió es realitza al pòrtic de la nova església, el 1450, davant dels conflictes amb Bernat i Pere Oliver, pare i fill, i sota llicència de la reina Maria, s’acaba determinant que la compensació als Oliver es pagarà en cinc parts, una l’assumiran  els majors o més rics; dos, els mitjans i les altres dues es repartiran en tres parts entre els menors, que disposaran de tres anys per fer la liquidació.

1408. El Capbreu fiscal es fa per pagar els costos de la nova església. Foto: 2025, exposició de Pergamins al Museu d’història de la ciutat.

En 1441 una família de Vilafranca feia una donació testamentària al nostre hospital de Santa Càndida i al seu donat, Lluís de Mur, procurador de la Casa-Hospital. El 1454 el bisbe dona permís a l’hospital per demanar almoines per poder atendre els pelegrins i seguir amb les obres. A les actes s’especifica que l’hospitaler demana almoina mentre que la seva dona atén pobres i malalts. L’hospital té la capella dins de les seves instal·lacions, on se celebren misses i acudeixen els veïns de la zona. Als altars: Sant Bartomeu, Sant Blai i Santa Llúcia, advocacions de l’Orient cristià molt populars al sud de Catalunya.

Del 1475 són les primeres Ordenacions per edificar la nova església. En elles es dona veu i vot a tots els habitants naturals de la població: els caps de família de la pobla (quaranta-quatre homes i dues vídues), alguna representació dels d’allà l’aigua i dels d’ençà l’aigua i el donat de Bellvitge. El rector de Provençana és absent i se n’acorda la independència al respecte. En aquesta ocasió són convocats els estaments pobres, el que ja no tornarà a passar, encara que assumeixen costos. S’acorda un dret parroquial del 15% sobre les despeses funeràries. El bisbe signa i aprova el que ja és un fet.

El 1508 es constata, després de la visita a les dues esglésies de Sta. Eulàlia, a l’ermita de Bellvitge i a la capella de Santa Càndida, que el rector segueix absent deixant la parròquia a mans d’un vicari. Els ermitans de Bellvitge eren un donat i la seva dona, ja grans. A l’hospital de Santa Càndida els donats eren un matrimoni provençal. L’hospital s’havia de reparar perquè quan plovia entrava aigua, però els prohoms de la pobla prefereixen contractar un argenter perquè faci una creu per cent vint lliures, encara que no sabem si es va fer.

La iconografia de la època moderna acaba eliminant tot vestigi del fer de les dones, especialment en les cures. Detall del retaule de Sant Roc que es conserva a l’edifici de l’Harmonia.

El 1564 hi ha un nou intent de rehabilitar l’hospital i la capella de Santa Càndida. El projecte estava convingut i signat entre els prohoms de la pobla i les Devotes de la tercera orde de Sant Francesc, però no va arribar a dur-se a terme. Per què? En endurir-se les estructures eclesials (reclusió de les ordes femenines i assetjament a les comunitats lliures), la tercera orde, a la que s’havien acollit moltes beguines, va ser suprimida, passant algunes d’elles i els seus béns a l’orde carmelita.

El 1579 el comú ven un censal mort (hipoteca) sobre la Torre Blanca, aleshores dita mas Rovira, a Jaume Pellicer, notari barceloní, per mil lliures, gairebé la meitat es destina a comprar, l’endemà, la finca a Teodora (o Dorotea) de Boixadors i la resta es dona a les obres de la nova església parroquial que havia de refer-se per haver estat alçada l’anterior sense fonaments.

El 1606 l’hospital està indecenter.

La història hauria estat diferent si l’Església no hagués acabat amb les iniciatives de les dones i de qui seguia la pròpia consciència, és un fet que cal reconèixer, una manera és recuperar els noms de les nostres protagonistes i llocs simbòlics, com les Deovotes, els donats i les donades o “Paratge” (una paraula molt estimada a la civilització occitana que vol dir “pariatge”, acord).

Restes de les desfetes de la guerra al museu d’història. AGC, 2025

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, 27/04/25

A les dones que en tots els llocs i moments s’han fet càrrec, majoritàriament, de les cures.

Mura, els seus voltants i els seus oficis

Sant Martí de Mura. AGC, desembre, 2024

El 973 el comte Borrell fa una donació al monestir de Sant Llorenç de Munt sobre Terrassa d’un alou al comtat de Manresa, al terme de Nesplà per a que ho tinguin el prevere Ervigi, Constable i els seus hereus (SLLM, n. 42). És a dir, fa un establiment. Aquest alou limitava al nord amb Talamanca, a l’est amb l’alzina de Bonemir i la via, al sud amb el Montcau (“monte calvo” o muntanya pelada) i amb la Falconeria i a ponent amb el riu Sant Marti. La via devia ser la que actualment va des de Terrassa a Talamanca passant per Matadepera.

La Mola, el Montcau i Montserrat des de Sant Martí de Granera al Moianès, AGC, 2024

En aquest document trobem, endemés de les delimitacions termenals de Mura, els noms de referència. La riera de Sant Martí (advocació de la seva església) és la que conservarà el primer topònim d’una vall encara poc definida, la riera de Nespres, que envolta el nucli de la població. El “comtat de Manresa”, sense família vescomtal pròpia, conquistat desprès de la revolta hispana anti-franca (finals del segle IX), tenia unes característiques reconegudes, però no un domini jurídic. L’església i algunes famílies nobles amb els seus castlans, aniran fent aquestes funcions que quedaran ben lligades sota mans comtals a meitat del segle XI.

