Paseando por San Cosme de El Prat. “Dones Sàvies”

Bassa Parc Nou. AGC, 2023

Los Santos Cosme y Damián, médicos y mártires del siglo IV según la tradición cristiana de oriente, fueron muy populares y venerados, especialmente en tiempos de pandemias y más por grupos foráneos o marginados que necesitaban de amparo mutuo, como fue el caso de Provenzana.

“Un punt marginats, els immigrants francesos s’agrupen (finals del segle XVI) en forma similar als naturals: en una confraria parroquial i sota el patronatge de St. Roc, advocat contra la pesta (…) La iniciativa serà secundada pels mossos francesos de la nova parròquia de El Prat que ultra la pesta han de lluitar contra l’endèmia del paludisme i que es posaran sota l’advocació dels sants metges Cosme i Damià.”  

Santos Cosme y Damián con su representación gigantera. AGC, 2023

San Cosme y San Damián son co-patronos de El Prat junto a St. Pere y St. Pau. Sus fiestas se celebran a finales de septiembre. Pero actualmente S. Cosme es más conocido por ser un barrio un tanto marginal, como aquella primera cofradía de Provenzana.

A pesar de la mala fama debida a algunas circunstancias sobradamente conocidas, S. Cosme no deja de ser un barrio obrero como tantos otros que se alzan alrededor de las grandes ciudades. Sólo que el hecho de ser cercano al aeropuerto hace que sus edificios no sean excesivamente altos como otros barrios de este tipo. Pero S. Cosme tiene, además, algún tesoro poco conocido y no en exceso visitado como lo sería de estar en otro lugar.

Campanar de la parroquia de St. Cosme. El Prat. AGC, 2023

En primer lugar, está el Parc Nou un gran espacio natural del Delta con árboles frondosos que no fueron talados porque tan cerca del aeropuerto no se podría edificar, con diferentes áreas para jugar, hacer deporte, pasear, almorzar, refrescarse, bailar o meditar, todo eso he visto hacer hoy mismo, y como no, también se puede hacer fotos y se podría dibujar o pintar. Si aún no habéis estado os lo recomiendo.

Parc Nou, un espacio con mucha sombra. AGC, 2023

Enfrente mismo está la parroquia de los santos Cosme y Damián, con un campanario moderno que reclama nuestra atención, aunque todo es un conjunto moderno, pero armónico y bello que impide que nos vayamos sin recorrerlo todo, porque esa parroquia está inmersa en ese espacio natural que es de El Prat, pero dentro de St. Cosme, no lo olvidemos, un St. Cosme natural del que pocas referencias nos dan.

«La copa» de St. Cosme, una antigua torre de aigua. AGC, 2023

Afortunadamente para mí, era domingo por la mañana y las puertas de la parroquia estaban abiertas, y esta que mira, recoge y escribe y que normalmente persigue el románico y otras cosas antiguas se ha quedado encantada contemplando el relieve de nuestros médicos santos entre dos caballeros gigantes, la fiesta de antaño, con sus súplicas y peticiones y las actuales, con esa angustia existencial que no sabemos cómo expresar.

¿Y qué decir de ese plafón con una Piedad en medio del relato de los mártires? No os voy a dar datos sobre quién lo hizo, cómo y cuándo, espero poder transmitir la admiración que he sentido al encontrar este conjunto de volúmenes y colores entre el blanco destello del deseo de vida.

El bello mural de la piedad de St. Cosme. AGC, 2023

Ya me iba, cuando un cicerón espontáneo me ha preguntado si me ha gustado, le he dicho que sí y mi guía me ha indicado la figura de la virgen María,

  • ¿la moreneta?, he preguntado – sí, la he visto.
  • No, esa no, la otra la que está abajo con Jesús en el borriquillo.

He vuelto a entrar y desde la barrera, como en los toros, he visto las figuras procesionales de las que mi amable guía tanto orgullo sentía.

  • Gracias, son muy bonitas, pero bastaba con la sonrisa.
Figuras de religiosidad popular que mueven a la espiritualidad. AGC, 2023

He seguido la calle buscando el lugar emblemático conocido como “la copa”, una antigua torre de agua que ocupa el espacio de una antigua masía, porque esas sí que desaparecieron con la edificación del barrio. Antes de llegar me he encontrado con el mural que reclama no olvidar la violencia de género y he recordado aquel grupo de mujeres de St. Cosme que encontré en las redes: “Les dones sàvies”. Sí, hacen falta más voces de donas sabias, hace falta gente que las recoja y las de a conocer, gente que pinte sus rostros y fotografíe sus brazos y manos para que, como en un espejo, se nos adentre su mirada y nos mueva al deseo de dar más vida, de cuidar la vida.

Mural contra la violencia de género en St. Cosme. AGC, 2023

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, julio, 2023

A las donas sabias, comunicativas y pacificadoras de todos los tiempos

 La “torre del cap del riu” en las marismas del Llobregat (siglos XV-XVIII)

Pintura de 1826 de la torre del riu desfeta per les batalles feta per Adolphe Hedwige DE LA MARE (París 1793-1861)

La “torre del cap del riu” precedente del “faro del Llobregat” está vinculada, desde sus remotos inicios al Delta, a la unión del río y el mar, con las riquezas que genera y los problemas que comportaron. Las marismas del Prat, aunque dificultaban la vida a las gentes que vivían, generaban bienes preciados para reyes y magnates, como el comercio, el pastoreo, la caza o la pesca.

Hemos ido viendo en artículos anteriores:

  • La formación del Delta y el primer faro citado en el siglo X, relacionado con el antiguo “Castell de Port” de Montjuïc.[1]
  • La torre “Esllampegada” del siglo XII, que en el XIV se denominará Llampada y su relación con el Castell de Bellvís en la Torrassa.[2]
  • Las inundaciones del Llobregat y sus pasos (puentes y barcas) hasta el siglo XIV en el que los habitantes de las poblaciones empiezan a agruparse para hacer frente a sus problemas.[3]

Ahora recorreremos los últimos siglos previos al faro del Llobregat observando las dificultades de la vida en la zona que ya es El Prat de Llobregat.

En 1432 unas ordinaciones de Alfonso el Magnánimo regulan la pesca en el Llobregat. Cada día de la semana podían pescar, bajo el puente de St. Boi, las personas o núcleos acordados: El lunes el rey o su representante, el martes Provençana y El Prat, el miércoles Sant Boi, el jueves Viader y los suyos (el que tenía la concesión desde 1408 de la torre “Llampada”),[4] el viernes Cornellà, el sábado St. Joan Despí y St. Feliu y el domingo Molins de Rei.[5]

La riada de 1402 destruyó los molinos de Molins de Rei, ocupando todo el llano del Llobregat y la de 1509 destruye el puente de St. Boi dejando la zona incomunicada, ya que la barca, aunque se ayudaba de una cuerda entre ambas riberas, era insegura y no siempre se podía utilizar. Las inundaciones se suceden durante el siglo XV: 1410, 1447, 1459, 1463, 1475 y 1496. La Marina está frecuentemente encharcada. Entre 1448 y 1459 se consigna la aparición de balénidos muertos, el de 1458 constituyó todo un espectáculo con la presencia de tres o cuatro mil personas.[6]

1390 Ordinacions del rei Joan I sobre el manteniment del desguassos al Baix Llobregat

Como réplica al libre aprovechamiento de los pastos para los ciudadanos de Barcelona, muchas propiedades se vallan, como la “Dehesa de Bellvís” (mencionada en 1424) en manos de una familia barcelonesa rica, los Antich. La propiedad, de ciento cincuenta mojadas de terreno, la mitad de las cuales eran para el cultivo, estaban todas en la zona del final del río. El terreno, rico en vegetación y caza, se hace cerrar quedando legitimado su dueño a imponer sanciones y a retener los utensilios de caza, pesca o tala de quien entrara sin permiso. En 1512 la propiedad estaba muy repartida entre gentes de Esplugas, Sant Just y Sarrià, además de los Femades del Torrent Gornal y de Cornellá.[7]

El carrer Femades i la masia-museu Casa Serra entre L’Hospitalet y Conrnellà

La regulación de la pesca de la saboga generará conflictos violentos entre el Sr. de St. Boi y los municipios de Cornellá, L’Hospitalet y El Prat a los que se acabará reconociendo sus derechos en 1670. El cultivo principal durante siglos fue el de secano: cereales en esta parte baja, junto a algunos árboles frutales y el aprovechamiento de juncos, cañas y salinas.

Años 20, siglo XX, niño pescando en el Delta del Llobregat

A los peligros naturales se añaden, los que provocan las razias de naves enemigas. En 1456 galeras genovesas realizan una incursión en el delta robando ganado ovino. Un siglo después, en 1556, el día de St. Pere y St. Pau, cuando el Prat (la Illa de Banyols) celebra su reciente independencia (1540-1547) con su parroquia, atraca una galera saqueando las casas cercanas y llevándose trece personas, la mayoría muy jóvenes, aunque algunas serán rescatadas.

1580 Plano de Nicolau Cedensa

En 1564 se ordena reedificar la torre del cap del riu, instalando en ella una guarnición que había de proteger la ciudad (Barcelona). La torre, de piedra, comunicaría visualmente con otras que se alzaban en Castelldefels, con el mismo fin de defender las costas de los ataques de corsarios y piratas que encontraban en el delta un buen lugar para atracar, con lugares donde esconderse y proveerse de agua dulce y comida.

La Talaya de l’Hospitalet era una antiga torre del 1587 adosada a una masia: Can Modolell de la torre

Innumerables fueron las inundaciones y desbordamientos del río, en 1589 el obispo concederá licencia para derruir la iglesia parroquial del Prat gravemente deteriorada a causa de las riadas, mientras que la de 1617, “el año del diluvio”, será recordada especialmente puesto que se llevó las barcas de St. Vicenç dels Horts, St. Boi y El Prat, esta última con el barquero. Después de los desastres toca rehacer el terraplén, lo que supuso, en esa ocasión como en muchas otras, unos esfuerzos conjuntos dignos de recordar, no sólo físicos, también económicos y de organización política al servicio del bien común. En 1620 el terraplén ya estaba arreglado y la tierra más fértil. “Aquell any les festes del Corpus i de St. Roc, a càrrec de la confraria dels francesos, van tornar a tenir ballades amb la cobla de músics de Barcelona.”[8] Las fiestas serían inolvidables para aquellas gentes que vivían entre tantas penurias. En 1676 y 1678 se producennuevos desbordamientos del río “amb la collita, ja en sacs, treta de les cases i nedant cap a mar”.[9] También las sucesivas guerras causarán destrozos y apropiaciones de la torre.[10]

1697, la torre del rio en otro de los planos que e hicieron con las guerras que asolaron Barcelona

El ilustrado siglo XVIII será el de la búsqueda de una mejora en la salubridad, especialmente necesaria en estos terrenos aún pantanosos. Se ordena la construcción de barracas (1721), se exponen los problemas de salud pública vinculados al cultivo del cáñamo en el estanque del Port (1722) se proponen medidas en la constante lucha contra los desbordamientos del río (1726) o se menciona una comuna en el Ayuntamiento, donde estaba la primera escuela municipal (de niños, ya que las niñas se dedicaban a hacer bolillos o “puntes de coixí”, primera industria manufacturera de nuestra ciudad).

