El Villar de Abdalá, siglos X-XI. Sant Pere de les Puel·les en Montmeló y Montornés del Vallés.

Santa María de Montmeló, parroquia que fue administrada por el monasterio femenino de St. Pere de les Puel·les durante siglos, aunque sea una historia no dada a conocer. AGC, 2022

El 945 el obispo Guilará consagra el monasterio femenino de St. Pere de les Puel·les de Barcelona, añadiendo, a la dotación que hacen los Condes Suñer y Riquilda, los diezmos de Sta. María de “Montis molonis” (Montmeló) y los de la villa Richardi y Spincellos (por encima de Montmeló, junto al Congost). Las hermanas ya debían hacerse cargo de la iglesia de Montmeló. Estas propiedades vuelven a aparecer en el testimonial de 992 en el que se ubican cerca del prado (un lugar común) y del río Tenes.

Montmeló, entre el río Tenes y la confluencia entre los ríos Congost y Mogent, donde vierten las aguas al Besós, sería un lugar privilegiado para los cultivos. En esta zona las hermanas, o Deovotas, tenían también propiedades en Petrafita (Vilanova del Vallés), Cabanillis (Cànoves), Corró, Samalús y Granollers.

Montmeló. Mogent y Congost vertiendo sus aguas al Besós. Foto: Ramon Solé.

La presencia de Deovotas y Deodicadas cerca de las propiedades del monasterio femenino es frecuente. El 972 los albaceas de Ervigi, fallecido al peregrinar a Jerusalén, donan a la iglesia de St. Miquel de Barcelona lo que éste poseía en St. Miquel de Martres (Caldes de Montbui). Entre otros legados, deja a su hermano Sendred, el “villar de Abdalá” que había tenido su otro hermano Ermenir y que había sido de Igila. Dispone que se vendan unas tierras de Truitela Deodicada en Vallromanes para St. Pere de les Puel·les y hace donación de sus propiedades en el Vallés a varias iglesias en memoria de ambos.[1]

El “villar de Abdalá” es actualmente la masía de “Can Masferrer” (desde 1678, cuando esta familia la compró a la anterior), una finca utilizada desde el tiempo de los romanos con fines agrícolas. Aunque pertenece al municipio de Montornès hay que tener en cuenta que Montornès y Vallromanes han formado una unidad durante siglos. Ambos estaban, en las épocas que nos ocupan, bajo el Castell de St. Miquel. “Castillo” hace referencia en este caso a una demarcación territorial en la que se edificó una torre de vigilancia y comunicación, justo en el límite entre Montornès y Vallromanes.

Can Masferrer de Montornés del Vallés con la capilla de St. Jaume de Viladordila (Villar d’Abdalá) AGC, 2022

Volvemos a encontrar el villar de Abdalá en 995 en el testamento del obispo Vives que, entre otros muchísimos legados que destina principalmente a sus familiares y allegados, deja a su hermana Ermetruit un alodio en el villar de Abdalá consistente en tierras, viñas, casas, corrales, huertos con árboles, prados y pastos, junto al que fue del clérigo Oruç, que da a St. Julià de Montjuïc y otro en Spizellos con tierras, huertos y árboles. También deja a su fiel, Guillem, unas viñas en Martorelles.[2] Vives se había hecho con muchas propiedades tras la toma de Almanzor de 985, algunas las compró y otras se las apropió, indicando en el testamento que si volvían sus propietarios se las devolvieran.

En 1017, Adaleva, fémina, llamada “Bellazer”, viuda de Sesmon, hermano del vizconde de Gerona, vende a la Canónica, por 80 onzas de oro, la mitad del villar de Abdalá con la mitad de su iglesia, St. Jaume, que había heredado de su tío, el obispo Vives. La condesa Ermessenda de Carcasona conminó a la Canónica a realizar esta compra después del oro entregado por el conde para ser enterrado en esta institución. En este documento de compra-venta se explicitan más bienes como fuentes y aguas, cabañas, instrumentos, entradas y salidas o maderas y piedras. El sitio limitaba con el río Congost al norte, el camino de “las Arcas” (Vallromanes) que iba al mercado al este, el “Palacio de Almanla” (Castell de Montornès) al sur y Montmeló al oeste.

Dolmen de Cellecs a La Roca del Vallés. El término «Arcas» se refería en la Edad Media a algún tipo de monumento megalítico de los que en esta zona abundan. Foto Ramon Solé

En 1018 el obispo Deudat y la Canónica intercambian con el primado del Palau del Comte, Gombau de Besora, y su mujer este alodio, con excepción de sus diezmos y primicias, por un alodio a Montgat. Parece que esta permuta no les convenció a las partes por lo que poco después realizan una nueva en la que Gombau diversifica las propiedades y el nombre  de villar de Abdalá se transforma en el de “Villa Ardotila”.[3]

Vilardordila, como se denominará el villar de Abdalá parece señalar el cultivo de cereales (“ordi” –cebada). No parece incongruente el cambio de un nombre andalusí por uno de los cultivos más básicos de la época.