Representació del terme de Mura de Catalunya Romànica.

D’aquesta època és la primera menció a la parròquia de Sant Martí (1066), en una venda de terra, arbres, casa i trull al terme del Castell de Mura (“castro Murezero”, al lloc “Vila” (n. 426). El topònim “Murezero” remet més a “moros” que a “murs” i el de Vila indica la presència d’un grup poblacional o “sagrera” al voltant de la parròquia, de la que, afortunadament, ens queden restes d’aquell llunyà segle XI.

Restes de la primitiva esglèsia del segle XI

Rocafort, amb l’església de Santa Maria de Palau Vesa (“palau” és també un topònim que fa referència al domini andalusí, mentre que “devesa” assenyala una terra closa i vedada). Rocafort quedarà més sota el domini de la família del veguer Sala i Sant Benet del Bages.

Santa Maria de «Palau Vesa» o de Rocafort, 2021

Aquest seria el context històric-geogràfic, però ara, més que dels senyors i les seves batalles, volem parlar del poble i els seus oficis, donat que a Mura, com a altres pobles similars del voltant, en trobem vestigis de les ocupacions ancestrals de la gent que ha hagut de lluitar per la subsidència.

Tina del carrer Nou. El conreu de la vinya s’esmenta des del segle XI

I parlarem de les dones, tan oblidades. Un ofici que les dones han mantingut al llarg dels segles, és el de llevadores. Al timpà de Mura podem observar una llevadora al costat mateix de Sant Josep. És de finals del segle XII, quan l’església es va refer. Un temps en que les dones no eren encara tan represaliades. La representació del pessebre és una tradició ancestral d’aquests pobles, de la que a Mura es mantenen molts vestigis, com la dels populars tions. Podem passejar per veure els divertits tions, però no podem marxar de Mura sense contemplar la humil llevadora a l’altra banda dels reis. Ells adoren el nen, la llevadora va ajudar a portar-lo al món.

Timpà de Mura, els reis a un costat i la llevadora amb St. Josep a l’altre

Passejant per Mura trobarem moltes senyals de les feines agrícoles d’aquells petits pobles autosuficients que es mantenien dels seus recursos naturals i de les manufactures corresponents: el gra que podien conrear a les feixes de la muntanya, amb l’era per a batre’l i els molins per a moldre; els horts al costat de la riera, amb hortalisses i arbres fruiters; les vinyes i l’oli, amb les tines, les premses i els trulls; la ramaderia; la recol·lecció dels boscos, les carboneres i les construccions… amb la pedra, la fusta i els forns de calç.

Trull d’oli al passatge Camil Antoniette
Panel on s’explica com funcionaven les carboneres

De tot això trobarem en aquests pobles de “pedra”. Vull acabar amb uns altres oficis ancestrals de les dones, els relacionats amb el tèxtil; a Mura, l’establiment anomenat “La fàbrica”, avui centre cultural, va ser al segle XVIII un hospici i  fàbrica de filar i teixir la llana. La repressió envers les dones del tèxtil ve de lluny, de quan se les prohibí anar a la Universitat i fer-se càrrec dels telers (segle XIV), elles només podien teixir sota el domini d’un home o filar (feina menys reconeguda) així com rentar, planxar… (les feines més dures), les dones de millor nivell també podien brodar. Les escoles de nenes, molt posterior a les dels nens, consistien en “anar a costura”, filar, fer puntes… A Rocafort trobem a la mateixa època una escola de filadores. A la segona meitat del segle XIX les fàbriques tèxtils de Navarcles i Pont de Vilomara absorbirien molta població d’aquests pobles, això, junt a la fil·loxera, va provocar una despoblació que, en alguns llocs s’ha compensat amb les cases d’estiueig i el turisme rural.

Entrada a La fàbrica.

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, gener, 2025

Als i a les que passegen pels pobles observant i respectant l’entorn i la història que trobem als seus racons.

Font del poble amb mola. L’aigua per a rentar la roba, netejar ferides, beure, cuinar, moldre… sempre ha estat vinculada a les dones i les seves feines, tan menystingudes.

La Inquisició i la violència contra les dones

Placa en record de les anomenades «bruixes» a la plaça del castell-palau de Terrassa, AGC

La persecució contra els grups no sotmesos a Roma s’inicia des dels primers temps del cristianisme a l’Orient perseguint moviments com el gnosticisme que entenia la via de la salvació com a camí de coneixement o l’arrianisme, que promulgava que la segona persona de la Trinitat, el Crist, era més humana que divina; corrents que arribaren a les Gàl·lies i a Hispània, tot convivint amb altres tradicions. Cal remarcar que el que resultava intolerable als bisbes romans era la presència activa i reconeguda de dones en aquests grups.

Priscil·lià, un bisbe d’Àvila que havia estat instruït per una mestra gnòstica, serà el primer “heretge” cristià. Executat pel poder secular, morí decapitat amb alguns seguidors i algunes seguidores que ja en el segle IV foren acusades de bruixeria després de ser sotmeses a tortura, amb uns delictes que seran recurrents, com els de practicar avortaments o l’endevinació.