En este siglo encontramos mención al “hostalet de cap del riu” (1735), una barraca para vender pan, vino, aguardiente, aceite, pesca salada, nieve (hielo que se mantenía en pozos adecuados para ello) y demás comestibles necesarios para el sustento de la tropa, de pescadores o de cazadores que por allí pasen. En el cuestionario de Francisco Zamora de 1780 se explica que l’Hospitalet tiene una torre antigua con dos cañones de artillería y un destacamento de defensa.

1750 plano en el que aparecen Montjuïc y la Ciudadela a un lado y al otro de Barcelona

El cultivo del cáñamo, bien valorado económicamente, había creado problemas de insalubridad en el estanque de Port y se traslada a los del Delta, aunque pronto se emitirán quejas al respecto.[11] Entre finales del siglo XVIII y los inicios del XIX se dará una tímida pero progresiva reducción de los embalsamientos de agua, con la apertura de pozos y de canalizaciones, la mejora del regadío y la horticultura y los inicios industriales con la instalación de molinos harineros o textiles. Todo ello tendrá su auge a mediados del XIX, con el canal de la Infanta.

1918, quan l’Hospitalet encara tenia platja amb la torre del cap del riu

[1] La “torre del riu2 preludio del faro del Llobregat: 1. El Delta del Llobregat y los cauces del río: historiasdebellvitge.wordpress.com/2023/06/13/la-torre-del-riu-preludio-del-faro-del-llobregat/

[2] La torre “Esllampegada”, los milites y el final de la acción de las mujeres (siglo XII) https://historiasdebellvitge.wordpress.com/2023/06/14/la-torre-esllampegada-los-milites-y-la-expulsion-de-la-accion-de-las-mujeres-siglo-xii/

[3] El Llobregat, puentes y barcas en la zona baja del río: https://historiasdebellvitge.wordpress.com/2023/06/28/el-llobregat-puentes-y-barcas-en-la-zona-baja-del-rio/

[4] Codina, Jaume (1987). Els Pagesos de Provençana (984-1807). Societat i economia a l’Hospitalet pre-industrial. Publicacions de la Abadia de Montserrat, vol. I, p..263

[5] Codina, J. (1987), o.c., vol. I, p 285

[6] Codina, J. (1987), o.c., vol. I, p. 336-337

[7] Codina, J., o.c., vol. I, p. 251-252 (1408-1411), 264 (1414), 280 (1424) i 506 (1512)

[8] Codina, J. (1987), o.c., vol. II, p. 233

[9] Codina, J. (1994). Inundacions al Delta del Llobregat. R. Dalmau, ed., p. 26

[10] Domínguez, Manuel: Local Mundial, “El far del Llobregat” http://localmundial.blogspot.com/2017/01/el-far-del-llobregat.html

[11] Codina, J. (1987), o.c., vol. II, p. 602-607 y vol. III, p. 32-33 y 216-219

El Llobregat, puentes y barcas en la zona baja del río.

Arc de triumf i pont gòtic, estructures romanes i medievals reconstruides. AGC, 2022

En 1089 Guillem Bellit, con bienes en Barcelona el Vallés, Bages y Osona, deja un legado para el puente del Llobregat que estaba en obras.  En 1093 su esposa Aissulina dejará diversos bienes que tenía en Cervera, Barcelona y el Bages a sus hijos y a diferentes instituciones religiosas, también una parte para el puente del Llobregat.[1] En 1091 Ermengarda, dejaba bienes a su esposo, Guillem Bonfill, un alodio en “Arija” (Sarriá) a su hija Flaudina, un legado para el Hospital (no sabemos cuál) y otro para restaurar el puente delLlobregat.[2] Es un primer testamento de una mujer que dona para servicios públicos y no sólo a instituciones religiosas como era habitual.

El puente debía ser el puente romano de Martorell, el único que hubo durante siglos. Entre 1283 y 1295 el puente, conocido como de St. Bartomeu por la capilla románica de la que quedan algunos restos en un extremo, fue reconstruido. El arco gótico del puente es de posterior, así como el apelativo del “diablo” y sus leyendas.[3]

Restes de la capella de St. Bartomeu, a l’extrem del poble. AGC, 2022

Las inundaciones y los cambios de cauce fueron frecuentes en el Delta, como también la lucha para canalizar las aguas estancadas y minimizar los efectos de los desbordamientos del río con terraplenes. La primera riada documentada es de 1143, dos más conocemos de 1267 y 1283, aunque según Vives i Tort no provocaron la destrucción del puente de Martorell, como se ha dicho.

El río Llobregat también se podía cruzar en barca por Abrera, Sant Andreu y Sant Boi. En la zona deltaica o “Banyols” había algún vado, como el “Gual dels Tarongers”, en Viladecans, que permitía cruzar si el río no bajaba muy crecido. Posteriormente se habilitará una barca de pasaje que sufrirá numerosos percances. En 1234, en una permuta entre el rector de Sta. Eulalia de Provenzana, Pere de Vilar, y el sucesor deRamón de Guanagau y de Guillem de Sobarbar, caballeros, el camino del Medio que conducía a la torre de Banyols y a la ermita de Bellvitge, se describe como “Camí de la Barca de Banyols” porque llevaba al sitio por donde se podía cruzar el río para ir a la “Illa de Banyols” (El Prat) aislada desde 1211 cuando el Llobregat cambió de curso.

Riu Llobregat al seu pas per Martorell. AGC, 2022

En 1257 Jaume I crea la institución del “sometent” (milicias) y manda a los habitantes del Baix Llobregat que tengan armas para defenderse de ladrones y raptores, si no lo hacen serán castigados. En realidad, los que preocupaban al rey eran sus enemigos, los poderosos señores feudales de la zona y lo que buscaba con estas movilizaciones forzosas era tener un cuerpo disponible para los intereses reales. Esta institución se convertirá en el “sacramental” o cuerpo policial para proteger la ciudad. Cada población había de disponer de un número determinado de hombres al servicio de Barcelona y de sus costas.

En 1303 el Consell de Cent proyecta y hace construir un puente de madera en St. Boi. Una vez cruzado el río, un camino subía hacia St. Climent del Llobregat, Begues y Olesa de Bonesvalls, comunicando el Pla del Llobregat con el Penedès. Una vía de transporte de mercancías y de comunicación muy importante para el Pla del Llobregat y Barcelona, ya que propiciaba las peregrinaciones, los mercados y las guerras.

Carrer Pont a Sant Boi del Llobregat. AGC, 2021

La Ciudad Condal es propietaria, en 1327, de la barca de pasaje que arrienda, así como el puente de madera que se hizo en Sant Boi. Una parte de Banyols queda mejor comunicada con St, Boi. El Consell de Cent adquiere en 1335 el derecho de arrendar la barca del Prat, tal como hacía con el puente de St. Boi (destruido en 1315 y nuevamente en 1336)[4]. Este organismo impondrá los precios del pasaje para personas, animales y mercancías.

Home i cavall forasters, 2 diners; foraster a peu, 1 diner; barceloní i cavalcadura, 1 diner; barceloní a peu, 1 malla; centena de caps de llana, 10 diners; un porc, 1 malla; una truja amb porcells, 1 diner; un bou, 1 malla; una vaca amb vedell, 1 diner; naturals i eclesiàstics, francs.”[5]

En 1343 los de “l’illa de Banyols” actúan colectiva e independientemente del resto de parroquianos de Provenzana, para el establecimiento de la barca con las tasas establecidas por Barcelona.

La barca de pasatge del Prat tenia una sirga o corda per ajudar a traspassar el riu. Encara era utilitzada quan les inundacions destruïen els ponts.

Las franquicias de los ciudadanos de Barcelona provocan conflictos con los propietarios locales que se agrupan para resolverlos o minimizarlos. Los problemas llevan al inicio de los primeros ayuntamientos, denominados el “común” o la “universidad”, en los que estarán representados todos los estamentos sociales excepto la mujer, que sólo será considerada si es viuda, como cabeza de familia, algo que perduró durante el franquismo.

El siglo XIV es el de la gran expansión política y comercial por el Mediterráneo de la Corona de Aragón, de la que Catalunya formaba parte. El Cap del riu, enclave del antiguo puerto al abrigo de Montjuïc, cubierto entonces por la sedimentación del Delta, será lugar de partida de naves (1343, el rey Pedro “El Ceremonioso” hacia Mallorca contra Jaime III) y de llegada (1355, naves genovesas en su lucha por el control del comercio marítimo). El Delta ofrecía un lugar donde guarecerse por su vegetación, donde abastecerse de agua dulce y donde ejercer el pillaje.

Reproducció d’una galera genovesa

En 1990, durante las obras de construcción del canal olímpico, se halló un barco medieval (probablemente de la segunda mitad del s. XIV) que se dedicaba al transporte de pescado (seguramente en conserva, debido a las salinas del delta) y que debió hundirse en lo que entonces eran los humedales de la desembocadura del Llobregat. Se catalogó como el hallazgo número diez (“Les sorres X”) y actualmente está en el Museu Marítim de Barcelona.[6]

Vaixell medieval trobat a «Les Sorres» de Gavà al museu marítim. AGC, 2021

En 1390, con el rey Joan I, se aprueban unas ordenaciones para mantener el funcionamiento de acequias y desagües, un problema constante que necesitará trabajo y aportaciones económicas conjuntas. Los agricultores se agrupan para resolver sus problemas, como los conflictos por los pastos con los terratenientes de la ciudad, los esfuerzos constantes por frenar los desbordamientos del río o el hacer frente a las deudas que generan las guerras, renunciando a tener rebaños particulares y creando una “carnicería” única cuyas rentas se destinarán a estos fines. Más adelante se abrirán, con este mismo fin, algunos establecimientos como un hostal en la Carretera de la Bordeta y el horno en “la pobla” para los menestrales y jornaleros sin hogar.

L’hostal de la Bordeta, un edifici amb segles d’història que es va enderrocar fa poc temps.

[1] Baucells i Reig, Josep (1984). El baix Llobregat i la Pia Almoina de la Seu de Barcelona: inventari de pergamins. Generalitat de Catalunya, n. 1506 y 1593.

[2] Baiges, I., Feliu, G., et al. (2010). Pergamins de l’Arxiu Històric de la Corona d’Aragó (ACA) segle XI, de Ramón Berenguer II a Ramón Berenguer IV. Fundació Noguera, n. 233 i 234

[3] Vives i Tort, Miquel (2007) “Evolució històrica de la xarxa viària entre el Llobregat i el Foix”.