St. Jaumde de viladordila a Can Masferrer de Montornés del Vallés AGC, 2022

En 1041 Gombau de Besora, fundador del monasterio de St. Miquel del Fai, da diversos bienes a este monasterio y, principalmente, a su hija primogénita, Guisla [4] y a su yerno, Mir Geribert, a quienes deja los castillos de Montbui y de “Palau Dalmanla“ (Montornès) con sus numerosas iglesias y feudos, excepto la parroquia de Samalús, el alodio  de Cerdedol y el alodio de Vilardodila, bajo el castillo de Montornès, que deja a su segunda mujer, Orúcia, disponiendo que finalmente pasen a Guisla y su familia. A las hijas de Orúcia deja alguna propiedad menor haciendo de Guisla de Besora una primera pubilla catalana.[5]  


En 1058, acabadas las revueltas de Mir Geribert, se celebra el juicio, los condes acaban enfeudando los bienes que gobernaba junto a su esposa, Guisla de Besora, como los que fueron de su padre, Gombau, entre los que ya se incluye la parroquia de St. Andreu de Samalús.[6] En 1060, después de morir Mir Geribert con su hijo Bernat en una expedición a Tortosa, el obispo Guislabert enfeuda a Guisla de Besora y sus descendientes los castillos e iglesias que le había dado Gombau en 1041, incluyendo la de Samalús, a condición de que le juren fidelidad, le presten hospedaje y cabalgaduras y mantengan a un clérigo en la Sede, mostrando con ello el dominio feudal que consiguió la Iglesia.

St. Andreu de Samalús, parroquia de la que también se debía hacer cargo St. Pere de les Puel·les, como mínimo en el siglo X. AGC. 2022

En los alodios que exceptuaba Gombau ejercía su acción St. Pere de les Puel·les. A mediados del siglo XI la Sede, junto al poder condal, impone su dominio. Los nuevos condes dieron al obispo y a la Sede el monasterio de St. Pere entre 1027 y 1028, una sujeción de la que el monasterio femenino no se librará hasta 1072, cuando el papa Alejandro II, a petición del abad de Cuixà, ponga bajo su protección a St. Pere de les Puel·les. Las hermanas y sus personas allegadas seguirían trabajando las tierras cuidándose de las ermitas e iglesias encomendadas. En una fecha no precisa, entre 1060 y 1108 muere Berenguer Domuç en una expedición guerrera dejando bienes a numerosas iglesias y a sus hijos e hijas, entre las cuales unos mansos en Martorelles para su hija Ermesén que es monja de dicho monasterio.[7]

Rectoría de Montornés en el antiguo camino de Martorelles. AGC, 2022

La presencia del monasterio de St. Pere de les Puel·les seguirá de una manera fructífera y pacífica, como suele ser su actividad. En 1147, en la segunda consagración de St. Pere de les Puel·les se sigue citando la iglesia de Sta. María de Montmeló.

Panel informativo sobre la evolución de Sta. María de Montmeló. AGC, 2022

En 1207, en la segunda consagración de St. Esteve de Parets (la primera fue en 904)[8], entre las muchas donaciones que se hacen, encontramos a St. Pere de les Puel·les junto a St. Jaume de Viladordila y el “campo de la Deovota” (en 904 se citaba el campo de Teudemunda), podría ser de St. Pere, puesto que des de 945 ya consta que el monasterio femenino tenía bienes en Parets del Vallés («Parietes«). En 1207 también encontramos, entre otros muchos monasterios y órdenes religioso-militares, como la del Temple, la iglesia de “St. Joan de Montjuïc”, que debe referirse a St. Julià.[9]

Montornés. Casa de Baix, en el lugar conocido como «La Sagrera»AGC, 2022

Los litigios entre St. Pere de les Puel·les y el obispado por la iglesia de Montmeló seguirán durante siglos, inclinándose los papas hacia uno u otro lado, pero, aunque el monasterio tuvo que hacer algunas concesiones, siguió adelante hasta nuestros días gracias, en buena parte, a la protección real, sin la cual no habría sobrevivido. Hay que tener en cuenta que la abadesa, excepto para consagrar, tenía el mismo poder que un obispo, realizando ella misma las visitas pastorales a las iglesias y parroquias que gestionaban.

Trozo del claustro de St. Pere de les Puel·les en Terrassa. La historia de este monasterio femenino tan importante para Barcelona está aún más troceada y escondida porque ellas y su abadesa tuvieron un poder demasiado grande como para reconocerlo. Foto: AGC, 2021

A las hermanas de St. Pere de les Puel·les y a quienes recogen su historia.

Mª Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, julio caluroso de 2022


[1] Feliu i Montfort, G. (1971).El dominio territorial de la sede de Barcelona: 800-1010. Tesis, n. 48

[2] Udina i Abelló, Antoni, (1984). La successió testada a la Catalunya Altomedieval. Barcelona. Fundació Noguera. Textos i documents, vol. 5, n. 44

[3] Baucells J., Fàbrega, A., et al. (2006). Diplomataris de l’Arxiu Capitular de Barcelona (ACB) segle XI. Fundació Noguera, vol. 38, n. 278 (1017), 301 y 304 (1018)

[4] García-Carpintero, A.: “la baronia de Montbui. Guisla de Besora, una primera pubilla catalana del segle XI” https://historiasdebellvitge.wordpress.com/2021/12/30/la-baronia-de-montbui/

[5] Ruiz-Domènec, J. E. (2006). Quan els vescomtes de Barcelona eren. Història, crònica i documents d’una família catalana dels segles X, XI i XII. Fundació Noguera, n. 54.

[6] Feliu, G. i Salrach, J. M., dir. (1999). Els pergamins de l’Arxiu Comtal de Barcelona de Ramón Borrell a Ramón Berenguer I. Fundació Noguera. Diplomataris, vol. 19, n. 523 y 526

[7] Pérez i Gómez, Xavier (1998). Diplomatari de la cartoixa de Montalegre (segles X-XII) Fundació Noguera. Col. Diplomataris, vol. 14, n. 44.

[8] García-Carpintero, A. “Parets del Vallés, siglos IX-XI” https://historiasdebellvitge.wordpress.com/2022/07/24/parets-del-valles-siglos-ix-xi/

[9] VVAA (1992). Catalunya romànica. Vol. XVIII. Vallés Occidental i Oriental (Parets). Enciclopèdia Catalana