Segell en commemoració del viatge d’Egèria, probablement pricil·lianista.

Veiem, doncs, que les acusacions de bruixeria venen de molt lluny i mostren una permanència i reiteració en els delictes. El braç executor és el secular, així l’església es renta les mans, però entra en relacions de dependència i conflictivitat amb el poder civil, que es quedarà amb els béns dels executats.

Els concilis dels segles VI i VII de Toledo insten a arrancar de sota-rel la “idolatria hispana” amenaçant amb diferents càstigs o “penitències” als bisbes que no s’hi dediquin amb rigor. I és que Hispània, amb part de la Septimània de la que la Catalunya Nord formava part, anava fent el seu propi camí, lluny dels centres de poder i influïts per les antigues tradicions paganes i per una litúrgia visigòtica que havia arrelat entre aquelles corrents del llunyà Orient que arribaren pel nord d’Àfrica des d’unes societats més tolerants i obertes. 

Per una altra banda, en no estar els nous poders consolidats, l’acció de les dones, com les peregrinacions per conèixer com vivien els pares i les mares (Ammas) del desert o la cura de les ermites on es feia hostatge i s’enterraven els morts, era valorada i re-coneguda.

A finals del segle VIII trobem al bisbe català Feliu d’Urgell, condemnat per heretge en promoure una actitud més entenedora amb els musulmans, considerant que el Crist podria ser un fill “adoptat”, però als francs, promotors de l’església romana i de l’administració parroquial, no els interessava l’enteniment, sinó el domini. Feliu serà empresonat a Lyon fins la seva mort.[1]

Fets com aquests són els precedents de la Inquisició, que comença a actuar com a tal a finals del segle XII, amb la proclama de la croada contra els albigesos o “càtars”[2], grups cristians que vivien austerament seguint l’Evangeli, predicant en llengua vernacular i creant comunitats pròsperes gràcies al teixit de la llana i al comerç. En aquests grups, com entre els valdesos o “pobres de Lyon”[3], les dones predicaven i celebraven, és per aquest motiu, que el IV concili de Laterà (1215) els condemna. Els homes i les dones que en formaven part seran aniquilats de manera cruenta en la primera croada contra albigesos i valdesos. Al mateix temps es prohibeix la fundació de noves ordes femenines y la proliferació de dones a les branques religioses admeses. La persecució d’heretges o divergents i l’assetjament contra les dones són part d’un mateix procés d’un domini patriarcal, tot i que la part de les dones serà obviada.

La persecució als heretges anava acompanyada de la d’altres col·lectius com els jueus i de més repressió per les dones.

Perseguides i acorralades, les persones que poden es desplacen a zones de Catalunya, Aragó i València adoptant cognoms locals. Entre 1231-1232 el dominic Raimon de Penyafort (1180-1275) arriba a Barcelona per constituir, amb Jaume I, la Inquisició al regne de Catalunya-Aragó. En aquests anys es dona la major persecució antiherética de refugiats occitans a terres d’Urgell i de Tarragona promogudes pel bisbe de Vic i l’arquebisbe de Tarragona. Al mateix temps els jueues van sent relegats de l’administració.

El 1252 Inocenci IV (1243-1254) emet la butlla Ad extirpanda justificant la tortura com a mitjà de confessió i ordenant donar mort als heretges que no se sotmetin. Al mateix temps, firma una altra recolzant l’arquebisbe de Tarragona i l’abat de Poblet que s’havien queixat de que el monestir femení de St. Pere de les Puel·les de Barcelona i l’abat del Temple no els donaven els delmes i primícies que segons ells els corresponien, no volien assistir al sínode i rebutjaven prestar-los obediència. El Papa insta a que ho arreglin i a que, si no en fan cas, els imposi penes canòniques. St. Pere havia generava riquesa i prosperitat al seu voltant al burg de St. Pere de Barcelona i a d’altres indrets on es feien càrrec de parròquies (Montmeló, La Palma de Cervelló) i de batllies i el Temple havia iniciat una gran banca que estimulà la cobdícia.

Panel informatiu a l’església de Montmeló on es reconeix el domini inicial de St. Pere de les Puel·les de Barcelona.

Les cruels pràctiques de la Inquisició rauen en la por i la sospita. Els tribunals itinerants comencen amb la interrogació forçosa als adults (homes a partir de catorze anys i nenes des dels dotze), fomentant la delació que, sense més proves i mantenint l’anonimat dels acusadors, donava peu a múltiples abusos.

Els càstigs podien ser de penitència, com el dejuni i la peregrinació; d’humiliació, penjant el “sambenito” o deixant sense capa o sense cabells a les dones; econòmic, amb una multa; físics, com la flagel·lació i la tortura d’algunes acusades; de presó, que comportava també la confiscació dels béns i de mort, mitjançant la foguera sota el braç secular. Tot era rigorosament recollit per escrit. Unes pràctiques aberrants que preludien les dels nazis.

L’anomenada «pedra de les bruixes» de Savassona, que remet al que desconeixem i a les pors que intentem controlant posant noms com aquests.