[4] Codina, J. (1994). Inundacions al delta del Llobregat. Barcelona: R. Dalmau, ed., p. 63

[5] Codina, Jaume (1987) Els pagesos de Provençana (984-1807). Societat i economia a l’Hospitalet pre-industrial. Publicacions Abadia de Montserrat, vol. I, p. 170

[6] VVAA (1992) Les Sorres X. Un vaixell medieval al canal olímpic de rem. Castelldefels, Baix Llobregat. Ed. Generalitat de Catalunya.


La torre “Esllampegada”, los “milites” y el final de la acción de las mujeres (siglo XII)

Mapa de Carreras Candi donde se puede ver la situación de las «Llanes Fenoses» en el margen izquierdo del río, donde estaría la «torre del río».

En 1079 Berenguer Ramón II (1058-1097) “el fraticida” y su asesinado hermano Ramón Berenguer II (1058-1082) se reparten los bienes heredados de su padre, entre los que encontramos un terreno con su mansión en Provenzana, los alodios de Port donde se alzaron “guardias” y los de Banyols, con las casas que habitó Mir Geribert (de la familia vizcondal) y sus pertenencias.[1] El término “guardia” hace referencia a una torre de vigilancia y comunicación.

Promotorio donde se alzó el «Castell de Port» desde donde se podía controlar las costas.

En 1134 el obispo de Barcelona establece a un clérigo en el Delta para que alce (o reconstruya) una torre de piedra y cal denominada “Esllampegada” que limitaba al sur con el mar, a poniente con un alodio del monasterio femenino de St. Pere de les Puel·les de Barcelona y al norte con la vía que iba a Banyols[2] (la vía Lanera de la que hablamos anteriormente).[3]

La propiedad de St. Pere de les Puel·les en esta zona (mas Guardiola), era una entre otras que tenía en Banyols, donde, en el siglo X y principios del XI encontrábamos la presencia abundante de mujeres junto al monasterio femenino y el canal de Amalvígia. En 1059 Bovet Renard dejaba una propiedad en Las Landas que limitaba al norte con el Vall Antic y al sur con el canal de Amalvígia.[4]  El territorio de “Landes” era el de la zona deltaica más cercana al río en Banyols o la Marina.

En 1147, en la segunda consagración del monasterio femenino de St. Pere, con Guisla de Llobregat (de una familia importante del Prat) como abadesa y la intervención de los obispos de Barcelona y de Vic, entre las muchas propiedades que se reconocen, aparece la “parroquia de Banyols” de Provenzana,[5] algo que no ha tenido la suficiente transcendencia en nuestra historia local, ya que “parroquia” conlleva, además de un señorío, una demarcación territorial.

El siglo XII es el de los “milites”, caballeros al servicio de una o varias instituciones laicas y religiosas. La preponderancia de las órdenes religioso-militares: Temple, Hospital y Santo Sepulcro y de otras propiamente religiosas como la reformadora del Císter (Valldaura del Vallés) o las canónicas, acaba con la acción femenina de lugares codiciados, aunque sea la de órdenes reconocidas como St. Pere, a las que se controla, reduce y somete.

La mitad de los habitantes de Provenzana del siglo XII son caballeros, algunos de sus descendientes serán los primeros masoveros o propietarios locales. En 1162 Aimeric de Perusia (Italia) daba al monasterio de Valldaura de Cerdanyola, para hacerse monje, un mas a Les Lanes que había comprado en 1157. Ramón y Ermesenda venden, en 1168, al prior de Valldaura, un mas en el mismo lugar que limitaba con una laguna al norte, el mar al sur y con propiedades de los monasterios de Santes Creus (al que se incorporó Valldaura del Vallés) y de Sta. Eulalia del Camp. En 1266 Pere de Ferrán da al prior de Sta. Anna (donde estaba adscrita la orden del Santo Sepulcro) el mas de Lanes, con una torre, un palomar, hombres, mujeres y censos.

Carrer de St. Pere on les germanes de St. Pere tenien esglèsia al seu càrrec, de la que ja no queda més que el nom. AGC, 2021

También de la segunda mitad del siglo XII, serán las primeras menciones a los Bellvís que tendrán en la Torrassa una concesión de los condes de Urgel y de Barcelona por su participación en las conquistas por tierras de Lérida. Encontramos a los Bellvís firmando diversos documentos relativos a las órdenes del Temple y del Hospital, siempre al servicio condal i/o real.

Castell de Bellvís a la Torrassa (L’Hospitalet de Llobregat), desde donde se alcanza a divisar la Marina y el mar. AGC, 2022

En 1198 Pere de Bellvís firma, junto a Pere, sacristán de Osona y otros caballeros, un documento por el que se concede a la orden del Hospital parte de un canal que traía aguas del Llobregat, donde había algunos molinos del rey, para que lo prolonguen hasta Montjuïc y lo exploten, a cambio de que el monarca reciba la cuarta parte de los réditos.[6]

El Castell de Bellvís, como la Torre Blanca, tenía jurisdicción propia. Los Bellvís, encargados de “la defensa de la Marina”, recibían diezmos de los campesinos de los alrededores y de las parroquias de Sta. Eulalia de Provenzana y de St. Bartomeu de Sants. Aunque disponen de numerosas propiedades, no actúan como terratenientes, son militares y parecen asumir las funciones que anteriormente realizaba el Castell de Port, ahora en manos de particulares. La primera “casa fuerte” de Bellvís (siglos XII-XV) ya disponía de aspilleras y fosos abiertos.[7] El último descendiente de los Bellvís en Provenzana venderá o traspasará las propiedades a la cartuja de Montalegre en el siglo XIV.

Espitlleres del Castell de Bellvís, AGC, 2022

Hasta 1211 no había separación entre El Prat o Llanera y el actual Bellvitge. Pero en 1211 un nuevo cambio de cauce forma la Illa del Prat, dejando aislado este sector que en el siglo XVI se independizará de l’Hospitalet.

En 1408 Pere Palau establece a Arnau Viader (otra notable familia de El Prat) en la torre “Llampada”, en Les Landes o “Llanes”.[8] Esta torre (Esllampegada o Llampada) es el preludio del actual faro del Llobregat o “torre del cap del riu” reedificada en el siglo XVI para proteger de los ataques de piratas y corsarios. La mujer en estos tiempos ya va estando sometida a la familia o al claustro.

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, 14-06-2023

A quienes escuchan las voces que reclaman justicia histórica en nuestros lugares emblemáticos, como el Castell de Bellvís o el faro del Llobregat.


[1] Baiges, Feliu i Salrach (dir.) (2010). Pergamins de l’Arxiu Històric de la Corona d’Aragó, segle XI, de Ramon Berenguer II a Ramon Berenguer IV. FN, ACA, 48-51, n. 99

[2] Mas, Josep, (1909-1914). Notes històriques del bisbat de Barcelona. Rúbrica dels Libri Antiquitatum de la seu de Barcelona (LA), n. 1438

[3] García-Carpintero, Àngels: https://historiasdebellvitge.wordpress.com/2023/06/13/la-torre-del-riu-preludio-del-faro-del-llobregat/

[4] Baucells et. al., o.c., ACB, n. 993

[5] Paulí, A. (1945). El real monasterio de Sant Pere de les Puel·les de Barcelona, p. 189-193

[6] Miret i Sans (1910=, Les cases de templers i hospitalers a Catalunya, p. 229

[7] Geladó, Adriana i Salvadó, Ivan (2010) “Del Castell de Bellvís a la masia de la Torrassa”. Actes del IV congrés d’arqueologia medieval i moderna a Catalunya.

[8] Codina, Jaume (1987). Els Pagesos de Provençana (984-1807). Societat i economia a l’Hospitalet pre-industrial. Publicacions de la Abadia de Montserrat. Vol. I, p. 263

La “torre del riu”, preludio del faro del Llobregat

1. El Delta del Llobregat y los cauces del río

En aquesta imatge es veu els diferents nivells del relleu de l’Hospitalet, amb la zona de Marina o deltaica, a redós de Montjuïc i el Samontà.

La “torre del río”, en el margen izquierdo de la desembocadura del Llobregat, se construye en el siglo XVI para defender las costas de los ataques de piratas y corsarios. En realidad, se re-construye aprovechando los fundamentos de piedra de una antigua torre que debía hacer funciones de vigilancia y comunicación.

Para situarnos en el contexto previo a esta edificación debemos tener en cuenta que el Delta del Llobregat se fue formando entre los siglos V-XV con los sedimentos que traía el río, por lo que la línea de la costa fue variando. “El Delta creixia, ja des d’abans de l’època romana, pel sector oriental, a recer de la muntanya de Montjuïc”.[1]

Formació del Delta entre els segles V-XV

La zona portuaria más comercial se daba (siglos IV AC-V DC) en la antigua línea de la costa y cerca del final de río que en tiempos fue navegable y donde las embarcaciones podían encontrar agua dulce, en lo que se conoce como Les Sorres de Gavà. En 2018 se restauró la villa y la cisterna romana de Can Valls.

“L’activitat en aquest port de les Sorres començà cap al segle IV aC, encara en època ibèrica, i devia tenir el moment àlgid d’activitat la segona meitat del segle I aC i la primera meitat del segle I dC, quan els habitants de Barcino van impulsar la producció i comercialització del vi de la Laietània, arribant potser a esdevenir, a finals del segle I aC, la seva activitat econòmica més important”.[2]

Cisterna romana de Can Valls, Gavà. AGC, 2022

En los años sesenta del siglo XX, la extracción masiva de piedra y arena hizo que se perdieran muchos restos arqueológicos de la zona, sin embargo, el empuje y la dedicación de algunos estudiosos locales lograron sacar a la luz diferentes restos de barcos y de materiales de almacenamiento como ánforas que son una muestra de esta actividad comercial.[3]

Por otra parte, el curso bajo del Llobregat cambió en ocasiones de cauce, desdibujando antiguos caminos o marcando otros. Uno que había desembocado cerca de Montjuïc, formando un pequeño puerto, ya no estaba vivo desde el s. VIII y había generado el estanque del “Port”, alrededor del cual se edificarán algunas casas en el espacio conocido como “Círculo”. En época romana, se embarcaba desde aquí la piedra de Montjuïc para amurallar Barcino.

En el siglo X la familia vizcondal se instala en el Castell de Port controlando la actividad portuaria comercial que se seguía dando cerca de la desembocadura del río donde atracan embarcaciones buscando refugio y agua dulce. En 963 se menciona «el faro», a poniente de Montjuïc.[4]  Este faro o torre de vigilancia establecería comunicación con el Castell de Port y con otros puntos elevados cercanos como el de la “Peña del moro” de St. Just.

Restes del castell de Port a Montjuïc, AGC, 2021

Al sur de la ermita de Bellvitge (Banyols), otro brazo del río que ya no tenía salida al mar, el “Llobregadell vell”, también había formado un estanque, que en estos tiempos y seguramente gracias al canal de Amalvigia (citados ambos en 995) se iba desecando favoreciendo los cultivos y pastos y facilitando la vida.

La zona de Banyols cercana al Castell de Port de Montjuïc (la Marina de l’Hospitalet), bajo la casa vizcondal hasta mediados del siglo XI, tendrá un dinamismo comercial que contará con la intervención de las mujeres en los siglos X- XI y que nunca se dará alrededor de la parroquia de Provenzana.

Otro antiguo cauce había formado el estanque conocido como Llanera (entre El Prat y St. Boi), mencionado en 965. La vía Lanera iba desde los prados de Lagunaria, Lannaria o Landas (garrigas), atravesando Banyols, hacia “Enforcados” (cruce de caminos entre Provenzana, Montjuïc y Sants), también era conocida como “Carraria Bovatera” porque era un camino ganadero que seguía un antiguo cauce del río que corría de poniente a oriente, conectando el trasiego comercial de los rebaños que bajaban por el río con la ciudad. En 1210 este camino se denominará el del Medio (actual carretera del Medio), alrededor del cual se instalan numerosas masías.

Plànol 1782, el «camí» de la Barca, actual carretera del Mig, era un camí que va deixar un antic curs del riu que corria paral·lel al camí ral.

[1] Gibert Rebull, Jordi (2013). A l’ombra de Barchinona. Antecedents i gènesi de la societat feudal a l’entorn del delta del Llobregat (segles VI-XI), p. 26.

[2] Informació del museu de Gavà sobre la vil·la romana de Can Valls de Gavà.

[3] Izquierdo i Tugas, Pere (2013) “L’ancoratge de les Sorres: el port de la vall del Llobregat”.

[4] Feliu, Gaspar (1971) El dominio territorial de la Sede de Barcelona (800-1010). Tesis UB, I: obra y II: documentación, n. 30

L’Hospitalet de Llobregat: dues Santa Eulàlia?

Sta. Eulàlia Provençana. AGC, 2019

Les llegendes martirials (“martyr” prové del grec i vol dir testimoni) ens han arribat plenes d’excessos i d’informacions creuades. Són històrics aquests fets:

  • Les persecucions als cristians durant els primers anys del cristianisme. Les últimes van ser les decretades per Dioclecià i executades a la Península per Dacià entre el 303-304 de la nostra era.
  • El culte a les figures martirials i les seves relíquies promogut des de les antigues esglésies visigòtiques, afavorint les peregrinacions.
  • Algunes restes arqueològiques i algunes dades documentades.
La màrtir Eulàlia i St. Jaume, un sant associat al culte dels màrtirs. Interior de l’ermita romànica de Provençana. AGC, 2019

De la màrtir emeritense de dotze anys, Eulàlia, tenim aquestes referències:

El Governador Aurelio Prudenci Clement (348-410), probablement de Calahorra, cristià i poeta al final dels seus dies va escriure catorze poemes, inspirats en les actes martirials, que es van publicar el 404 amb el nom de “Peristephanon liber”, un d’ells està dedicat a la màrtir Eulàlia. Arribat fins els nostres dies, el poemari, pròxim temporalment als fets, dona compte de l’antiguitat del seu culte i fa probable que existís una Eulàlia executada a Mérida durant les persecucions.

Aquests himnes es van propagar per Europa i el Nord d’Àfrica, fent-se ressò d’ells pràcticament tots els textos posteriors, com els de St. Agustí, St. Gregori de Tours, l’oracional visigòtic de la litúrgia mossàrab o la mateixa litúrgia catòlica, així com l’imaginari iconogràfic de diverses èpoques i estils. Tant els escrits com les imatges pretenen oferir un model, en aquest cas el de la noia verge que s’enfronta al poder donant raó de la seva fe.

Romanç o «seqüència» de Sta. Eulàlia, any 880

El segon text és del 635: “La vida de los Santos Padres emeritenses” que, inspirat en una història del segle IV, relata la “passió Sancte Eulalie Vigines”. Si d’aquesta narració traiem les dades màgiques i/o dubtoses del martiri i ens fixem només en noms, fets i circumstàncies, trobem elements que mostren arrels històriques poc conegudes:

  • Al text es menciona Calpurniano, governador de Lusitania, com a jutge del procés contra la noia Eulàlia i s’han trobat restes arqueològiques que corroboren la existència d’aquest personatge.[1]
  • Un fet curiós, i més per a nosaltres, és que Eulàlia viatjava amb una altra verge que la tutelava, Júlia, a Promtiano, a trenta-vuit milles de Mérida, al lloc de Lusitania que limitava amb la Bètica.[2]
  • També trobem un mestre, “Donat” i un confessor (només els bisbes ho eren), Félix, al davant de la comunitat de verges en Prontiano.

El nom de Donat remet al donatisme, una corrent cristiana del nord d’Africà (Cartago, Numídia…) que promulgava un rigor més gran entre el clergat. Finalitzades les persecucions, continuaren rebutjant el domini de l’Emperador. Sentint-se hereus dels màrtirs, no acceptaren el bisbe escollit, Cecilià, al que consideraven “traditor”. Cecilià, ardiaca quan el bisbe anterior (Félix) abjurà per eludir el martiri, va lliurar els llibres sagrats que Dioclecià manà eliminar. El conflicte entre els partidaris del bisbe Donat i els de Cecilià s’estén. Els emperadors, caps de l’església, condemnen el “donatisme” com a heretgia. L’església perseguida es torna aviat perseguidora dels seus propis fidels.

St. Agustí amb els donatistes. Il·lustració a la capilla dels invàlids. Viquipèdia.

Darrera dels moviments que la imaginació fa créixer, sempre n’hi ha les condicions materials de la existència, com va ser en aquell cas la llunyania d’una zona immersa en lluites tribals, respecte d’un poder centralitzat que només els considerava per a recaptar impostos i hosts.

El viatge de dues donzelles, una més joveneta acompanyada d’una altra que la tutela, remet a les comunitats femenines dels primers temps amb donzelles, dones consagrades i vídues que encara no seguien una regla fixada.

Amb la entrada de les tribus nord-africanes a la Península, alguns cristians es converteixen a l’Islam i uns altres continuen amb la seva fe (mossàrabs) pagant un tribut més alt per a mantenir les seves esglésies. Alguns d’aquests fugen al nord peninsular amb una part de les relíquies dels seus màrtirs, propagant el seu culte i propiciant les peregrinacions.

El text del 660, atribuït al bisbe Quirze de Barcelona, d’una Santa Eulàlia de Barcelona, és una recreació del poema de Prudenci. El 2004 l’església la va treure del martirologi deixant-la com a santa popular.

Representació de la Santa Eulàlia barcelonina

I arribem a Santa Eulàlia de Provençana, anomenada així el 986 quan el Comte Borrell ven a Aurúcia Deodicada un terreny a Banyols, al lloc conegut com «Torres», «in termini de Sancta Eulàlia Provinciana», que limitava amb terra que havia estat d’Ilia i de Just, el prat de Port (Montjuïc) i terres de la mateixa Aurúcia que havien estat d’Honerada Deodicada i dels seus fills, «dona que va ser de el jutge Deudesin i monjo en l’actualitat».[3] Els matrimonis que, al final dels seus dies, viuen en castedat i/o es fan monjos, eren una realitat en aquells temps. El lloc de “Torres” era a Espodolla (actual ciutat de la justícia).

Tot i que el 908 es fa esment de la “vila Proventiana”, la de 986 és la primera referència a un culte i apareix vinculat a dones que tenien cura de les esglésies i dels enterraments fins que l’església va acabar amb la seva tasca.

La troballa casual d’un cap de Medusa sota la rectoria propera a l’ermita de Provençana indica que podria haver-se establert una església visigòtica sobre una necròpolis romana, com va passar a molts llocs, però no s’ha fet mai una recerca arqueològica. El nostre topònim de Provençana sembla derivar d’un Proventius, que seria el propietari d’una vil·la romana, però això és una hipòtesi, n’hi ha massa similitud entre el topònim “Promtiano”  i el de “Provintiana”, com per no preguntar-nos si no podria ser aquest l’origen. Per una altra banda, el culte a Sta. Eulàlia de Provençana hauria pogut arribar a nosaltres des de Provença, que aviat es va fer ressò de la màrtir emeritense.

Cap de medusa trobat a principis del segle XX durant unes obres a la rectoria de provençana. AGC, 2020, Museu Arqueològic de Catalunya

La Catedral de Barcelona va ser consagrada en 1058 sota les advocacions de la Santa Creu (la que ja tenia) i Sta. Eulàlia (de Barcelona, de la que el bisbe Frodoí va dir, el 878, que “trobà” les seves restes a Sta. Maria de les Arenes (o del Mar) i no a l’Agris Provincialis» (Sta. Eulàlia del Camp) on les havia buscat prèviament. Amb aquestes “troballes”, de nou romanitzades, l’església franca s’imposava eliminant tot vestigi de l’anterior litúrgia visigòtica-mossàrab.

La primera església i parròquia de Sta. Eulàlia de Provençana, al barri d’aquest nom, està sota l’advocació de la màrtir de Mérida ja que l’himne de Quirze no va tenir ressò fàctic fins la consagració de la Seu. La posterior de Sta. Eulàlia de Mérida (segle XV-XVI), al barri del centre, també, no només perquè dugui aquest nom, sinó perquè la volgueren posar sota la invenció barcelonesa, però finalment es va decidir que seria consagrada a l’única que pot ser autèntica.

Evolució de l’escut de l’Hospitalet a una revista de 1969 de l’Ajuntament. Amb els símbols de la palma i de la creu barcelonina de Sta. Eulàlia. Forma part del procés iconogràfic.

Quines conclusions podem treure?

  • Si n’hi hagué una màrtir Eulàlia, va ser la de Mérida
  • La de Barcelona és una “inventio” o recreació sobre els primers textos
    • Els mites, com el de la medusa, en els que les dones podem trobar reflectida la nostra força (de la mirada en aquest cas), degeneren en llegendes que el patriarcat aprofita per a manipular consciències
  • La primera vida monàstica femenina, de la que en tenim molt poques referències a les nostres terres es troba documentada als petits i concrets detalls d’alguns documents i escrits.

Als que indaguen en la història, l’art i la cultura, destriant els petits detalls.

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, 20-05-2023


[1] Castro Mateos, A. (2012) “La construcción de lo sagrado. Santa Eulalia de Mérida y su extensión por el Levante español”. Tesis. Universidad de Cáceres.

[2] Sabio González, R. “Eulalia de Mérida y la villa de nombre Ponciano o Prontiano” en: Eulalia (Mérida, 2017)

[3] Descarrega i Martí, Francesc. Santa Eulàlia de Provençana. Segles X-XI. (documentació). Disponible a la web del Museu d’història de l’Hospitalet, doc. 6

Itinerari per la història de les ermites de Montserrat

Montserrat des de Sta. Cecília al nord del massís. AGC, 2021

Les capelles i ermites properes a la basílica de Sta. Maria es troben a banda i banda del torrent “Mala” o de Sta. Maria. La regió sud és coneguda com a Tebes i la banda nord, Tebaida, noms que remeten al primitiu monaquisme que va néixer a Egipte.