El segon concili de Lió (1274), va confirmar els privilegis de només quatre ordres de mendicants i predicadors: dominics, franciscans, agustins i carmelites, suprimint-ne d’altres com els germans de la penitència o “frares del sac”, una ordre molt popular a Barcelona que rebia nombrosos donatius. Després d’aquest concili, es va gravar un 10% més el delme per a la Santa Seu sobre béns i rendes de clergues, comunitats i esglésies.

El 1298 el Papa decreta el «Periculós«, amb què es prescriu l’estricta clausura femenina. Per a les germanes suposa, a més de la reclusió, el fre a la seva acció i deixar de veure o atendre els seus familiars, ni tan sols a la Cartoixa s’havia imposat una clausura rigorosa fins aleshores. Algunes comunitats aniran dilatant la seva aplicació, altres s’acolliran a regles més obertes, com l’agustina, que permetia una vida activa.

En 1299 el bisbe de Vic, Berenguer de Bellvís, seguint disposicions conciliars, ordena que ha de ser un sacerdot, i no un monjo, qui estigui a càrrec de les esglésies i mai una comunitat de dones o mixta. Al clergue canònicament acceptat com a “beneficiari” d’un altar, se li assignava una renda alimentària i una part dels beneficis que es generen i amb els que sobrevivien molts grups de dones. A partir de llavors moltes de les comunitats femenines desapareixen i les que sobreviuen, com Valldonzella o Montalegre, ho faran amb dificultats.

Valldonzella, un lloc tan oblidat com la història de les dones, de la que en forma part.

El concili de Viena de 1312 aboleix el Temple (en París, en 1310, el rei havia cremat cinquanta-quatre cavallers templers per quedar-se amb la seva fortuna) i condemna a les beguines i grups similars de dones que predicaven l’evangeli, atenien malalts o ensenyaven a nenes pobres tot vivint del seu treball, com blanquejar la roba o teixir. Totes van quedant sota domini de bisbes, rectors i/o abats de les branques masculines. En aquesta època comença el tancament de dones anomenades “penedides”, unes pràctiques que causen molt patiment. També es produeixen assalts als calls jueus.

En 1478 Ferran el catòlic imposa la Inquisició de Castella o “espanyola”, dedicada especialment a perseguir jueus i vigilar «conversos», però també homosexuals, musulmans, luterans, maçons i les anomenades “bruixes”. Les institucions catalanes mostren el seu rebuig a aquesta ingerència (carta dels consellers de Barcelona de 1483), tot i així el tribunal se instal·la en el que avui és museu Frederic Marès utilitzant part del Palau Reial Major com a presó i sales de tortura.

Museu Frederic Marés, seu de la Inquisició Espanyola

Amb el concili de Trento (1545-1563) i el mandat dels reis de Castella, s’acabarà aplicant l’estricta clausura a les comunitats religioses femenines. Algunes no ho acceptaran en no estar a les seves constitucions, com les agustines de Montalegre i s’extingiran. Altres aniran desapareixent en no tenir més mitjans de supervivència que les donacions. A Catalunya es van perdre catorze dels setze monestirs femenins del Cister entre 1452 i 1717.

Els tribunals romans es dedicaran a perseguir les corrents protestants i els lliurepensadors, amb teories més obertes i crítiques. En 1600 mor a la foguera el dominic Giordano Bruno i poc després Galileo morirà sota arrest domiciliari per recolzar les teories heliocèntriques de Copèrnic.

Sta. Teresa (1515-1582), vigilada per les seves arrels jueves i perseguida per alguns tribunals espanyols per “il·luminada”, es va lliurar degut a les seves bones relacions amb la Cort, però no va passar el mateix amb algunes de les seves seguidores. El seu “llibre de vida”, escrit per ordre dels seus confessors, que buscava com condemnar-la, va quedar confiscat, però va veure la llum gràcies a que havia fet algunes còpies per a persones influents en la Cort.[4]

Teresa, fundadora i escritora, elevada a los altares olvidando que antes fue acosada, perseguida y arrestada. AGC, Ávila.

Normalment s’anomena “caça de bruixes” als processos que es van succeir des d’aquests segles XV-XVI, també a les nostres terres, al Pirineu, a Prades, al Vallès…, perseguint dones guaridores que administraven herbes remeieres i/o parteres que atenien durant el part o ajudaven a no portar fills no desitjats al món. Ja hem vist que no ens ha d’estranyar que totes les acusacions, estretes sota tortura, siguin similars a tot arreu i en tots els temps, ni que el procediment del Sant Ofici de la Inquisició sigui el mateix que el de les croades, ni que fos el braç secular l’executor del foc o de la forca, ni que, al mateix temps, es persegueixen “moriscos”, jueus o les noves idees que posen en entredit l’estructura eclesial. La història sempre és la mateixa perquè la repressió és la mateixa, excepte pels desafortunats, que resulta única i pròpia.

La Inquisició Espanyola va ser abolida el 1812 a les Corts de Cadis, Ferran VII, la va restaurar però ja era molt feble. El 1834 la regent Maria Cristina abolí definitivament el tribunal de la inquisició espanyola. Els arxius secrets es van començar a obrir des de 1998, per ordre de Juan Pablo II.

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, 13-10-2024

A totes aquelles persones que han patit la crueltat injustificada.