La basílica-monestir de Montserrat. Foto: Dani Ortí, 2023

La majoria es bastiren a partir del segle XV, en coves i balmes de difícil accés. La més propera al monestir és la de Sta. Anna (de 1498), en podem veure les runes on s’estan fent excavacions. És prop del “camí de totes les ermites” que, des del monestir, pel “pas dels francesos”, duia a la més llunyana habitada, St. Jeroni. Sta. Anna era la parròquia dels ermitans, a la seva plaça  baixaven diumenges i festius a celebrar, si no es feia missa solemne a Sta. María.

Sta. Anna, runes, excavacions i obres. Dani Ortí, 2023

Prop de St. Jeroni n’hi havia una ermita anomenada “Sta. Maria la més alta o del Tabor”. St. Jeroni va ser edificat o restaurat al segle XVI i reconstruït el 1891. Aquí n’hi havia el pou de glaç que conservava la neu pel monestir. Fins aquí arribava l’aeri durant el segle XX.

St. Jeroni. Dani Ortí, 2023

Les ermites tenien diverses estances, oratoris propers dedicats als pelegrins i altres construccions com cisternes i horts. Dues van ser utilitzades com a lloc de repòs, la de la Sta. Creu i Sta. Helena (mencionada el 1408 i reedificada el 1965) i la de St. Benet, ambdues a Tebaida, prop del monestir.

St. Benet tenia un altar dedicat a Sta. Escolàstica, els dos germans fundadors benedictins. L’actual capella és de 1927 i està adossada a l’antiga de 1536, de la que només queda una paret i la cisterna.

St. Benet, a un costat, una gran roca i a l’altre, el que queda de l’antiga capella, un mur, les escales i la cisterna. Dani Ortí, 2023
Canal fet a la roca de la cisterna de St. Benet. Foto: Ramon Solé https://fontsaigua.wordpress.com/2017/12/07/la-font-cisterna-de-lermita-de-sant-benet-de-montserrat/

Les mencions més antigues esglésies de Montserrat són dels segles X-XI. Aquestes apareixen vinculades als castells de terme i es situaven en llocs més accesibles, prop dels camins. Montserrat va suposar una enorme fita de l’avanç comtal des d’Osona-Manresa envers les terres del Penedès i la manera d’assegurar el seu domini era mitjançant l’església que organitzava les parròquies des dels monestirs i les Canòniques.

Entre el 889-890 els reis francs donen els drets fiscals de Manresa a St. Pere de Vic. El 925 el bisbe de Vic cedeix al monestir de Ripoll els delmes de St. Pere de Vilamarics (“Vila Milech”), bastida sobre un emplaçament romà entre St. Vicenç de Castellet, Castellbell i Marganell, de la que només queden unes restes.

Marganell, AGC, 2022

En 933 els Comtes Sunyer i Riquilda de Tolosa donen al monestir de Ripoll les esglésies de Sta. Maria, St. Iscle, St. Martí i St. Pere, les primeres “al cim”, al lloc on es bastirà la basílica, i les dues últimes al peu de la muntanya. Tot i ser petits cenobis, Ripoll les tindria com a simples propietats agràries. La capella de St. Iscle i Sta. Victòria, sants venerats a la Hispània visigòtica, va ser reconstruïda i es troba dins del jardí dels monjos. De St. Martí es desconeix l’emplaçament i el de St. Pere és confús, sembla que seria el de.St. Pere de Monistrol, però no s’ha trobat l’emplaçament. L’any 951 el papa confirma al monestir de Ripoll las propietats de Manresa “amb els seus monistrols i les seves pertinences”.[1]

St. Iscle i Sta. Victòria, postal antiga, arxiu Rasola.

El monestir de Sta. Cecília, més antic que el de Montserrat (documentat en una donació del 900), va ser dotat en 945 pels mateixos Comtes Sunyer i Riquilda i fins la mort d’aquesta, el 956 (igual que St. Pere de les Puel·les de Barcelona). Cesari (-982) és el primer abat reconegut. El 943 havia comprat a la seva tia Druda i al seu cosí, Ansulf, per deu unces d’or, un alou al terme del castell de Marro de Manresa, on n’hi havia la domum de Sta. Cecília (el terme “domum” implica una comunitat) per damunt del lloc anomenat «Monesteriolo«. El 957 el bisbe de Vic, Guadamir, consagra aquest monestir, amb la condició de que segueixin la regla de St. Benet, restin sota l’obediència de Vic i li canviïn el nom al de St. Pere, però la veneració popular va aconseguir que el nom de Sta. Cecília perdurés. Dels litigis per la propietat de Sta. Cecília ja en van parlar.[2]

Sta. Cecília de Montserrat, AGC, 2021

L’abat Cesari és conegut per auto-proclamar-se arquebisbe en 956, tot i que no va ser reconegut. En 970 ho va aconseguir el bisbe de Vic, Ató, però va morir assassinat l’any següent.[3] Els conflictes interns entre les institucions de la mateixa església i d’aquesta amb els feudals són més freqüents que els que es donaren amb els sarraïns.

El castell de Marro és un dels castells termenats (marquen un terme) de Montserrat, amb un nom que remet al domini islàmic. L’edifici del castell subsistí fins la segona meitat del segle XV. Tenia dues torres, dos ponts de balança i una cisterna excavada a la roca. Sota aquest castell es bastirà la capella de St. Dimes (Tebaida) damunt del rocam, a la que s’accedia per una escala. L’ermità de St. Dimes amagà aquí la imatge de la marededéu durant la invasió francesa.[4] Aquesta ermita va ser reconstruïda el 1892 i recentment.

St. Dimes sota el castell de Marro. Gravat antic

La vila de Monistrol prendrà aquest nom al segle XIII, quan trobem anomenada la Bestorre, des d’on es controlava el pas per l’antic pont romànic. Algunes ermites s’esmenten en aquest temps de la reforma benedictina del Cister. Són les de St. Antoni (reedificada en 1490) i  St. Salvador o “cova de les cabres”, a Tebaida, i la de St. Joan Baptista. Totes elles eren en balmes i devien ser molt més senzilles que les que es referen al temps del gòtic. Guillem d’Humboldt (1767-1835) descriu la de St. Salvador, en 1800, “com un gàbia d’ocells[5]

St. Salvador. Dani Ortí, 2023

A la regió de “Tebes” podem accedir amb el funicular de St. Joan (1918), on les trobarem properes a la capella del mateix nom (bastida en 1869). En balmes contigües es troben la de St. Joan (documentada des de 1420) i la de St. Onofre habilitada en mig de dues columnes de roca. Si St. Salvador era com un niu, la de St. Onofre serà, per a Guillem d’Humboldt, “com un gàbia d’ocells[6].  

Capella i mirador de St. Joan, darrera estan les balmes o eremitoris. Dani Ortí, 2023

Molt a prop n’hi havia la de St. Jaume de la que en queden restes del mur penjat a la roca. A sota, ben amagada, Sta. Catarina i a dalt, la de Sta. Magdalena (reconstruïda el 1498) “furiosament combatuda pels aires”.[7]

Sta. Magdalena es menciona el 1042 com a capella del castell d’Otger, del que no en tenim informació ni en sabem l’emplaçament. Trobem esment d’ambdós noms junts en un programa de la reforma gregoriana dels monestirs. Aquesta regió, coneguda com “les magdalenes”, pertany a Collbató.

Sta. Magdalena, gravat antic

A Collbató podem veure les úniques restes d’aquells primers castells. El 999 els vescomtes de Barcelona, Udalard i Riquilda, fan donació d’uns alous que tenien al castell de Bonifaci o de La Guàrdia a la domum de St. Miquel de Montserrat que limitava amb el torrent Mal al nord, el riu Llobregat i Esparraguera a l’est, Hostalets de Pierola al sud i Sta. Maria del Bruc a ponent. El terme d’aquest castell, en mans dels vescomtes i del bisbat de Barcelona, abastava Collbató i El Bruc.

Restes del castell de Collbató. AGC, 2023

En 1048 el bisbe Guislabert (de la família vescomtal) consagra la capella de St. Miquel de Montserrat posant-la sota la Canònica de Barcelona. Al límit nord s’esmenta Sta. Maria (Montserrat) que devia estar refent-se. Al seu testament de 1062, deixa les capelles de Sta. Margarida de les Amenolelles i de St. Corneli de “Collo Betone” (Collbató) a St. Miquel i, conseqüentment a Sta. Maria.[8] La creu de terme de la plaça de St. Miquel indica el lloc d’entrada i sortida pels romeus de Collbató. La capella s’alçà de nou sobre l’antiga en 1870. L’edifici actual és del segle XX.

Antiga ermita de St. Miquel. Arxiu Rasola.

Els senyors de La Guàrdia, descendents de la família vescomtal, seran els feudals de la zona. “La Guàrdia sobre el Bruc”, documentada des de 931, s’anirà diferenciant de Collbató erigint el seu castell (actual “masia castell). Els La Guàrdia traspassaran, entre 1221 i 1224, l’església de St. Miquel de Vilaclara (El Bruc) a Sta. María de Montserrat amb el castell i la vila. El lloc de Vilaclara s’esmenta per primer cop en un establiment que fa St. Cugat en un alou amb torre al lloc de Vilaclara de Sta. Maria del Bruc.

Can Jorba, en el camí a la masia Castell de El Bruc i a Montserrat. AGC, 2023

El nombre de les ermites que es mencionen a les indicacions de les rutes[9]  varia entre dotze i quinze, ja que alguns consideren que s’hauria d’incloure la de St. Miquel i la Sta. Cova, però són més les que han existit i s’han perdut.

Ruta de les ermites. Tot Montserrat. cat

A la Sta. Cova, refeta el 1864, és on la tradició diu que es va trobar la imatge de la marededéu, però l’únic que sabem del cert és que la Verge Bruna hi era el 1341, quan es va consagrar l’altar de Sta. Maria. La talla, d’un romànic tardà, és, com altres d’aquesta època, una “Theotokos” o majestat que, asseguda al tro, és ella mateixa un tro per l’infant. Mare i fill duen la bola del món a les mans. La imatge bruna és pròpia dels pelegrinatges que des de l’orient passaven pel nord d’Àfrica. En aquesta època ja es coneixia la escolania. Prop d’aquesta cova-ermita trobem la figura d’un St. Domènec, un sant d’aquests temps en els que la esglèsia permet només quatre ordes mendicats i predicadors.