[1] “Félix d’Urgell, el primer heretge català”, a: https://historiasdebellvitge.com/2022/03/19/felix-durgell-el-primer-heretge-catala-i-el-joc-de-la-supremacia/

[2] Càtar és un nom despectiu que van posar els seus perseguidors, ells es consideraven simplement cristians, sent coneguts pel poble com “bons homes” i “bones dones”.

[3] Entre finals del segle XII i principis del XIII. Pere Valdés (1140-1216) abandonà la seva vida anterior per fundar la Fraternitat dels pobres de Lyon, no sent molt diferent al que va fer St. Francesc d’Assís, aquest grup va ser aniquilat per permetre que les dones prediquessin.

[4] “Santa Teresa de Jesús y la Inquisición española” a: https://historiasdebellvitge.com/2020/10/15/teresa-y-la-inquisicion-espanola/

Cómo leer el libro: “Una historia de las mujeres desde la Provençana Medieval y Sant Pere de les Puel·les de Barcelona”

Os podría explicar cómo escribí el libro, pero no me sería fácil explicaros cómo leerlo sin las orientaciones que dio Mercè Otero Vidal en la presentación que hicimos este septiembre en la Editorial Claret.

– “No és un llibre fàcil”, no por la redacción, sino por el exceso de información que hace de él un libro de consulta. Mercé propone leerlo por partes, poco a poco, aunque también hay “un cert suspens que anima a seguir”.

– “La història de l’església és fonamental per a entendre la història medieval”. El libro refleja algunos de los movimientos que se dieron en la primitiva iglesia como el priscilianismo, el adopcionismo y otros que fueron considerados heréticos, a veces por responder a estrategias divergentes y a menudo porque contaban con la presencia activa y reconocida de las mujeres.

– “S’ha de llegir la Introducció”, ya que en ella se dan las pistas sobre una historia de las mujeres que se inscribe entre otras que, mientras dan a conocer nombres y hechos relacionados con las mujeres, van definiendo un método propio. En este caso se han aplicado criterios basados en Simone Weil (París, 1909, Ashford, 1943), sobre quien publiqué un libro en 2019.[1]

– “Les llistes finals del llibre són molt útils per a situar la cronologia de les dones”. Las etapas históricas que la historiografía delimitó no sirven para historiar a las mujeres. El “humanismo” del siglo XIV, por ejemplo, es sólo para hombres, justo en esa época se recluye a las mujeres usurpando sus funciones. Los disidentes perseguidos por la Iglesia Romana encontrarán nuevos caminos a través de las corrientes luteranas y protestantes, la mujer, en cambio, quedará relegada en toda institución.

– “El llibre s’emmarca en un context geogràfic concret, el de la zona que s’hi habita, té en compte les troballes de l’arqueologia, els antics camins i les restes que podem trobar passejant”. No hubiera podido hacerlo sin el contacto directo con los lugares mencionados en los documentos investigados.

– “Ho he llegit en català, tot i que estava escrit en castellà, en deixar els noms propis en català”. Curioso ¿no?, son los efectos de un bilingüismo aplicado cuyos resultados serán diferentes a los que se preveían o se deseaban, porque la lengua tiene una vida propia que hemos de escuchar dejando que resuene, como aquella canción de cuna que en el libro se menciona y que señala la importancia de la oralidad y del lenguaje que las madres y mujeres en todas las culturas hemos transmitido y con la que siempre nos hemos relacionado.

– “Som part d’una Genealogia de dones”, esta frase me resonó, ese ha sido uno de los objetivos principales: el mostrar que las cartas de viaje de Egeria (s. IV), el manual teológico-educativo de la condesa Duoda (s. IX), que tradujo M. Otero o el libro rescatado de la hoguera y del anonimato de Margarite Porete (S. XIII), entre otros, trazan un hilo conductor que ayuda a ordenar ese entramado complejo y dinámico que vamos conformando y que obligará, sin ninguna duda a reformular la historia. Porque la historia de las mujeres nunca se dejará encajar en una clasificación rígida, es una corriente que sigue fluyendo y en la que, cuando nos sumergimos, no dejamos de avistar nuevos abismos, es una historia viva.

– “La violència difusa quan les institucions no estan molt consolidades permet l’actuació de les dones”. Cuando el poder se centraliza y reafirma, las mujeres, los disidentes y los pobres perecen bajo el terror más opresivo. Otro de los objetivos del libro ha sido mostrar cómo la violencia mortal del patriarcado es, ante todo, institucional, algo que esperamos haber demostrado.

Maria Àngels Garcia-Carpintero, 30/09/2024

El meu agraïment especial per a la Mercè Otero i en Josep Maria Jubany que van presentar amb mi aquest nou llibre.


[1] Simone Weil educadora. Tras los ecos de su voz. Ed. Claret, 2019

Monistrol de Calders, un passeig per la seva història i les seves escultures

Avinguda del Dr. Tarrés, davant de Can Solà

A l’entrada de Monistrol de Calders ens trobem tot un seguit d’escultures d’acer entremig de gran plataners i davant de la masia de Can Solà. Si donem una volta pel poble anirem veient moltes més, com la «ballarina sobre les ones» a la plaça Mn. Pere Tarrés.

«Ballarina sobre les ones» a la plaça Mn. Pere Tarrés, entrada al poble.