La figura de St. Domenec a la baixada a la Sta. Cova. AGC, 2014

Alguns noms duen confusió per estar duplicats o per fer referència a oratoris propers, com el de St. Pere. El 1868 Joan Martí, prevere, escriví:

“Des de Sta. Caterina i a un tret de ballesta per la banda de migdia, hom descobria les runes de la capella de St. Pere amb la seva bona cisterna treballada en la pedra, única cosa que quedava de l’ermita, a més d’un arc de la porta d’entrada”.[10]

Una de les cisternes que aprofitaven l’aigua de pluja. Foto: Ramon Solé

Entre 1493 i 1811 els monjos benedictins de Valladolid es feren càrrec de Montserrat, a disgust de molts. D’aquests temps són les llegendes sobre els ermitans, però també els llibres de viatges amb referències literàries evocadores dels llocs. Montserrat va ser un dels primers llocs en tenir impremta. Totes van ser destruïdes a la guerra del francès, la majoria es referen, però la vida eremítica va ser suprimida en 1822, degut a uns fets luctuosos succeïts a la capella de la Trinitat (coneguda des de 1400).

Pou-cisterna de La Trinitat, on es va trobar el cadàver de l’ermità, Foto: Ramon Solé: https://fontsaigua.wordpress.com/2018/01/23/la-font-cisterna-de-can-trinitat-a-montserrat/

Als segles XIX-XX es bastiran o rehabilitaran algunes que actualment són utilitzades com a refugis.

St. Antoni, habilitada com a refugi c’excursionistes. Dani Ortí, 2023

Primeres ermites esmentades en orde d’aparició als documents:

900     Sta. Cecilia (castell de Marro)

925     St. Pere Vilamarics    (entre St. Vicenç de Castellet, Castellbell i Marganell)

 933     Sta. Maria, St. Iscle, St. Pere i St. Martí (“al cim” i “al peu” de Montserrat)

 986     St. Pau Vell (El Bruc) (St. Pere de les Puel·les)

 999     St. Miquel de Montserrat (Collbató, castell de Bonifaci o la Guàrdia)

1042    Sta. Magdalena (castell d’Otger)

1068    Sta. Margarida Amenolelles i St. Corneli de Collbató

1068    Sta. Maria del Bruc i el lloc de “Vilaclara” (St. Cugat)

Montserrat des de Collbató, AGC, 2023

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, L’Hospitalet, 3-5-2023

Als excursionistes que gaudeixen de la muntanya i en tenen cura


[1] Benet i Clarà, A. (1982) “El Bages nucli de vida monàstica de tradició visigòtica?”

[2] García-Carpintero, M. Àngels (2021) Històries des de Bellvitge: Santa Maria i Santa Cecilia de Montserrat, disputes i litigis (segles X-XI) https://historiasdebellvitge.wordpress.com/2021/04/27/santa-maria-de-montserrat-i-santa-cecilia-disputes-i-litigis-segles-x-xi/

[3] Martí, Ramon (1994) “Delà, Cesari i Ató, primers arquebisbes dels comtes-prínceps de Barcelona” (951-953 / 981) Analecta Sacra Tarraconensia, vol. 67. 1

[4] Amics de Montserrat (1967) Ermites i fonts montserratines. Granollers: Montblanc, p. 44

[5] Amics de Montserrat, o.c., p. 27

[6] Amics de Montserrat, o.c., p. 71

[7] Amics de Montserrat, o.c., p. 24

[8] Ruiz-Domènec, J. E. (2006). Quan els vescomtes de Barcelona eren. Història, crònica i documents d’una família catalana dels segles X, XI i XII. Fundació Noguera, n. 13, 69 i 122.

[9] Ermitanda. La ruta de les ermites de Montserrat. Fotos de Cesc Cots https://ermitanda.wordpress.com/descripcio-de-la-ruta/

[10] Amics de Montserrat, o.c., p. 182

El caballero románico de St. Pau de El Prat, las trovadoras y el amor cortés.

La figura romànica de St. Pau de El Prat

De la ermita de Bellvitge, del siglo XI como mínimo, no se conoce la advocación hasta la de la marededéu de Bellvitge (siglo XIII), es probable que anteriormente fuera la de St. Pere, ya que se encontraba equidistante de la desaparecida ermita de St. Pau, de la que sólo nos queda una pequeña y bellísima talla y sabemos que, siempre que hay un St. Pau, hay un St. Pere.

En el s. XII en Occitania y en el Norte de Italia se inicia el tiempo del “amor cortes” el de los cantos a un amor que pretende domesticar al caballero que lleva a su amada en el pecho y va a librar batallas. Nos ha llegado algo en forma de poemas y romances, pero también en cartas y leyendas. Las trovadoras escribían sobre las buenas maneras del amor y los desasosiegos del desamor en lengua vernácula que las juglaresas contaban y cantaban. La cultura trovadora, en la que la mujer es compositora, protagonista y actuante será perseguida por la Iglesia Católica con la primera cruzada contra cátaros y albigenses.

Uno de los libros donde se pueden encontrar textos escritos por trovadoras

Se ha dicho que ese “amor cortés” nos ha hecho más mal que bien a las mujeres y puede ser que así haya sido debido a la degeneración que sufren las ideas y su lenguaje, pero en aquel momento las mujeres enseñaban con sus historias y cantos unas maneras de comportarse mejor, ellas empezaron a loar ese amor que busca el consentimiento (en la lengua de oc, “oc” -lengua o patria-, significa “sí”). El desprestigio actual es una visión sesgada y tergiversada, corresponde a relatos y desviaciones misóginas que se dieron en el gótico cuando se elevó a la virgen-madre a los altares proponiendo un modelo con el que se pretendía controlar el cuerpo de la mujer y ante el que se podía elegir únicamente entre ser virgen o ser madre.

Son pocos los cantos que nos quedan de aquella época, pero los romances que reivindican el amor y cantan las gestas, incluyendo sus pérdidas, tienen mucha fuerza, como el de “la doncella guerrera” (de Aragón) en la que una hija hace el papel del caballero para contentar al padre. En estos escritos laicos, que no necesitaban el permiso de la iglesia, la mujer se expresa con más confianza y seguridad, como la que debían mostrar conversando en sus propios círculos.

Las trovadoras, espacios libres de mujeres

Algunas de las canciones trovadorescas fueron recogidas en los monasterios, la separación entre profano y religioso no existía y algunas de las poesías del amor cortés son auténticos cantos a una espiritualidad inspirada en los valores que nos conectan y nos relacionan, aunque la Iglesia oficial no lo reconozca.

El románico es un arte hecho a la medida humana, un arte conciso que enseña mediante imágenes con volúmenes que alcanzamos a ver con la mirada, que se nutre de la recitación y los cantos a la naturaleza y a la vida transmitidos de madres a hijas, recreados entre hermanas, rítmicamente bailados.

Ermita de Bellvitge, años 50. Esta ermita dista de la de Provenzana, como la de St. Pau de el Prat, destruida por las riadas, distaba de St. Boi. Dos ermitas gemelas que podrían tener las advocaciones de St. Pau i St. Pere (siempre juntas)

Del tiempo del románico es la ermita de St. Pau de El Prat que estaría anexa al mas de St. Pau, mencionado en 1283. Barceló Vidal es el primer masover-ermitaño documentado. La capilla aparece, como tal, en 1371 en el testamento de Pere de Viader (la familia Viader es una de las más estables de El Prat). La casa-ermita estaba situada en el Prat de St. Boi, siendo sufragaria de este municipio. Fue destruida a final del siglo XVI y ya no se reconstruyó, aunque quedó el topónimo en el “Camp de St. Pau” (1889).[1]

La parroquia de “St. Petri de ipso Prat” que se menciona en 1083 y 1086 en los testamentos de Eimerud y de su esposo, el levita Ramón Mir y que Montserrat Pagès propone (junto a otra noticia de 1010 que claramente es un error) como antecedente de la de El Prat del Llobregat[2] no parece ser la del Delta. Por una parte, la mención de “el prado”, como lugar común, es habitual y la encontramos en diversos lugares. Por otro lado, en el documento de 1086 se habla de “St. Petri ipso Prat” o de St. Martí y esta doble advocación parece apuntar a algún castillo de frontera, como St. Martí Sarroca, donde se jura el testamento, con la iglesia de St. Pere de la Torre Vernet y la capilla de St. Joan Lledó, antiguamente de St. Martí; el de St. Martí de Tous, con la ermita de St. Pere d’Erm o cualquier otro lugar con esta doble advocación. En Cardedeu había una ermita denominada St. Pere del Prat (o de Monells) en el límite de Alfou y Vila-Rifà.

De todas maneras, puede que hubiera un St. Pere y quizás fuera esta la advocación desconocida de la ermita de Bellvitge. Un indicio de ello es la llave de bóveda que se conserva en el museo de historia de l’Hospitalet, seguramente desechada cuando la ermita se rehízo en el siglo XVI y probablemente románica ya que St. Pere lleva un báculo con unos símbolos propios de este arte, que, aunque desgastados, parecen ser St. Gabriel luchando contra la serpiente.

Otro dato que refuerza esta idea es la mención de la “parroquia de Banyols” encomendada en 1147 al monasterio femenino de St. Pere de les Puel·les.[3]


Llave de bóveda encontrada en la ermita de Bellvitge. La imagen, un S. Pedro con su báculo del románico, parece que acompañe, como suel hacerse al St. Pau del Prat. AGC, 2021, Museu de Història de L’Hospitalet

De St. Pau de El Prat sólo nos queda una pequeña y bellísima talla románica de madera, de un St. Pau espigado y con unos ojos grandes almendrados de estilo bizantino que es uno de los mejores ejemplos de este arte.

La imagen de St. Pau del Prat actualment restaurada, en la iglesia de St. Pere i St. Pau de El Prat. AGC, 2023

¿Llegaron por aquí los cantos provenzales que se originaron en palacios y monasterios? Si lo hicieron sería de forma oral y popularizada. Joan Amades recogió y nos dio a conocer las versiones impresas, explicando, con ayuda de expertos, las tradiciones orales de las que apenas nos queda vestigio. Un fruto –desvirtuado con el tiempo- serán los “goigs» o gozos.

“En examinar els goigs amb una mica de deteniment, aviat hom s’adona de dues procedències diferents: una que podríem qualificar de floralesca:  elevada de conceptes, refinada de formes, escollida de llenguatge i… l’altra, mereixedora del qualificatiu popular… més simple en la seva forma però no per això mancada de sentit emotiu i sovint d’un gran realisme … que són produïts per versaires possiblement analfabets (Amades, 1939, vol. I: 73).

Gozos a St. Pere y St. Pau de El Prat de Llobregat, aunque los textos impresos que se conservan son posteriores, el origen está en los cantos provenzales.

Según Amadeu Pagès:

“… els goigs són tan essencialment una dansa filla de la ballada provençal, que no té a veure amb el terme goigs del segles XV en endavant, sinó que, al seu origen és una dansa dels trobadors(Amades, 1939, vol. I: 83).