El petit poble té la concentració d’escultures més alta de Catalunya gràcies a la donació d’un fill seu, l’empresari Félix Estrada Saladich (1901-1997) que residì els últims anys de la seva vida al pedrís de «El Pedregar»de Bellaterra.

«Joventut», a un dels carrers del poble

Fundador de «muebles La Fàbrica», entre d’altres empreses, Estrada va ser un mecenes de l’art. Entre els anys 50 i 70 organitzà biennals d’art. La majoria d’obres que trobem a Monistrol són fruits d’aquests concursos, excepte algunes que són de l’escultor suís Charles Collet (Ginebre, 1902-Barcelona, 1983), per això trobem diferents autors, estils i materials.

Dona asseguda, a l’entrada del parc del Serrat

Algunes de les escultures que hi havia al jardí del Pedregar de Bellaterra van ser donades a Monistrol el 2016 i en 2018 començaren a arribar trenta-vuit d’aquestes obres. El 2021 el poble organitzà una trobada d’artistes que van deixar les seves obres impresses a les parets, com aquesta dita que ens pot fer pensar.

Una dita que ens pot fer pensar…

Aquí farem un repàs a la història de Monistrol de Calders il·lustrant-la amb els elements artístics-culturals i naturals del poble.

El primer mas del que es té constància és el de Guardiola, actual rectoria de l’església de Sant Feliu. Aquest nom fa referència a les antigues torres de vigilància i comunicació, com devia ser aquesta, al servei del castell de Calders, al que pertanyia.

Mas La Guàrdia, actualment rectoria de Sant Feliu de Monistrol de Calders

Torres medievals que van ser abans andalusines que cristianes, com ho indica clarament el topònim de la Mussarra que dona nom a un torrent i a una església romànica. El terme fa referència al de «Almuzara», d’origen àrab, un fossar on es podia instal·lar un molí.

L’aiguadera, a la plaça Nova, on n’hi havien els antics safareigs. Des de temps immemorials les dones s’han cuidat i se’n cuiden de les feines d’aigua.

El casal parroquial, que duu el nom de Jaume Mussarra, és obra de Josep Pla, conegut com “el Farràs”, mestre d’obra admirador de l’arquitectura àrab. L’edifici és de 1934, quan es va independitzar el poble del de Calders i es va fer servir com a teatre i cinema.

Casal parroquial amb arquitectura d’estil àrab i casa amb la façana il·lustrada

Endemés de Sant Pere de la Mussarra, Monistrol comptava amb una altra capella, la de Sant Joan Baptista. Aquesta advocació indica que n’hi hauria una comunitat ascètica, un petit monestir o Monistrol (“monesteriolo”) que hauria donat nom al poble. El terme de Sant Joan perdura a la riera que travessa el poble.

Pont del rector a la riera de Sant Joan

Potser aquesta església de Sant Joan estaria a la plaça de la Pedrera, on actualment trobem l’edifici de Ca la Miquela, amb dues rodes de molí a l’entrada. La Miquela estava casada amb un mestre d’obres de Granera, Ramon Comas que el 1844 comprà al descendents de Can Comas les restes de l’antiga capella per fer un nou edifici.

Ca la Miquela i Cal Pere Negre, el nucli vell de Monistrol

En aquest document de compra venda es fa constar que la capella pertanyia a des de temps remots als Guardiola i que el 1444 la propietaria era Isabell Guardiola. Els Guardiola cavallers al servei dels senyors de Calders, tenien concedida la explotació de l’aigua de la riera de Sant Joan el segle XV. El 1593 la pubila dels Guardiola es casa amb l’hereu dels Solà, amos de dos molins, constituint la família més rica e important del poble. Al segle XX la família Solà instal·larà una fàbrica tèxtil a la riera de Sant Joan, on abans tenia els molins.

La «Fàbrica Nova», riera de sant Joan, rec i, al final, l’obra escultórica: «monolit».

Una activitat molt important en aquests temps més recents va ser l’explotació industrial de les pedreres que tradicionalment s’havien utilitzat per a la construcció. Prop de l’aiguabarreig de la riera de la Golarda o d’en Marfà amb la de Sant Joan, conformant el riu Calders, trobem el lloc de “El Collet”, amb les restes de l’antiga pedrera de l’Estrada i, al costat de la riera, una font que encara raja.

Restes de l’antiga pedrera l’Estrada, prop de la riera Golarda

Pagesos, veremadors i picapedrers, antics oficis d’un poble que ara ens mostra les tradicions i les restes del passat més recent en forma d’un art que albira un nou futur amb més respecte per l’entorn natural.

«La verema», per damunt de la plaça Nova.

Podem trobar més informació de les escultures en aquest enllaç: RCCAAC: https://taller.iec.cat/rcic/fitxa_una.asp?id_fitxa=127

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, juny, 2024

Als artistes i a les artistes que visibilitzen les dones i les seves múltiples ocupacions

Antigues esglésies de St. Pere d’Ègara i de Terrassa. Sta. Eulàlia i St. Sadurní.

Sta. Maria d’Ègara i St. Miquel, antiga «domus», basílica i Seu episcopal.