La forma profana de esos cantos y bailes se denomina “cobla”, nombre que aún perdura en Cataluña. La expresión popular con la que el pueblo ironiza sobre sus desgracias y deseos son les caramelles,[4]cantos festivos, populares, irónicos y algo picantes que se cantaban los días de fiesta. Y es que las manifestaciones que los primeros obispos consideraban paganas y combatían fieramente desde los primeros tiempos, seguían arraigadas expresando el deseo de amor y vida, así como el dolor ante las pérdidas, las “tres heridas” del poeta.

Los lunes de Pascua se celebrava un aplec en la ermita de Bellvitge, al que acudían gentes de la payesía de los alrededores, para las criaturas era también el final de «les caramelles».

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, 26-04-2023

A quienes cuidan de nuestro patrimonio histórico y cultural



[1] De Palma de Mallorca, Andreu, P. (1958). Prat de Llobregat (ensayo histórico). Ed. Facsímil de 2009. Ajuntament del prat. Introducció de Joan i Josep Fernández Trabal.

[2] Pagès i Paretas, Montserrat (1992). Art Romànic i Feudalisme al Baix Llobregat. Centre d’estudis comarcals del Baix Llobregat, p. 583

[3] Paulí, A. (1945). El real monasterio de Sant Pere de las Puellas de Barcelona.

[4] Farré, Tanit (2014), Les caramelles a l’Hospitalet, trabajo final de grado de Historia del Arte.

Sota Eramprunyà: Bruguers, el Sitjar i la Roca de Gavà. L’acció de les dones al castell i a les seves capelles.

Castell d’Eramprunyà sobre Gavà. Foto: Martí Porterías

Bruguers o “Brugueris”, és el nom col·lectiu d’un arbust força abundant a aquest de Gavà i a altres indrets catalans: el bruc.

Bruguers vell” és la primitiva capella on es venerava la marededéu de Bruguers, al sud del castell d’Eramprunyà, de la que només resta una paret.

Les restes de l’antiga capella de Bruguers vell. Martí Porterías.

En 1321 Guillemona, filla de Pasqual Messeguer, amb Dolça, Deodates de la capella de Sta. Maria de Bruguers de la parròquia de St. Miquel d’Eramprunyà, signen un rebut (arxiu parroquial de St. Boi), el que vol dir que la capella funciona i que les dones en tenien cura. Però, des de 1327, ja només trobarem preveres amb la seva dotació o “benefici”. El 1328 l’ardiaca de Barcelona designa a un frare de St. Agustí per a que celebri a Sta. Maria de Bruguers assignant-li els drets i pertinences de la capella on havia de viure.

Les restes de la que va ser parròquia de St. Miquel junt el castell. Martí Porterías.

Les Deodates o Deodonades (beguines en Europa) eren dones que duien una vida cristiana i austera, donada als altres en forma d’atenció a malalts, de predicar l’evangeli en llengua vernacular, d’ensenyar principalment a les nenes, una forma de vida lliure i compromesa que va ser perseguida per l’església catòlica que volia obediència i fer-se amb el patrimoni que gestionaven. Compaginaven la oració amb activitats com filar la llana, teixir, blanquejar la roba o preparar herbes remeieres.

Ponç de Gualba, bisbe de Barcelona entre 1303 i 1334, acabarà amb la majoria d’aquestes comunitats seguint els mètodes propis de la inquisició, és a dir, indagant, en les parròquies que visita, entre els veïns i veïnes sobre la conducta dels parroquians i parroquianes i imposant penes.

De les Deodonades de Bruguers vell no en sabem res més però a la mateixa època Ponç de Gualba autoritzà els trasllat de la capella de Sta. Magdalena del Sitjar, com veurem, mentre acabava amb les comunitats de Deodonades dels voltants de Barcelona, com la de Sales (Viladecans); subjectava d’altres (no sense conflictes) com la de St. Joan de l’Erm de St. Just Desvern o la de Sta. Margarida de Valldonzella i rebia acusacions de curanderisme sobre algunes altres com Godaya, Deodata de St. Joan de Viladecans.

Ermita de Sales al Pla de les Deodates de viladecans. AGC, 2019

El lloc on actualment es venera la marededéu de Bruguers es deia, des de fa un mil·lenni, el Sitjar o “Ciliare”, de sitges o llocs on s’emmagatzemava el gra i altres productes i eines agrícoles, un lloc arrecerat, al camí que des de Begues duia al Penedès, de fàcil defensa per estar envoltat de penya-segats i des d’on es podien vigilar les contrades. Tant el castell d’Eramprunyà com el lloc del Sitjar i el de “Rocabruna” (urbanització de la mare de déu de Bruguers) són documentats des del segle X. Les excavacions han confirmat la presència humana en aquestes dates. Cal tenir en compte la importància de la extracció de mineral de ferro que existia entre els turons de Rocabruna, Les Orioles i Les Ferreres, que en aquests temps eren sota el domini del senyor d’Eramprunyà. Durant la època ibera i romana el material de ferro s’embarcava als vaixells que ancoraven a Les Sorres. Un material molt apreciat que es treballava a les fargues per a fer les eines dels pagesos i els estris dels cavallers.[1]

El castell d’Eramprunyà era en mans dels Santmartí des del segle X. Ferrer de Santmartí, últim senyor d’Eramprunyà d’aquesta nissaga, establí un benefici (pagament d’un prevere) per a la capella de Sta. Magdalena del Sitjar de la parròquia d’Eramprunyà, en la que s’havia de fer reformes, a principis del segle XIII. L’absis de l’actual capella de la Mare de Déu de Bruguers seria d’aquesta època.[2]  Entre 1226 i 1247 Jaume I adquirí el castell quedant els castlans del moment, els Santa Oliva, sota el seu domini directe.

Absis de Sta. Maria de Bruguers o Sta. Magdalena del Sitjar. AGC, 2022

Després del segon concili de Lió de 1274 es gravà un 10% els delmes per la Santa Seu sobre els preveres i les esglésies. Aquest concili suprimí les ordes religioses i/o moviments que no hi eren sota el domini dels bisbes, especialment si eren femenins i/o mixtes. És una època de reformes que durà Ponç de Gualba als voltants de Barcelona. Després de les grans persecucions als moviments considerats herètics, s’inicien les aberrants i cruels pràctiques de la Inquisició. Només en aquest context, aplicat als interessos locals, s’entenen els canvis que afectaren a Bruguers vell i al Sitjar. Darrera de tot sempre hi ha un interès econòmic i, en aquest cas, un canvi social.

En la visita de Ponç de Gualba de 1309 a St. Pere de Gavà es deixa constància de que el capellà beneficiari de Sta. Magdalena “no té llicència” (una de les imposicions del moment és que els canonges havien d’anomenar els capellans, com es va fer a Bruguers vell). El rei efectuarà un nou nomenament. Entre 1310 i 1319 es produeixen successius canvis de capellans, dient que el lloc no interessava gaire, tot i que generava riqueses, potser demanaven més dotació, potser tot plegat era conseqüència dels canvis socials que s’estaven produint.

El lloc del Sitjar sota el castell d’Eramprunyà.

Saurina de Terrassa i Santa Oliva rebé el castell de la seva àvia, Saurina de Santa Oliva, que li va donar com a dot en 1273, quan casà amb Bernat de Centelles. Bernat era un home agressiu, endeutat i amb trifulgues amb altres senyors feudals. Tant és així que Saurina aconseguí del bisbe la separació marital, cosa que poques dones aconseguien, potser havia més interessos amagats, doncs el rei Jaume II li embargà el castell a Bernat, però Saurina tenia també els seus drets i així li semblaria més fàcil.

En 1323 Jaume II, necessitat de diners per a les seves conquestes a Sardenya i Còrsega, ven el castell d’Eramprunyà i el dret de patronat sobre la capella del Sitjar al seu tresorer i notari, Pere Marc, per 120.000 sous.

Pere Marc era senyor, des de 1305, del lloc conegut com “la Roca de Gavà” on vivien 40 famílies sense església, amb la qual cosa demanà dur l’església del Sitjar a la Roca al·legant que era un lloc “horrorós i de gran solitud”, cosa que resulta inversemblant i, com a mínim, una exageració.

Com es veu en aquest plànol el Sitjar estava (i està) junt al camí que enfila a Begues

Ponç de Gualba, autoritzà el trasllat  imposant dues condicions: que tripliqués la dotació del capellà beneficiari (un capellà que ja era sota el seu control) i que mantingués el lloc del Sitjar amb la seva imatge i la seva advocació de Sta. Magdalena. Pere Marc deixà, al seu testament de 1338, una dotació per a que un dia a la setmana el prevere de la Roca fes missa al Sitjar en record d’ell mateix i del fundador Ferrer de Santmartí.

L’última castellana de Eramprunyà, Blanca de Centelles (-1349), filla de Saurina de Terrassa, es negà a rendir-li homenatge a un burgés, fins que hagué de claudicar sota l’amenaça de perdre tots els seus drets, però les desavinences continuaren fins que Pere Marc li comprà tots els drets, en 1337, per 140.000 sous (més del que va pagar al rei).[3] Blanca de Centelles, senyora del castell de Vallparadís que heretà de la seva mare, donà aquest castell de Terrassa a l’orde dels cartoixans en 1344, en morir el seu únic fill.

Castell-Cartoixa de Vallparadís de la castlana Blanca de Centelles. AGC, 2022

Pere Marc deixà al seu hereu, Pere, el castell d’Eramprunyà i les seves propietats de València al seu segon fill, Jaume. Pere Marc II casà amb Magdalena que quedà vídua i amb un fill sordmut, ja que el marit i tres fills havien mort (potser per la pesta). En 1347 Pere Marc II fundà un benefici a la capella de Sta. Maria de Bruguers (Bruguers vell) reservant per a ell i els seus descendents el dret de patronat. Però l’altre germà, Jaume, poderós i amb prestigi a la cort, reclamà el castell al rei i li va ser concedit obligant a Magdalena a retre-li homenatge en 1352 i retirant-se aquesta a la casa forta de La Roca. En 1387 s’autoritzà a Jaume Marc (oncle d’Ausiàs Marc) a fer obres a la capella del Sitjar. La imatge de la marededéu de Bruguers que es venera a Gavà i de la que n’hi ha una reproducció al Sitjar, seria d’aquesta època.

Imatge romànica de la are de déu de Bruguers

En 1391 el Papa concedeix al rei Joan I les dues terceres parts dels delmes que la Santa Seu recaptava anualment de les esglésies catalanes, així sabem que la església de Sta. Maria de Bruguers i la del Sitjar seguien funcionant amb una renda similar, en canvi no es diu res de la capella de la Roca de Gavà. En una visita de 1406 es demana el Capbreu de les seves rendes. Aquí veiem que la Roca rebia censos d’un tros de terra del donat de Sta. Maria de Brugués, d’alguns pagesos més o menys benestants i els delmes del Sitjar en forma de diferents cereals i d’animals, un conjunt que mostra la seva riquesa. És a dir que bona part del que arreplegava el Sitjar servia per a mantenir la capella de La Roca. Al Capbreu, després d’anomenar els cereals: ordi, mestalls i altres blats en bona quantitat, s’afegeix: Kyrie eleyson, Christe eleyson.[4] Aquesta expressió demanant clemència resulta curiosa en un capbreu o registre de rendes. Evidentment la capella de La Roca vivia de la del Sitjar.

Conreus i vistes des del Sitjar. AGC, 2022

Probablement degut a la pesta el lloc de la Roca s’anà despoblant, la capella anà passant de mà en mà fins a no tenir més notícia.

A principis del segle XVI, els veïns de Gavà i Castelldefels decideixen finançar la reconstrucció de l’antiquíssim lloc del Sitjar. El 1509 s’autoritzà el senyor d’Eramprunyà a traslladar la imatge de la Mare de Déu de Bruguers, “en lloc agrest” (ben cert) a l’ermita de Sta. Magdalena del Sitjar que seguia en peu tot i que necessitada d’algunes reformes. En aquesta ocasió es diu que és construïda “en lloc idoni”. La capella passà a dir-se com la vella capella de la Mare de Déu dels Bruguers, tot i que mai perdé el nom de Sta. Magdalena del Sitjar. Poc després l’edifici s’amplià un cor, capelles a banda i banda i una portalada gòtica que avui podem contemplar.[5] El 1540, la senyora d’Eramprunyà, Elisabet Marc i de Palou afegí la casa annexa de l’ermità.

Portalada gòtica del Sitjar. Al costat, la casa de l’ermità. AGC, 2022

La capella fou destruïda parcialment durant l’esclat de la guerra de 1936, però va ser restaurada en 1960.

De les conclusions que es poden extreure veiem com el papa i els reis refermen llurs poders reforçant-se mútuament quan els convé. El nou amo d’Eramprunyà,  Pere Marc respecta els drets del senyor feudal dels Santmartí. Els béns “patrimonials” que prenen el nom del pare passen sovint de mares i àvies a filles i nétes amb les dots. Les dones es resisteixen a acceptar les imposicions de reis, senyors i bisbes, però mentre dels primers encara poden treure una compensació econòmica més o menys adequada, a l’església només tenen la opció de claudicar.

Eramprunyà sobre l’ermita de Bruguers o del Sitjar. AGC, 2022

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, 05-03-2023

A les Deodonades exterminades per la misogínia de l’església catòlica


[1] Capmany, Josep; Albaigés, Marc; Cano, Raúl; Cociña, Paula; Santmartin, Albert. «Les mines de ferro de Rocabruna (Gavà)». Materials del Baix Llobregat, 2004, Núm. 10, p. 71-78, https://raco.cat/index.php/Materials/article/view/137450.

[2] Pagès i Paretas, Montserrat (1992). Art Romànic i Feudalisme al Baix Llobregat. Centre d’estudis comarcals del Baix Llobregat, p. 280

[3] Sanahuja, Dolors “Dones d’ahir i de sempre: algunes reflexions a propòsit de la dona medieval des de l’àmbit local” en: DDAA (2002). Les dones i la història al baix Llobregat I. Publicacions de l’Abadia de Montserrat. Cristina Borderías (ed.)

[4] Campmany, Josep (2016) “Les capelles de Santa Maria Magdalena a Gavà” IX Trobada del Centre d’estudis i d’estudiosos d’Eramprunyà, p. 37-44.

[5] Artola Pino, Marta (2016) “La portalada de l’ermita de Bruguers. Conservació i possibles actuacions” Trobada del Centre d’estudis i d’estudiosos d’Eramprunyà, p. 193-198

A la vora del precipici.

St. Cristòfol d’Hostalets de Pierola.

St. Cristòfol d’Hostalets de Pierola, AGC, 2023

El terme de “Apierola Minoris” o Pierola , s’esmenta per primer cop en una donació que els comtes Sunyer i Riquilda de Tolosa feren el 945 al monestir de Sta. Cecília de Montserrat, poc després de la seva consagració, entre les que es trobava l’ermita de Sta. Margarida de les Amenolelles al castell de Bonifaci o de la Guàrdia de Montserrat (entre El Bruc i Collbató). I és que Hostalets de Pierola, i especialment l’església de St. Cristòfol de Canyelles de la que parlarem, està a l’Anoia, però limita amb el “montserratí”.

St. Cristòfol, al fons Montserrat. AGC, 2023

En 963, en una venda que fa Mir al pròcer Ennec Bonfill, senyor de Gelida, s’esmenta Apiera i Apierola als límits de Masquefa.[1] A la història de Pierola trobem noms de poderosos i no gaire pagesos propietaris, com veiem a d’altres llocs, potser el terreny no era molt adient per a que s’establís la pagesia.

El 995 Ansalones i Fremina venen a Guiteza i Amalvua un alou amb torre al terme de Cabrera (d’Anoia) que limitava al sud amb St. Cristòfol. Aquesta és la primera menció de la capella. Sembla que la zona seria, durant molts segles, un lloc amb alguns masos dispersos. El terreny abrupte que les rieres i torrents han deixat encimbellat i l’anomenada de castells i torres indiquen que una de les funcions de les construccions seria la de vigilància i comunicació, típica dels llocs de frontera.

Castell de Collbató, una torre de vigilància i comunicació que encara perdura. AGC, 2023

Els conreus serien de secà com la vinya que Guinedella, amb el seu fill Mir empenya a Ramón en Pierola en 1033.[2]

El 1041 Gerberga, abadessa del monestir femení de St. Pere de les Puel·les de Girona (o St. Daniel) ven a Udalguer un alou amb terres, vinyes i una església als termes del castell de Pierola, Esparraguera i la Guàrdia, al lloc anomenat “St. Cristòfol de Canyelles”, amb el compromís de que si el seu germà Mir Ricolf o les seves germanes reclamessin al comprador llur heretat ella li vendria totes les hereditats paternes i maternes d’Osona, Barcelona, Berga i la Cerdanya per vuit unces d’or. En el seu testament de 1060 (no 1080 com es diu a la Catalunya Romànica) Udalguer cedeix l’alou de Canyelles amb les seves sagreres al monestir de St. Llorenç del Munt. En 1068 Otger, abat de St. Llorenç del Munt, fa un reconeixement de les propietats del monestir en Apierola, la serra propera a la fàbrega, les terres i vinyes que té Guillem Duran en la riera de Magarova (Masquefa) i la cuina i corral que té el vescomte Udalard en l’església de St. Cristòfol de Canelles.[3]La fàbrega indica un centre de producció vinculat al metall prop d’alguna riera.

Ferreria vella de Molló, AGC, 2020

Els vescomtes de Barcelona tenien propietats en Piera (probablement de la vescomtessa Gerberga, amb béns a Claramunt), però els comtes eren els principals senyors. En 1057 la contesa Ermessenda de Carcassona (-1058) es retira donant al seu nét Ramón Berenguer I (1023-1076) tots els seus castells (entre d’altres, el de Pierola) per mil unces d’or, una quantitat que devia ser simbòlica perquè va morir poc després. En 1059 el vescomte Udalard II dona a la seva esposa Guisla de Lluçà, anterior esposa del comte Berenguer Ramón I (1018-1035) i mare de R. Berenguer I, la meitat dels castells de Piera i de Castellet. En 1063 comtes i vescomtes s’intercanvien els castells de Piera i Castellet pel de Pierola. Sembla que els vescomtes surten perdent, no seria estrany ja que és la època del vassallatge i en la transacció n’hi ha una mare amb el seu fill, casat, aquest, amb Almodís de la Marca (1020-1071).[4]

Restes del castell de Freixe o de Castellet a Piera, AGC, 2021

Però no és la nostra intenció parlar dels poderosos, ja que aquests ja són prou reconeguts a la Història sinó de les dones que no s’esmenten i d’aquestes capelles enrunades que aviat perdrem de vista.

Hem vist que després del monestir femení de St. Daniel de Girona l’església de St. Cristòfol de Canyelles de Pierola va passar al monestir del Munt sobre Terrassa. En 1138 l’abat d’aquest monestir estableix al clergue Ramón Guillem amb un alou al lloc i una dominicatura, és a dir amb el dret de rebre censos de la zona, el que es correspon amb els fets documentats. Però en 1234 Jaume I confirma la Farga (o Fàbrega) de Pierola al monestir de St. Cugat. I és que el Comte Berenguer III (1082-1131) va annexionar el 1099 a St. Cugat alguns monestirs com el de St. Llorenç del Munt o el de Sta. Cecília, el que serà font de disputes, algunes violentes, com la protagonitzada pels familiars de l’abat de St. Cugat que deixen malferit al de St. Llorenç.

R. Berenguer III va afavorir la entrada de les ordes religioso-militars a Catalunya

En 1374 l’església de St. Cristòfol de Canyelles és refeta al lloc conegut com la “font de les fàbregues” amb les pedres d’una altra de la que no se sap el lloc exacte on era: St. Martí d’Urús. La església de St. Martí va ser venuda per Saurina al prior de Sta. Maria de Montserrat per cinc mil sous en 1253. Aquest lloc era un nucli de població o “quadra” anomenat Urús-Jussà del que es desconeix l’emplaçament.

Montserrat des de Hostalets de Pierola, AGC, 2023

En tot cas sembla que el lloc de Canyelles queda vinculat a una Farga, un servei necessari ja que es trobava a l’antic camí que anava de Vilafranca a Montserrat, una part del camí és avui el carrer Major de Hostalets. L’encreuament d’aquest carrer amb el carrer Església, part del camí d’Igualada a Barcelona, són l’inici d’aquest nucli de població i que l’acció inicial de les dones al començament de la documentació escrita és un fet inqüestionable. Tot va canviar aviat.

Segles més tard, a la Guerra del Francès, St. Cristòfol i St. Martí (les dues en una) va ser incendiada, va quedar abandonada i actualment està tan enrunada que no sembla probable que es reconstrueixi. Deixem les imatges i aquest petit resum per a què com a mínim pugui ser recordada.

St. Cristòfor de Canyelles al lloc de les fàbregues de Pierola

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, 16-02-23

A les dones que tingueren –i tenen- cura de les esglésies sense que mai hagin estat reconegudes, ni per la història, ni per les diòcesis actuals.


[1] Mas, Josep (1909-1914). Cartulari de Sant Cugat, vol. VI, MCCXXXVIII. 

[2] Puig i Ustrell, Pere (1995). El monestir de Sant Llorenç del Munt sobre Terrassa. Diplomataris dels segles X i XI. Fundació Noguera, n. 240 (1033).

[3] Puig i Ustrell, Pere (1995), o.c., n. 313 (1041), 398 (1060) i 439 (1068).

[4] Feliu, G. i Salrach, J. M., dir. (1999). Els pergamins de l’Arxiu Comtal de Barcelona de Ramón Borrell a Ramón Berenguer I. Fundació Noguera, n. 493 (1057), 541 (1059) i 586-587 (1063)