Al morrot (contrafort) de la confluència dels dos torrents que donen lloc a la riera de Vallparadís podem contemplar el conjunt monumental de l’antiga “Seu d’Ègara”. Les excavacions arqueològiques mostren la continuïtat entre les diverses civilitzacions, malgrat que el domini canviï de mans i de llengua. Les seves esglésies de Sta. Maria, l’edifici funerari annex de St. Miquel i la de St. Pere, que disposa de cementiri i aglutina la parròquia, són prou coneguda gràcies a les excavacions, els estudis i la conservació dels edificis.

No són tan conegudes les desaparegudes (en 1601) esglésies de St. Sadurní i Sta. Eulàlia, documentades per primer cop en 1016, quan el comte Berenguer Ramon I (-1035), fill de Ramon Borrell (-1017) i  d’Ermessenda de Carcassona (-1057), amb la seva primera esposa, Sança, ven un alou que limitava amb el torrent de Vallparadís “al terme de Terrassa, davant d’Ègara i de l’església de St. Sadurní”. El document va ser signat a Sta. Eulàlia, d’Ègara.[1] No sabem quines funcions feien aquestes dues esglésies tan a prop de la Seu d’Ègara.

A la mort de Ramon Borrell, la comtessa Ermessenda governà amb el seu fill. En 1028, quan tot just inicia la majoria d’edat i poc després de casar-se en segones núpcies amb Guisla de Lluçà (-1079), Berenguer Ramon I restitueix a la Canònica de Barcelona tots els alous de terres, vinyes, cases, corts, arbres i aigües que són o han estat d’aquesta institució, dins els termes d’Ègara i de Terrassa, llevat de la seva parròquia. A canvi, el comte rep del bisbe Deodat un mul que val deu onzes d’or (ACB, n. 417-418). Probablement aquesta parròquia és la de St. Pere. El terme de “St. Pere” substituirà progressivament el d’Ègara.

St. Pere i St. Miquel d’Ègara

Poc després de la mort de Berenguer Ramon I, les comtesses Ermessenda, que torna a governar amb el seu net, Ramon Berenguer I (-1076), i Guisla de Lluçà donen en 1036 a la Canònica de Barcelona l’església de Sta. Eulàlia sota Ègara. (ACB, n. 121, addenda al document de 1009 de restauració de la vida canonical i n. 533 en un document de donació del bisbe Guislabert d’acord amb les comtesses esmentades i el comte Ramon Berenguer I, fill de Sança). Sembla que a cada nova situació de la família comtal es renoven els pactes amb la Seu de Barcelona, que té el ple domini sobre l’antiga Seu d’Ègara.

En 1043, en una venda a Rubí, apareixen junts els noms d’Ègara i de Terrassa (ACB, n. 652), però el d’Ègara es perdrà, quedant el de Terrassa, que aglutina la vila a redós del Castell-Palau, sota el terreny de la Seu, i el de Ègara-St. Pere, que defineix la població que s’instal·la al nord i el terme de les parròquies rurals que havien estat sota el domini de l’antiga Seu d’Ègara.

«Torre del Palau», restes de l’antiga vila fortificada de Terrassa

En 1110 el comte Berenguer III (1082-1131) ven als que seran “els Terrassa” un alou a Vallparadís per a alçar una fortalesa que es deuria reedificar sobre algun altre vestigi constructiu similar ja que a la torre central es pot veure un carreu amb una inscripció dedicada a Al·là. Les obres romàniques de St. Pere i Sta. Maria són d’aquest temps dels cavallers o senyors feudals.

Castell Vallparadís, actualment, museu

Sta. Maria, una advocació que va prenent més força que la dels primers sants, màrtirs i pares de l’església, es consagra el 1112 (o 1113), quedant sota l’abadia de St. Ruf de Provença que instal·la una canònica agustina de St. Adrià del Besós. Som al període de la plena feudalitat, sent les institucions eclesials uns autèntics senyors. Les esglésies de Sta. Maria i St. Pere, així com la de St. Julià de Terrassa[2], amb els seus cementiris queden sota “la seva mare”, la Seu de Barcelona. S’exceptuen les esglésies de Sta. Eulàlia i St. Sadurní que ja eren sota la Canònica.[3]  En aquests temps es van diferenciant dos dominis econòmics: el de la Canònica, que controlen unes quantes famílies de canonges i l’ardiaca del Capítol i el de la Seu, amb l’Hospital de pobres que donarà origen a la Pia almoina, que acumularà un gran capital.

Restes romàniques de Sta. Maria de la Seu d’Ègara

Si la Seu d’Ègara i el castell de Vallparadís queden ben protegits pel relleu, no passa el mateix amb el que anomenem “Castell-Palau”, del que ens queda la torre del homenatge. Datada de l’any 1000, es devia alçar sobre les restes d’una anterior torre de defensa, alçada sobre una vil·la romana en una important cruïlla de camins, al pla i a ponent d’Ègara.

La torre del Palau donarà origen al recinte emmurallat de la Vila des d’on es propicia el comerç de la ciutat. Aquí s’inicia la indústria tèxtil de Terrassa. Al segle XII ja n’hi havia obradors tèxtils col·lectius i al segle XIII els paraires de Terrassa tenien dues galeres al port de Barcelona per enviar els seus teixits cap a Itàlia o cap a Orient. El 1228 Jaume I atorga el privilegi a la vila de Terrassa que el camí de Manresa-Barcelona passi pel seu centre, cal no oblidar que el monarca estava immers en baralles amb poderosos feudals com Guillem de Montcada i necessitava establir aliances amb altres feudals i el poble.

El Castell-Palau es dedicava a recavar els rèdits de l’agricultura i el comerç, com devia ser als seus orígens andalusins. La seva església de St. Fruitós, documentada des del segle XIII, era al servei d’aquest centre administratiu i judicial. Dins l’església es guardaven les mesures del gra. L’església tenia un porxo que s’aguantava per un pilar amb una argolla per subjectar els presos. Sota el porxo es tractaven temes públics i es celebraven mercats i fires. El lloc s’omplia de captaires i de noies que anaven amb la filosa a guaitar i xerrar, el que tenien prohibit quan era dia de mercat (Cardús, 1960: 97-101).

Restes del «Castell Palau» al museu del Castell de Vallparadís.

Els reis de la corona catalano-aragonesa feien estada al Castell-Palau. El 1343 el rei Pere ven el castell i la vila de Terrassa als Muntanyola, que esdevindran els senyors. En 1345  Blanca de Centelles, última descendent de la nissaga dels Terrassa, fundà la cartoixa de Vallparadís, potser va trobar que seria una honrosa sortida pels seus béns. Aviat la corona catalano-aragonesa quedaria absorbida per la nova entronització de Castella.

El 1562 hi ha un intent de divisió en dues “universitats” (municipalitats) per part dels “hòmens de la vila i terme de Terrassa”: la pròpia de Terrassa i la de St. Pere amb set parròquies rurals de la seva demarcació: St. Miquel i Sta. Maria de Toudell amb St. Martí de Sorbet (Viladecavalls) St. Vicenç de Jonqueres i St. Julià d’Altura (Sabadell), St. Quirze i St. Feliuet de Vilamilans, a més d’altres cases i propietats al nucli de St. Pere (avui barri).[4]

Una de les plaques nominatives de les cases del carrer Major de St. Pere.

És un intent de donar independència a la que seria la població de St. Pere, a qui se li concedeixen alguns privilegis com la “carnisseria” del terme o el dret de disposar d’hostal, fleca i tavernes. (Cardús, 1960: 49). Aquesta “universitat” de St. Pere de Vallparadís, que arreplegava el conjunt de la demarcació, era presidida pel batlle de Terrassa, però des de 1551, quan l’església de St. Fruitós és derruïda en favor de la obertura del  nucli de la vila, els vilatans s’arrepleguen en una confraria, “Minerva”, recolzada des de Roma, potser amb la intenció de no perdre la centralitat que donava l’antic Palau.

El primer esment de les “cases de St. Pere” és de 1576 quan la propietària era Eleonor Vilar (Cardús, 1960: 52). En 1583 un hostaler basteix una casa propera a l’església de St. Pere, encara quedava espai lliure prop de la capella de Sta. Eulàlia, a llevant. Es compradors de les  parcel·les van ser nou pagesos: sis de la mateixa parròquia i els altres de Castellar, Mura i Matadepera, dos paraires, dos bracers, un sabater, un fuster, un rajoler i un hostaler pagès.

En 1583 encara trobem menció a Sta. Eulàlia d’Ègara en les afrontacions d’una parcel·la al barri de St. Pere, però en 1601Sta. Eulàlia d’Ègara i l’església de St. Sadurní seran destruïdes i utilitzades les pedres per construir el pont de St. Pere que uniria aquest sector més elevat i allunyat amb el nucli de la vila. Al mateix temps el bisbe disposa que la parroquialitat de St. Pere d’Ègara passi a la nova parròquia del St. Esperit de Terrassa que aglutinarà els dos termes.

Pont de St. Pere sobre Vallparadís, fet amb les pedres de Sta. Eulàlia i St. Sadurní d’Ègara

Tot i així, St. Pere continua exercint com a parròquia de la seva població, en 1637 té 44 masies i el carrer de St. Pere 23 cases. Fins el 1904 no es disgregà definitivament el municipi de St. Pere d’Êgara,

En 1622 el Castell-Palau era venut a la municipalitat pel senyor del moment. L’edifici limitava amb el carrer Gavatxons (conegut al segle XIV com “el vall de St. Fruitós”), el carrer Cremat, antigament dit de Palau, les cases, la plaça, les fonts i l’hort del castell. A l’edifici comunal encara s’encunyava moneda sota l’emblema “Castrum Terrassa”. L’any 1891 l’edifici del es destrueix en benefici de la Plaça on s’alça l’església del St. Esperit (Cardús, 1960: 62-63 i 86).

Torre del Palau darrera de la Plaça vella, una ampliació que es va menjar l’antic Palau.

[1] Cardús, Salvador (1960) Terrassa medieval. Visió històrica. Ajuntament de Terrassa, p. 31

[2] St. Julià d’Altura que estarà sota el domini de St. Pere d’Ègara fins el 1904

[3] DDAA (1992). Catalunya romànica. Vol. XVIII. Vallés Oc. i Or. Enciclopèdia Catalana, p. 232

[4] A mitjans del segle XIX Viladecavalls i St. Quirze esdevenen municipis.